En la
tradición popular cristiana la Virgen cuenta con numerosas advocaciones, que
hacen referencia: 1) a casi todos los momentos y situaciones de la vida, sean
alegres o tristes: Virgen del Dolor, del Amor, del Consuelo, de los Remedios,
etc.; 2) a elementos de la naturaleza o del campo: de las Encinas, de las
Viñas, de la Fuencisla, de las Nieves, etc.; 3) a ciudades o lugares diversos
de la geografía: de Guadalupe, de la Hiniesta, de Covadonga, etc.; 4) y otras
muchas y muy variadas. También se nos presenta como Virgen del Rosario.
Aunque
instituida esta fiesta por San Pio V en 1571, en memoria de la victoria de la
batalla de Lepanto que tuvo lugar en este mes, fue Pio X quien, a partir de
1913, fijo el día siete de Octubre como día de la celebración. Con anterioridad
ya el papa León XIII en 1886 había dispuesto que se recitara diariamente
durante este mes el rosario en todas las parroquias e iglesias dedicadas a la
Virgen.
El
rosario es un rezo de la Iglesia Católica con el que se recuerdan y conmemoran
los misterios de la vida de Jesús y de la Virgen, recitando después de cada uno
un padrenuestro, diez avemarías y un gloriapatri. Para ello se
utiliza una sarta de cuentas que se pasa entre los dedos para hacer el rezo con
orden. (También los budistas, hindúes y musulmanes utilizan una sarta de este
tipo para llevar la cuenta de sus oraciones).
Los
orígenes de esta palabra rosario que alude a guirnaldas o corona de rosas (en
este caso oraciones), son muy antiguos, pues ya en el siglo XIII la devoción a
la Virgen se acrecentó mucho por influencia de las órdenes mendicantes, en
especial los dominicos, que propagaron la repetición de avemarías en número
variable. Santo Domingo de Guzmán fue el gran apóstol de esta devoción, aunque
no su inventor.
Lo del
número de misterios y de avemarías fue
variando a lo largo del tiempo hasta quedar reducidos a quince misterios y 150
avemarías. Al menos así lo propagaron dominicos y jesuitas a partir del pontificado
de Pio V. Y esta es la forma en la que actualmente se recita. Los misterios se
dividen en gozosos, dolorosos y gloriosos y suele rezarse una parte (cinco de
ellos) cada vez según el día de la semana: lunes y jueves los gozosos; martes y
viernes los dolorosos y sábados y domingos los gloriosos.
Esta
devoción y rezo tuvo gran importancia a lo largo de los siglos en todo el mundo
católico, y más desde que se fijó al mes de Octubre como mes del Rosario y el
día siete del mismo mes como el de la festividad de la Virgen del Rosario.
Podemos
afirmar que son muy pocas las iglesias que no tienen una imagen dedicada a la
Virgen del Rosario. Así lo hemos comprobado en los Valles de Benavente. No en
todos los pueblos celebran su fiesta el día siete de Octubre, pero sí lo hacen,
y a lo grande, en Barcial del Barco y en Matilla de Arzón.
En
Barcial fue siempre día festivo, existió y existe una cofradía desde muy
antiguo que se encarga de preparar los diversos actos religiosos. Y hasta le
cantan y ofrecen a la Virgen un ramo con roscas. “Precisamente este año, me
dice Maruchi una de las que ostenta cargo en la cofradía, no hemos podido
hacerlo por falta de tiempo y también por la ausencia de algunas personas
encargadas de ello, pero seguiremos en años sucesivos. No queremos que se
pierda la tradición de nuestros mayores, que nos dejaron tantos recuerdos de
esta y de otras festividades”.
Por la
mañana, a las trece horas, se celebró la santa misa. Hoy con más solemnidad y
mayor asistencia de personas, pues a los vecinos residentes en el pueblo se
unieron los forasteros, quienes por su trabajo u otros motivos se encuentran
fuera del pueblo. Este día, y además tratándose de un domingo, no podían
faltar. La convivencia entre todos también es necesaria.
Por la tarde tuvieron otro acto
religioso que seguro fue del agrado de muchos y también de la Virgen. Se trata
del rezo del Santo Rosario yendo en procesión con la imagen de la Señora, por
las calles del pueblo, al modo tradicional. Antiguamente el rosario se rezaba
diariamente en la iglesia o en las casas, en familia. Y en algunas ocasiones,
como se hace en Barcial, de modo más solemne, por las calles y cantando. Hoy ya
todo ha cambiado. Por eso el que la tradición perdure tiene su mérito.
El sacerdote inicia el rezo del primer
misterio en la iglesia y tras un breve comentario del mismo, (en este caso son
los gloriosos), entona un cántico mariano al que sigue el padrenuestro, las
diez avemarías y el gloria. Los demás misterios por las calles, no faltando
ni comentario, ni cánticos, ni rezos en cada uno de ellos. Los cánticos son
conocidos por todos, pues han sido y son de uso corriente en la iglesia en las
celebraciones marianas: Oh María Madre mía, oh consuelo del mortal...; El
trece de Mayo la Virgen María...; Viva María, viva el Rosario....; Toma Virgen
pura, nuestros corazones...; Venid y vamos todos...; etc.
Encabeza la
procesión, la cruz parroquial, sigue la imagen sobre las andas llevadas por
mujeres de la cofradía, y después los demás asistentes. Se detienen durante
unos momentos en un calle para entonar un cántico dedicado a la Virgen del
Rosario, al que todos escuchan con atención y el debido respeto.
Al regresar a
la iglesia el sacerdote reza la letanía lauretana en castellano. Los feligreses
contestan “ruega por nosotros” a la más de 50 advocaciones o súplicas
dirigidas a la Virgen. Con esto se da por finalizado el acto.
He aquí las
imágenes de los actos a los que asistí en el año 2007.
Púlpito y tornavoz de la iglesia. |
Cruz procesional. |
Comienzo de la procesión. |
La Virgen dle Rosario sobre las andas. |