domingo, 28 de julio de 2013

Santa Cristina de la Polvorosa. Ofrenda floral a su patrona.




Santa Cristina rodeada de ramos de flores.
El día 24 de Julio la Iglesia Católica celebra la festividad de Santa Cristina, un nombre que tiene que ver con Cristo, lo mismo que Cristiano, Cristino, Cristián, y también Cristóbal y Cristódulo, entre otros. Es la patrona de Bolsona,  ciudad en la que nació y vivió en el siglo III, de Tarento y de otras localidades de Italia, y también de España, ente ellas Santa Cristina de la Polvorosa, pueblo de la provincia de Zamora, situado en la vega del río Órbigo y no lejos de Benavente.
Esta joven, Cristina, pertenecía a la nobleza. A los once años, según cuenta su leyenda,  rompió los ídolos de su padre, gobernador de  la ciudad y por ello fue sometida a varios y crueles tormentos que pudo superar con el auxilio divino. Al fin murió asaeteada hacia el año 30. Se la representa como doncella crecida, vistiendo túnica talar y manto romano y alguno de sus atributos, que son varios y responden todos a los diversos tormentos que sufrió. Los más frecuentes son la saeta clavada tal vez en la frente y la rueda de molino colgada de su cuello con una soga, o la rueda solamente colocada a su lado. Menos frecuente es el rastrillo o los garfios de hierro. Son muchas las escenas sobre su martirio, pero de toda se salvará gracias a Cristo.
En honor de su patrona en Santa Cristina de la Polvorosa se celebró un triduo los días 22, 23 y 24.  Pero uno de los actos religiosos más populares, e importante desde punto de vista tradicional, tuvo lugar el día 23 con la ofrenda floral y la posterior procesión por algunas calles próximas a la iglesia.
A las 20 horas y una vez finalizado el concierto de campanas, en su tercera edición, un grupo de mujeres sacan de la iglesia a la santa sobre unas andas y la colocan en el atrio. Se trata de una pequeña imagen de no mucha antigüedad y de la que se dispone en la iglesia para estos eventos y así no tener que bajar del retablo la imagen más antigua y de mayor valor artístico. Esta se encuentra en la parte alta de la calle central del retablo y es imagen de una joven bella, con uno de sus atributos, la palma  del martirio, en su mano. A ambos lados unos esbeltos ángeles completan las imágenes del retablo.

Imagen de Santa Cristina, más antigua y de más valor, en el retablo de la iglesia.
 Durante media hora varias personas del pueblo, jóvenes y mayores, se van acercando  al lugar con ramos de flores muy variados y los colocan sobre la estructura que hay en torno a la pequeña imagen de santa Cristina. Algunas buscan el lugar más destacado y visible para colocar sus flores, que acompañarán a la santa hoy y mañana, día de su fiesta. Las ofrendas de flores a imágenes, principalmente de vírgenes y santas, es una realidad que se va extendiendo por muchos pueblos, sobre todo cuando se trata de la patrona, o de una virgen que presida la ermita. En esta comarca hay ofrendas a las vírgenes del Tovar, de las Nieves, de la Vega, etc. Y también a santa Cristina a lo que me estoy refiriendo. No deja de ser un acto popular, al que seguramente se le dará todavía más importancia en el futuro.  

Sobre la estructura de madera se van colocando flores.
Desde distintas calles del pueblo se acercan para participar en la ofrenda floral.



Varias mujetres se afanan en colocar bien las flores.
La ofrenda de flores ha llegado a su fin.
Terminada la ofrenda floral y, ya en la iglesia, el sacerdote dirige y reza la oraciones correspondientes al segundo día del triduo. Se cantan algunas estrofas de un himno dedicado a Santa Cristina, en cuyo texto se hace un breve recorrido por su vida cargada de sufrimientos, y que soporta y vence por su gran fe cristiana.
Después del triduo se celebra la santa misa en la que tampoco faltan las alusiones, ni las peticiones dirigidas a la santa, muchas de ellas para que proteja al pueblo del que es patrona y para que los vecinos tengan paz, bienestar, y vivan en feliz convivencia.
Terminan los actos del día con la procesión: La cruz procesional va seguida de la santa sobre las andas, rodeada de las flores y llevada a hombros por unas jóvenes. El recorrido es corto y por calles próximas a la iglesia, pero resultó bien y del agrado de aquellas personas, religiosas, o menos religiosas, pero sí amantes de las tradiciones y de las costumbres populares, una de ellas ésta de la ofrenda floral. Seguramente que cada año serán más las flores y más los vecinos del pueblo que se acerquen al lugar, unos  para homenjear a su patrona, y otros simplemente para estar presentes en el acto.  

Las mujeres se preparan para comenzar la procesión.
Cogen las andas...
E inician la procesión.
El sacerdote, detrás de la imagen, va entonando cánticos religiosos.
Una pequeña cruz procesional encabeza la procesión.
Después de  pasar por algunas calles, regresan de nuevo a la iglesia.
Al regresar de nuevo a la iglesia, las andas, con Santa Cristina en medio de los ramos de flores, se colocarán en el presbiterio, y allí estarán hasta el día siguiente, día de su fiesta, para que los vecinos, que lo deseen,  puedan ver y venerar a su patrona.


Retablo central de la iglesia. Al lado del altar la santa sobre las andas.

Vecinos y visitantes la ven casi oculta entre flores.