“Alias” es un latinismo
que significa “por otro nombre, de otra manera, conocido por”. Se usa cuando
alguien quiere referirse a otra persona aplicándole un apodo o sobrenombre.
Cualquier persona del
rango que sea, funcionario, empresario o trabajador, mujer u hombre, puede
estar sometido o bajo la dependencia de un alias,
apodo o sobrenombre, que en algunos casos será de su agrado y en otros no. A estos últimos no les queda más remedio que
aguantarse con él.
Además hay que decir
que el alias, apodo o sobrenombre, se
utiliza y se ha utilizado desde siempre,
y en todos los pueblos y ciudades. Hay localidades en las que son más
las personas que se nombran así, por su apodo, que por su verdadero nombre.
Lo del sobrenombre no
es cosa de ahora, ni los siglos XIX o XX, a los que podría referirme aquí, en
relación con este pueblo, sino desde siempre, al menos fue de gran uso en la
época romana, (siglos VII a. C. – V d. C.). Ya los romanos, que tenían varios
nombres: praenomen, nomen, cognomen y
algunos también agnomen, utilizaban
sobre todo el cognomen (sobrenombre).
Era por el que más y mejor se conocía a cada uno de ellos, sobrenombre que
respondía a veces a una cualidad o defecto físico que tenía, por dedicarse a
una actividad conocida, o por otros motivos. Tenemos ejemplos como Cicerón,
Corvino, Craso, Longo, Léntulo, etc.
En nuestra sociedad
ocurre lo mismo. A pesar de disponer las personas de nombres y apellidos
surgen, por motivos varios y diversos, con origen a veces desconocido, los alias, apodos o sobrenombres.
Vamos a verlo con
detalle en este pueblo del norte de la provincia de Zamora, próximo a
Benavente, Santa Cristina de la Polvorosa. Aquí los apodos son muy abundantes. Podemos
decir que a casi todas las familias se las conocía o nombraba por el apodo,
aunque antiguamente más que en la actualidad. Además ocurre que el mismo pueblo
cuenta con apodo, el pueblo de los Cucos.
José Cachón en su casa de Camarzana de Tera. |
José Cachón, más
conocido como Pepe Cachón el maestro de Camarzana, por haber ejercido durante
más años su profesión en esta localidad y ser director del Colegio, es natural
de Santa Cristina. Conoce muy bien a su pueblo y a sus vecinos, por su nombre,
apellidos y hasta por el apodo que tenían casi todos. Me ha facilitado una
relación alfabética que nos demuestra lo afirmado con anterioridad, relación
que ha preparado con la información recibida de muchos de los aludidos.
Por supuesto que lo
hace con respeto y cariño para todos, sobre todo para aquellos que sufrían
alguna limitación física o mental, como eran los conocidos como: el bizco, ciego, cojo, guiñapo, mudo, sordo,
tuerto.
Respeto que muestra
también hacia aquellos con un oficio o dedicación concreta: Albardero, barbero, cartero, carnicero,
campanero, camionero, carretero, capador, carpintero, churrero, electricista,
pimentero, sastre, pastor, huevero, zapatero, partera.
En la restante
información que me ha proporcionado, por orden alfabético, se incluyen los
apodos utilizados y que él más y mejor recuerda:
Avispa
(persona
astuta).
Berrinches,
Belmonte, Bruja. Buche. Bujes. Burra.
Cacagüés
(por
ser bajo y pequeño), cachirulo,
cachumeno, cagarrecio, cangarria, cambriles, carbajalino, cerrigal, compuesta,
cervato, canuto, cotín, cuchichí.
Cotín.
Chapirre.
Chaqueto. Churro.
Faraón
(mocetón,
grande). Farruco. Fortuna.
Galufo.
Gandorra. Ganso. Gorila. Grona Gurrina. Gaitero. Guiñapa.
Huérfanos
(los).
Jabardina/o,
Jato/a
Lechuga. Lechuguino.
Leyes. Loba. Lobos.
Mamones.
Monanis. Monas. Montosinos. Moreno. Muerto. Mononés.
Nini. Nublado.
Ñoño
(se
llamaba Sidonio).
Obleas
(tenía
fábrica de obleas).
Pachelo.
Pajarica. Pajarona. Pajarón. Pollero. Polla. Patarinto. Piso. Perrera. Pijo.
Pina. Paloma. Piyayo. Piojina. Punto. Pusia.
Quinti.
Rata.
Rey. Rifle.
Razones
(el
tio Razones).
Saruso.
Sastre. Sebastianes (apellidos). Silva.
Tajadilla.
Tartera. Tatarú. Tembleque. Topo. Toro (apellido). Trucho. Tuerto. Tuso.
Usurero.
Vitines.
Víbora. Vivo. Volerita.
Yegua
(la señora yegua).
Zacarrones/as.
(hermanos).
Zorro/a.
Zurdo.
Hasta aquí la relación
de apodos utilizados, pero también me cuenta el origen del apodo municipal “cucos”, aplicado a su pueblo, al que
por cierto denomina Cuculandia. Todos
los vecinos de Santa Cristina son Cucos y el pueblo es denominado el de los
Cucos.
¿Cuál es el origen de este apodo?
¿Cuál es el origen de este apodo?
Hay que recordar antes
que el cuco es un ave muy común en los bosques de Europa Occidental, insectívoro,
con el dorso gris, el vientre blanco con líneas negras transversales y mide
unos 35 cm. de largo. Tiene patas cortas y alas largas. Pone los huevos en
nidos de pequeños pájaros insectívoros y los pollos son criados por los padres
adoptivos. Emigra a África y en primavera regresa y comienza a cantar cucú, cucú.
Cuco, ave que canta al comenzar la primavera. (Foto: Guía Aves España). |
Torre e iglesia de Sta. Cristina, nido o aposento del Cuco. |
Junto a la torre e iglesia, árboles que frecuenta el Cuco. |
También se utiliza la palabra cuco, como
adjetivo, con el significado de bonito, gracioso, coquetón, y astuto, sagaz,
taimado, ladino.
Me cuenta Pepe que había una familia a la que
llamaban los cucos, la del Sr. Domingo Rodriguez. De este o de un hermano
descendía un sacerdote, que llegó a ser canónigo magistral de la catedral de
Granada: el Ilustrísimo y Reverendísimo Don Ismael Rodríguez Orduña. Podemos
decir de este Cuco, que su primer nido fue Santa Cristina de la Polvorosa, en
donde nació; el segundo nido Astorga por sus estudios en el Seminario y su
ordenación sacerdotal; y el tercero Granada como magistral de la Catedral.
Pero, antes de llegar a Granada ejercició de sacerdote, predicó
y cantó también en Manganeses de la Polvorosa y en otros pueblos de Zamora, así como en otros lugares de España. Se sabe que visitó
Sevilla, Barcelona, Santiago de Compostela, Madrid, Valencia y Córdoba, y por todos estos lugares difundió el nombre de
su pueblo y también su apodo los cucos. Se dice de D. Ismael que era sobrado en
inteligencia y memoria, pues conocía y sabía de todo, casi sin leerlo ni
estudiarlo.
Este fue sin duda
alguna quien más contribuyó a su difusión y a que Santa Cristina de la Polvorosa
sea considerada y nombrada por muchas personas como CUCULANDIA, o si preferimos,
el pueblo de los Cucos. De ello se sienten muy orgullosos, pues ha contribuido
un poco más al conocimiento, y en último término al progreso y desarrollo de la
localidad.