jueves, 19 de febrero de 2015

Benavente: Ermita de San Lázaro.


Vista general de la ermita y su entorno. Década de 1970.
Ciudad de Benavente desde la puerta de la ermita
En mi libro Valles de Benavente Ermitas y Romerías, editado por el C.E. B. “Ledo del Pozo” en el año 2014, dedico un pequeño apartado a las ermitas de Benavente, y sobre esta ermita de San Lázaro escribo lo siguiente:
Es una las tres ermitas, junto con la Soledad y San Antonio Abad, situadas extramuros de la Villa y de ella dice Madoz, a mediados del siglo XIX: “Está arruinada y sirve de cementerio para el Hospital de la Piedad; dista de la Villa, caminando hacia el este 2570 pies”. 

Efectivamente estaba situada en las afueras, a menos de un kilómetro, en pleno campo y al final del lugar conocido como Camino del Calvario.

En su origen fue también un lazareto, pues “desde la época medieval disponía de una pequeña casa hospital, donde se proporcionaba albergue pata la atención de los afectados por enfermedades contagiosas y en particular enfermos de lepra”.

Desde el siglo XV, según J. C. de la Mata, se tiene referencias y datos sobre ella. En su entorno se celebraba la romería de la Magdalena y se tenía gran devoción a San Lázaro, relacionándolo con las enfermedades infecciosas. También se sabe de la existencia de una calzada llamada de San Lázaro y de una fuente en las proximidades de la ermita.

Con el paso del tiempo la ermita, abandonada, se fue destruyendo y parte de sus restos desaparecieron, sobre todo cuando se urbanizó este lugar y su entorno, para construir un Polígono Industrial y el Centro de Transportes. No faltaron las peticiones de respeto a las ruinas y al lugar por parte de amigos del patrimonio y de personas respetuosas con el pasado y la historia local. Como se ve en las imágenes, por las décadas de 1960 y 1970, aún se conservaban algunos muros y se podía ver el espacio que ocupaba su interior, aunque cubierto con vegetación.

A pesar de todo sólo fue posible conseguir que se conservase la espadaña con el arco de la puerta de entrada a la ermita, y esto por encontrarse en la rotonda ajardinada que se construyó para acceder al Centro de Transportes desde la actual calle Calvario, lo que demuestra que los restos arqueológicos o arquitectónicos tienen prefecta cabida en las ciudades, integrándolos en jardines, plazas o rotondas, para poder ser contemplados por los ciudadanos.

En el callejero actual de Benavente la calle que desde la Avenida Federico Silva llega hasta la ermita se denomina calle Ermita de San Lázaro.

Las imágenes que mostramos son de la décadas de 1960 y 1970 y los dibujos  de 1808 y pertenecen a Sir Rober Kert Porter. Representan el paso del río Esla por los ingleses en la guerra de la Independencia. En uno de ellos se pueden ver, al lado del camino, la ermita y el convento de los Jerónimos y en el otro, en mayor tamaño, el Monasterio de los Jerónimos y las cruces del Camino del Calvario. Al fondo la ciudad de Benavente.

En la actualidad la espadaña de la ermita de San Lázaro destaca a lo lejos y la ven todos aquellos que desde la ciudad se dirigen por la calle El Calvario hacia el Centro de Transportes o al polígono industrial. Y no deja de ser un hito representativo del pasado en una zona nueva llena de actividad.

Ni que decir tiene que la espadaña, único resto de esta antigua ermita, requiere atención y cuidado, y las reparaciones necesarias, para no convertirse de nuevo en una ruina, con peligro de desaparición.

 Solamente así la ermita de San Lázaro podrá seguir sirviendo de recuerdo de una época y una forma de vivir, en una pasado, que ya forma parte de la historia.

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Hasta aquí lo que digo en el libro. Pero ahora al encontrar entre mis negativos en blanco y negro, algunos de esta ermita, me parece oportuno hablar una vez más de ella e incluir las imágenes, sobre todo aquellas que supongan alguna novedad para los amantes del pasado y de la historia de su ciudad. Las fotografías están hechas en los años de la década de 1970, a partir del curso 1971-72. Recuerdo que desde el I. León Felipe nos acercábamos a este y otros lugares cercanos al Centro, para hacer fotos y luego revelarlas y ampliarlas. Y pudimos ver cómo se encontraban, por entonces, las ruinas de la ermita. De ello dan testimonio las imágenes.
Otra vista general con la ciudad al fondo. Se ve el Camino del Calvario.
Vista desde otro lugar. A la derecha el camino.
Algunos de los muros que se conservaban.
Vegetación alrededor de la ermita.
Arco de piedra de la puerta de entrada.
Construida con piedra, tapial y ladrillo.
La ermita, en la actualidad, aunque de ella sólo se conserve la espadaña o parte de ella, sigue siendo una referencia en la ciudad de Benavente, para todos los que se dirigen al Centro de Transportes. Y es que, en el lugar en el que se encontraba, existe una gran rotonda, la Rotonda de la Ermita, dicen algunos. Además una de las calles que parten de esta rotonda se denomina Calle de la Ermita de San Lázaro. A este respecto habría que recordar a quienes desde el Municipio se encarguen de ello, que retiren los carteles o anuncios, si aún queda alguno, que indican Calle Ermita de San Lorenzo, y no de San Lázaro, que es como debe ser. Todavía lo siguen diciendo mal algunas empresas del lugar, al anunciarse por los distintos medios de comunicación. E incluso estos mismos medios locales y provinciales cuando, a veces, informan sobre noticias de esa zona o de Benavente, sin la confirmación de las mismas. Aquí se trata de la Ermita de San Lázaro, por respeto a la ciudad  y a su historia. 
Al fondo la Espadaña, en la rotonda del Centro de Transportes.
La espadaña se encuentra sobre uns zona verde.
Que de la ermita se podían haber conservado más restos, y hasta casi toda ella entera, nadie lo pone en duda. Pero eran otros tiempos y las posibilidades económicas también. Y sobre todo eran menos las personas que valoraban debidamente el patrimonio arqueológico, etnográfico e histórico de los pueblos y ciudades.
 Los cambios vinieron años después, en las décadas de 1980 y 1990, cuando se realizaron las excavaciones arqueológicas de distintos yacimientos, y se comenzó a dar más importancia a los restos del pasado local, y a todo aquello que tuviese que ver la historia y las tradiciones.