Isaías con uno de sus bastones en la mano. |
A Isaías
le conocen muchas personas en la provincia de Zamora, pero muchas más en los
Valles de Benavente. Y no por lo que hace y en lo que pasa su tiempo o se
entretiene en la actualidad, sino porque durante 17 años fue el alcalde de su
pueblo y ejerció también muchos años de diputado provincial. Cuando lo visité
tenía ya 75 años. Tras su etapa de actividad publica y política ha preferido
pasar los años de jubilado distribuyendo el tiempo entre su bodega, su campo y
sus aficiones artesanas, que le proporcionan momentos de gran satisfacción.
Y es que a él, como a muchos
otros, le gusta su pueblo, Pumarejo de Tera, y el entorno que le rodea: monte,
río y el mismo paisaje. Y, como no, el campo, en el que trabajó muchos años, y más
aún la bodega, que ha preparado y adornado a su gusto para un mayor y mejor
disfrute. Y por lo que veo también le gustan las piedras antiguas o no tan
antiguas, sean de molino o simples cantos rodados de gran tamaño, como los que
tiene recogidos allí.
Entrada a su bodega, obra suya también. |
Canto rodado de gran tamaño. |
Piedra antigua, de molino. |
Otras dos piedras a la entrada de su bodega. |
Nació en
Pumarejo y cursó sus estudios primarios
en la escuela del pueblo. Me recuerda sus años en “los frailes”, primero en Olmedo
(Valladolid) y luego en Santa Maria la
Real de Nieva (Segovia). Era normal, por entonces, seguir
estudios en seminarios o centros religiosos, aunque fuesen pocos los que
optasen al final por dedicarse a ese tipo de vida. Pronto abandonó sus
estudios, regresando al pueblo para trabajar en el campo, aunque se ausentase
varios años, según me dice:
“Estuve siete años en Alemania trabajando en
una fábrica de cubertería. Lo que allí aprendí me ha servido ahora cuando me
pongo a hacer cucharas de madera. Procuro usar un molde de papel o cartón que
coloco sobre la madera antes de cortarla”.
La verdad es que son unas
cucharas muy finas y elegantes y todas ellas de madera de olivo.
Colección de cucharas de buena madera, hechas por él. |
Después de su
estancia en Alemania regresó de nuevo al pueblo para continuar trabajando en la
agricultura, en sus tierras y en sus viñas. Y también en la tienda de
ultramarinos, fontanería, e incluso muebles, que abrieron en el pueblo.
También me
recuerda sus años de alcalde y de diputado y no se olvida de contarme algo
sobre la construcción, en breve tiempo, de la nueva iglesia, bajo la dirección
y según el proyecto altruista del famoso arquitecto catalán Miguel Fisac. Tuvo
lugar en 1985 y en ello colaboraron los vecinos del pueblo de manera tal que,
organizados en cuadrillas, ayudaban todos a los albañiles y canteros. Este hecho
tuvo gran resonancia en aquellos años, pues fue un ejemplo y modelo a imitar de
lo que era la antigua hacendera, actividad comunitaria con la que se realizaban
tantas obras y reparaciones en los pueblos. Su alcalde y todos sus vecinos se
sientes orgullosos de haber colaborado en ello.
Ahora, desde
el jardín que la rodea, se puede ver la iglesia de Santiago con su espadaña,
construida en piedra de cuarcita, destacando entre los antiguos edificios de
adobe o tapial, algunos ya también alterados o modificados. Y no falta el
crucero que nos indica la proximidad el edificio religioso, ni la señal de que
por allí pasaba y pasa el Camino de Santiago en una de las variantes de la
antigua Vía de la Plata.
Iglesia de Pumarejo de Tera, ahora ya declarada BIC (Bien de Interés Cultural). |
Isaías, al
jubilarse, tenía que seguir en actividad, cosa no difícil para él por las
aficiones que tenía y sigue teniendo, algunas relacionadas con el pasado y la
tradición. En su bodega, además de las piedras de molino, pilones, cantos
rodados, etc. que tiene a la entrada, conserva en el interior algunos objetos o
útiles, unos relacionados con la vida doméstica en el pasado: candiles,
faroles, cerámicas; otros con la agricultura y ganadería o con la elaboración
del vino. La ha preparado a su gusto y adornado con muchos detalles y allí pasa
muchos ratos, solo o con amigos.
Pero si en la
bodega tiene objetos que le recuerdan el pasado y la tradición, en su casa
están sus artesanías y el taller en donde trabaja. Porque, además de cucharas,
ha hecho más de cien bastones y muchos otros que tiene en preparación, a juzgar
por los puños que están a la espera:
“Con lo de los bastones empecé a tener
ilusión cuando visité a mi amigo, el alcalde de Villarrín de Campos, que se
dedicaba a ello. Le vi en varias ocasiones y después, poco antes de jubilarme,
empecé yo también a hacerlos”.
La verdad es
que a pesar de ser muchos los jubilados que hacen bastones, hay distinción
entre ellos. Su buen hacer está unido a su sabiduría personal basada en lo que
vieron o experimentaron. Podemos decir que cada uno presenta, si no materiales,
sí formas distintas, al menos en los puños. Los de Isaías destacan por sus
puños con figuras de caballos, perros o aves. Tiene otros muchos con la
empuñadura más normal.
Su colección de bastones, con el puño con cabeza de caballo, casi todos. |
Los bastones- |
Además de
bastones él mismo, utilizando plástico de tubos, ha preparado el respaldo y el
asiento de varias sillas. En otras sillas hechas por él también, ha hecho los
asientos con rafia.
También prepara asientos de sillas. |
Sillas para uso diario en casa... |
Y en otros lugares. |
Sillas de formas y colores diversos. |
Pero de todo, lo
que más nos llama la atención son sus bastones con maderas distintas, sobre
todo olivo y avellano. Tiene alguno con vara de palo rosa y hasta uno con vara
de jara. Para los puños o empuñadura de algunos se sirve de la encina.
El taller se encuentra en un local al lado de su
vivienda y allí se pasa sus mejores ratos. No le faltan espectadores y también
admiradores de lo que hace, todos ellos amigos, a los que no les ha dado por
probar en este tipo de actividad o afición. Y en el taller la mesa de
carpintero con un pequeño tornillo para sujetar las piezas.
Utiliza
herramientas, algunas eléctricas: caladora, cepillo, torno, etc., y otras
manuales, necesarias para trabajar pequeños objetos de madera. Hasta se sirve
de la navaja para muchos detalles de los puños o varas de los bastones.
Taller en el que trabaja en sus artesanías. |
Allí veo un
cajón lleno de puños, al lado muchas varas, algunas ya casi preparadas. Y es
que trabaja así. Unos días hace o elabora unas piezas y otros días otras.
Después se dedica a componer, a formar el bastón, a completarlo.
Si pasa muchos ratos en su
bodega, son muchos más los que pasa en su taller haciendo bastones y cucharas,
o sillas, y algún otro mueble. Su intensa actividad, cuando no estaba jubilado,
no le ha permitido estar inactivo en esta etapa de su vida.
“No soy de los que me pase muchas horas en
el bar o sin hacer nada. Me siento bien así, pues compruebo que se pasan mejor
los días, estando entretenido y disfrutando de lo que hago”. Disfrute que
comparte también su familia. Tiene cuatro hijos que viven fuera del pueblo y
está preparando una bastonera (grupo de bastones) para cada uno de ellos.
Dedica
mucho tiempo a ello, pero lo da por bien empleado, pues lo hace con gusto y
afición, como debe hacerse cualquier actividad o trabajo en la vida. Trabaja
varias horas al día, pero no de modo permanente, pues hay días que los dedica a
otras cosas. Y es que Isaías no se olvida de su bodega y de que junto a ella está
el monte y el canal del Tera y, no lejos, el río que ofrece a todos un paisaje digno
de admirar, contemplar y disfrutar, como es el que rodea a Pumarejo de Tera.