viernes, 27 de marzo de 2015

Valle de Vidriales: Santuario Ntra. Sra. del Campo



Santuario de Ntra.Sra. del Campo.
Crucero indicativo de lugar sagrado.
Personas saliendo del Santuario después de un acto religioso.
Se encuentra este Santuario en el tramo medio del arroyo Almucera, en la parte central y más extensa del Valle de Vidriales, no lejos de los municipios de Rosinos y de Santibáñez, ni tampoco de San Pedro de la Viña, Carracedo y Fuente Encalada. Y no es mucha la distancia hasta los demás pueblos dado que el recorrido por todo el valle, y cerca del arroyo, no excede de los 40 kilómetros.
El santuario se construyó en el lugar en el que, en época romana, existió una ciudad conocida y denominada popularmente Sansueña, ciudad amplia y muy poblada, que dispondría de termas, templo y demás servicios en aquella época. Y es que además, en el siglo I y cerca de ella, se asentó la Legio X Gemina, construyendo un campamento. Cuando esta legión, por motivos diversos, tuvo que marchar, se instaló allí, de modo fijo, el Ala II Flavia, dedicada a la protección y vigilancia del comercio del oro de las minas del norte. De hecho aún se mantienen sus ruinas y las  murallas que marcan su recinto. Todo el entorno  es un lugar arqueológico protegido, de interés patrimonial y muy visitado.
Los campamentos originaron en su entorno un núcleo urbano muy poblado, de dominio romano durante los primeros siglos, y hasta  la llegada del cristianismo.
Pasados los años y siglos en el lugar del actual santuario existieron varias edificaciones entre ellas una preceptoría, colegio con internado que la diócesis de Astorga construyó allí, dedicado a la formación y preparación de seminaristas los primeros años y antes de trasladarse  a los seminarios de Astorga o León. Preceptorías había algunas más, por entonces, en la provincia de León y  en ellas residían los alumnos durante varios cursos.
Y se construyó precisamente en el centro del espacio que ocupaba aquella gran ciudad con población romana que perduró hasta los siglos IV y V de nuestra era.
Con el paso de los años todas las edificaciones de este lugar desaparecieron tras el abandono, y tan sólo quedaba en pie la iglesia que es la que, debidamente restaurada y acondicionada, se ha convertido en el Santuario de la Virgen Ntra. Sra. del Campo, patrona del Valle de Vidriales.
Ocurre que los pueblos de este valle, y algunos otros  de la comarca, pertenecen en cuanto a la administración civil a la provincia de Zamora, pero desde el punto de vista religioso son de la diócesis de Astorga, una de las más antiguas de España. Y aunque lo civil y lo religioso parecen caminar juntos, esto no ocurre en algunos casos como este. La Diócesis de Astorga ha puesto mucho interés en mantener y proteger el patrimonio religioso de iglesias y ermitas, aunque no haya sido posible en todos los casos. Y con ello proteger y defender también las creencias religiosas de sus fieles y también sus tradiciones.
Con este santuario ha ocurrido así. Ha sido grande el impulso y todo lo realizado hasta llegar al momento actual. Reparaciones y limpieza en su exterior: tejados, muros, puertas, accesos, etc., y también en su interior: techumbre,  pavimento, paredes, retablos, imágenes, etc., y demás objetos necesarios o relacionados con el culto. A todo ello han contribuido también los pueblos del Valle.
El apoyo de la diócesis y la dedicación, esmero y preocupación de los sacerdotes encargados de los pueblos, lo han hecho posible. Uno de ellos es D. Miguel, a quien le ha tocado actuar en el momento actual, no sin contar con el apoyo y la ayuda de algunos feligreses, que también saben valorar el arte y el patrimonio, en este caso de la iglesia.
A D. Miguel le resulta imposible atender a los 16 pueblos que tiene asignados. De ahí que haya centralizado algunos cultos durante el año en este santuario, al que acuden personas de las distintas localidades en los días que se indiquen. Se trata, sobre todo, de aquellas fiestas más importantes de los distintos ciclos litúrgicos: Navidad, Semana Santa y algunas otras. Por supuesto que todas aquellas que, organizadas en torno al Santuario y la Virgen del Campo, contribuyen a mantener las creencias de sus fieles y también las tradiciones.
El Santuario es hoy un hito que destaca en el recorrido por el Valle. Su construcción destaca desde lejos, lo mismo que destaca el castro de San Pedro de la Viña, que está cerca del mismo y las torres de madera que indican el recinto del antiguo campamento. Pero es más interesante aún entrar en el templo y admirar su construcción y su limpieza. Por supuesto que sus retablos, imágenes, pinturas, objetos de culto, etc. Estoy seguro que será del agrado de todos los visitantes. Hagamos un pequeño recorrido por él.
Una de las campanas en la torre del Santuario.
Puerta desde el interior. Obra de J. L. A. Coomonte.
Pozo antiguo en uno de los lados del Santuario.
Techumbre del intrerior.
Interior del templo.
Retablo mayor o central con la Virgen del Campo.
La Virgen, patrona del Valle, ocupa un lugar destacado en el retablo.
Virgen del Campo, rodeada de ángeles.
Retablo lateral derecho.
Retablo lateral izquierdo.
Pequeña imagen románica en hornacina. Interior del templo.
Virgen del Rosario.
Imagen que preside uno de los retablos laterales.
Otra imagen en un retablo lateral.
Varas de cofrades muy originales por sus imagenes.
Parte superior de las varas.
Limosnero con la Virgen del Campo.
Pintura en uno de los retablos.
Una de las tablas pintadas del retablo mayor.
Sarga con escenas de la muerte para el día de Difuntos.
Otra escena en las sargas de difuntos.
Alusión y representación de la muerte.