sábado, 22 de marzo de 2014

Árboles singulares.



Tronco de castaño en pleno vigor. Morla de la Valdería (León)
Ayer, día 21 de Marzo, coincidiendo con el inicio de la Primavera, se celebró el día forestal mundial o día internacional de los bosques. En muchas ciudades y pueblos se regalaban árboles a las personas para su plantación, también lo hicieron en Benavente. Interesante tarea y de gran futuro para la protección de la naturaleza, el medio ambiente y la biodiversidad, el conseguir que cada persona plante un árbol, aunque solamente fuese uno a lo largo de su vida.
Este día y este acto me ha recordado la exposición que con el título En Arbolar-Grandes Árboles para la Vida, visité en Salamanca el pasado año 2013, exposición organizada y patrocinada por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y otras Instituciones.
A través de bellas fotografías y otros medios audiovisuales pudimos ver los árboles y bosques más destacados del mundo. Y conocer su importancia como refugios de una flora y fauna amenazada y su interés como motores de desarrollo sostenible y al mismo tiempo descubrir sus secretos para evitar causarles daño.
Se centraba la exposición en árboles singulares, aquellos que, cuando desaparecen, los ciudadanos se acuerdan de ellos, y que se encuentran no sólo en bosques y campos de cultivo, sino también en plazas o jardines, junto a caminos, en la acera de algunas calles o cerca de ermitas e iglesias. Árboles que, por su antigüedad, algunos de ellos están ligados  a la historia y costumbres de cada población.
Son aquellos que algunos denominan históricos o centenarios, viejos, monumentales o simplemente singulares.
Todavía existen y podemos ver muchos por toda España, sobre  los cuales se informa en folletos de turismo o por otros medios. También los vemos en ciudades y pueblos de Castilla y León. Y no podían faltar en esta comarca de los Valles de Benavente, tan privilegiada por las aguas y humedales, originados por los varios ríos y arroyos que la surcan. E incluso con dehesas pobladas de encinares con muchos siglos de historia.
Castaño centenario. Morla de la Valdería. (León)
Otro castaño respetado en Morla de la Valdería (León).
Felechares de la Valdería (León).
Grupo de encinas centenarias en las dehesa de Cejinas.
Tronco de encina. Cejinas.
Encinas junto a una edificación. Cejinas.
Encina respetada dentro de una plantación de chopos.
Uno de los cerezos centenarios que hay en Pueblica de Valcerde.
Cerezo en Sitrana de Tera, cerca de la ermita de El Cristo.
Arboles en la Fuente Mineral de Benavente.
Tejo en los jardines de La Mota de Benavente.
Pino en huerta en el centro del pueblo. Sitrama de Tera.
Gran nogal en El Sequedal. Benavente.
Árboles en la Fuente Mineral. Benavente.
Algunos de estos árboles singlares se encuentran en peligro de desaparición, en  ocasiones debido a la intervención del hombre, y en otros casos por incendios o falta de la atención debida.
La exposición sobre árboles singulares me ha hecho recordar algunos de los árboles que he visto en pueblos de Léon y de esta comarca, centenarios o, si queremos, viejos, pero con gran antigüedad, y singulares para sus vecinos y todas aquellas personas que los ven y admiran, sean castaños, robles, encinas, chopos, pinos, etc. Árboles monumentales que necesitan de cuidados para no desaparecer, como los necesita cualquier obra de arte, en este caso creada por la misma naturaleza  y no por las manos del hombre.

Monumento a la Encina seca. Dehesa de Rubiales.
Tronco monumental de un castaño seco en Pobladura de Yuso (León).
Los árboles cuyas imágenes vimos en “en Arbolar. Grandes Árboles para la Vida” forman parte del patrimonio natural y están protegidos. Ojalá que también los grandes y llamativos árboles que vemos en Benavente y pueblos de los Valles gocen también de protección, aunque sólo sea la que le puedan ofrecer los que están al frente de los municipios y de las mismas personas que viven en ellos.