El pasado día 2 de este
mes de noviembre, en el que la Iglesia Católica celebra festividad de los
Difuntos, me acerqué al Santuario de Ntra. Sra. del Campo, en Rosinos de
Vidriales, para ver unas sargas, de lino, pintadas, con temas relacionados con
la muerte, el Purgatorio y también la Gloria o el Paraiso. Allí me esperaba
Joaquín Pérez Turrado, quien, no sin contar con el permiso del sacerdote D.
Miguel, se encargó de enseñarme dichas pinturas y explicarme sobre ellas algo
de lo que ya había publicado en su blog: eltijoaquin.blogspot.com.
Me parece oportuno dar
a conocer, de nuevo, dichas pinturas, en este mes de Noviembre, considerado por
algunos como mes de Difuntos o de Ánimas, aparte de otras atribuciones.
Las pinturas tienen
bastante antigüedad, y nos acercan a unos momentos del pasado en el que las
vivencias religiosas eran muy distintas, como lo era la catequesis, o la forma de
hacerles llegar a los cristianos dicha información. Ocurría que, cuando se acercaba
los días de la Semana Santa, o en esta ocasión, de los Santos y Difuntos, lo
mismo que por Navidad o Reyes, u otras fiestas importantes del calendario, se
escenificaban o representaban, o se pintaban y decoraban espacios con temas
relacionados con dichas fiestas, para que la simple contemplación de las
escenas sirviese de instrucción religiosa. Y en cada época se ha hecho de forma
distinta.
Las pinturas del
Santuario de Rosinos de Vidriales tendrían esa finalidad y tal vez se expusiesen,
colgando las sargas sobre paredes, o sobre alguno de los retablos de la iglesia,
los primeros días del mes de noviembre, días centrados principalmente en el
culto a los difuntos, con visitas a los cementerios y el recuerdo de los
muertos. Incluso pudieran seguir expuestas durante todo este mes, conocido y
denominado, antiguamente, como mes de Ánimas o Difuntos. Parecida costumbre
tenía lugar por la Semana Santa, al colocar el Monumento, y ocultar retablos y
altares, para que toda la atención se centrase en el Santísimo, precisamente en
el mismo día y momento en que se recuerda la Santa Cena y la institución de la
Eucaristía. También el viernes Santo se cubrían con telas las imágenes de
vírgenes y santos de las iglesias, para que solamente se venerase y adorase a
la Cruz, después de la celebración de los oficios y en recuerdo de muerte de Cristo.
1.-En las pinturas de
Rosinos destacan las escenas sobe la muerte. En una de ellas podemos ver lo
siguiente:
Un sacerdote con bonete,
y el crucifijo en su mano, atiende a una mujer moribunda. Todos los personajes
que aparecen tienen a su lado o cerca de ellos a un demonio, incluso la señora
que está en la cama enferma o a punto de morir. Los hay también en forma de
monstruos que causan gran pavor.
En la parte de abajo, a
la derecha, hay una especie de cofre o caja fuerte, tal vez con cosas valiosas,
y dos sacos con dinero rodeados de serpientes.
Moribunda en la cama. Sobre su cabeza un demonio. Sacerdote y ángel a su lado. |
La moribunda mira hacia su arca-cofre y bolsas de dinero o bienes. (F.J). |
Retrato de la moribuda en manos de un demonio. (Foto Joaquín) |
Son curiosos los textos
en forma de versos. Uno de ellos dice:
Una
vez has de morir - Si esta la yerras, advierte -Que será eterna tu muerte
Esta visto y se
comprueba que al moribundo le quedan dos opciones: Si sigue con los placeres del
mundo y de la carne le esperan las
llamas del Purgatorio, que vemos en la parte izquierda, y si se arrepiente, ahí,
en lo la parte de arriba del cuadro, está Cristo resucitado, con su Cruz en la
mano, que le llevará consigo.
Hay además unos textos
al lado del cofre o arca que dicen:
Ay
de ti logrero – Ay de ti ladrón – Dios blande el acero – De su indignación.
Eternos
ardores allí les esperan, -ni mil confesiones suficientes fueron….
Está claro que la
persona que muere debe optar por la usura (cofre y arca con riqueza), el juego
(se ven cartas a la izquierda de la imagen) o el sexo, como parece indicar el
cuadro que tiene en sus manos un demonio, con el retrato de la moribunda. U
optar por lo que le dice el sacerdote con el crucifijo en su mano y que le
asiste en su última hora. El sacerdote intentará que renuncie y abandone todo
lo malo, para poder ir al Cielo como Cristo resucitado. Por su parte los
diablos intentarán también arrastrarla siempre consigo.
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2.- Esta otra sarga,
aunque distinta a la anterior, presenta el mismo tema de la muerte: La
moribunda yace en la cama con el crucifijo en su mano, muy cerca hay un
rosario. A su lado el sacerdote, con estola y bonete, que le señala con el dedo,
tal vez, al monstruo que se ve abajo a la izquierda. Les rodean varios ángeles,
uno de ellos es San Miguel, encargado de pesar a las almas con la balanza que
lleva en sus manos. En la parte superior entre nubes se ven también varios
angelitos.
Moribunda sobre el lecho. Al lado sacerdote, ángelesy santos. |
Uno de los ángeles es San Miguel, con la balanza para pesar las almas. |
Monstruo o bestia que se ve en la parte de abajo, a la izquierda. (F.J.) |
Imagen más cercana de la escena. (Foto Joaquín) |
El sacerdote estaría
dándole a la moribunda las últimas recomendaciones para su alma, que un ángel
cercano llevaría al Paraíso, lugar al que estaría señalando con su mano. El
otro ángel con espada, que hay a la izquierda, como que estuviese apuntando
hacia el monstruo o la bestia que se encuentra enfrente.
El texto o inscripción
que hay sobre el lecho o cama dice así:
Los
trabajos de los buenos- Su padecer y sufrir- Se acaban con el morir.
Es curioso y llamativo
ver también cómo las camas en las que se encuentran las moribundas, mujeres
en los dos casos, son distintas, lo que nos deja ver, o entrever, que su
situación socila social es también distinta. En la sarga o primera pintura la cama tiene dosel y una
colcha, o cubrecama, más elegante y a su lado un cofre o arca, es de imaginar
que cargado de joyas o bienes de otro tipo. Se trataría de una señora rica. En la segunda, la cama sin embargo es más sencilla, parece ser una simple mesa o banco
alargado, y ni la almohada ni la colcha destacan. Sin duda alguna es menos
vistosa y sin lujo alguno. Sería una persona con menos posibilidades
económicas. Y, aunque la muerte llega a todos por igual, y a todos se les
presenta la misma opción, ocurre como que al pobre le afectase más por su situación
y forma de vivir.
Cama elegante y co dosel. |