Pasear por esta calle de
Benavente, en la actualidad, aunque haya sufrido modificaciones, nos ayuda a
pensar y recordar en su antigüedad, no
sólo en la arquitectura de sus antiguas casas, gran parte de ellas de planta baja
y construidas de tierra, con adobe o tapial, sino también en la forma de vida y
costumbres de sus vecinos, algunos con diversos oficios: hortelanos, albañiles,
pasteleros, etc., y sobre tejedores a los que la calle debe su nombre. La estameña
es un tejido de lana basta que se usa en los vestidos.
En Benavente, villa y ciudad de
ferias y mercados, fueron muchos los oficios existentes, que estaban
establecidos y ejercían su trabajo en determinadas calles o plazas, que el
nuevo callejero las ha vuelto a recordar. Sirvan de ejemplo las calles de los
Herreros, los Carros, Carnicerías, las Eras, etc., y las plazas de la Madera,
del Grano, el Ferial, etc., o el pasaje
de las Guindas, o la Ronda de los Pelambres, etc.
Al acceder a Estameñas por la denominada,
en la actualidad, calle san Antón Viejo, hay que subir una pequeña cuesta y nos
encontramos ya con algún edificio de tres o cuatro plantas, pero todavía se
conservan varias casas antiguas, de
planta baja, construidas de tierra, con adobe o tapial, con puertas de madera, y algunas con mirilla, y
ventanas enrejadas. De vez en cuando vemos que, en el lugar que ocupaban las
pequeñas casas, se han construido otros edificios, lujosos, retranqueados de la
calle, con escaleras, ventanas, puertas y jardines, en donde se han utilizado
la piedra, el ladrillo, cemento, hierro y otros materiales más costosos y
resistentes.
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Estameñas, al subir desde la calle San Antón Viejo. |
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Predominan las pequeñas casas en una parte de la misma. |
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Algunas reparadas con ladrillo. |
De ellos hay uno, hacia el centro
de la misma calle, cuya fachada tiene dos
grandes y elevadas columnas, y una especie de frontón, con rejas y escaleras de
acceso, que es el que más llama la atención a los vecinos y paseantes, y
también a los forasteros, sean o no amigos del patrimonio arquitectónico. Y es
que el contraste de este con las pequeñas y antiguas casas es mucho mayor.
Ocurre que algunas incluso están a ambos lados de este edificio. Seguro que
sorprenderá a todos los que lo vean y recordarán un pasado reciente en el que eran
muchas las casas, o casonas, y urbanizaciones, que se construían por doquier. Y
pensarán también en los arquitectos, aparejadores, alcaldes, concejales y
planes de urbanismo, de ese pasado reciente.
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Hacia el centro de la calle destaca un edificio con columnas y frontón. |
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Junto a pequeñas casas. |
A medida que nos acercamos a la
calle La Sinoga, que se une con esta, vemos, a la izquierda, que las pequeñas
casas han sido sustituidas por edificios de tres o cuatro plantas y de
ladrillo. No ocurre así con los de la derecha, pues aún se conservan algunos de
tapial o adobe con capacho y pequeñas puertas de madera.
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Imagen de la calle al pasar, desde la calle La Sinoga. |
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Casa de tapial capachada, que aún se conserva. |
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Con esta puerta de dos hojas. |
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Otra casa antigua que hace esquina- |
La calle es estrecha y es de una
sola dirección. En gran parte de ella está prohibido aparcar, pero, con
frecuencia, como ocurre en otras calles y plazas de la ciudad, se ven muchos coches en ella, tanto de día como de
noche.
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No faltan coches en la calle, a pesar de ser bastante estrecha. |