Era antiguamente, y sigue siendo, una de las calles más transitadas, no solamente por vehículos, sino también por personas, pues no ha dejado de ser una de las entradas al centro de la ciudad para todos los que vienen de los pueblos de los valles del Esla, Órbigo y Tera. Y también para los que quieran salir, pues al final de la misma está la carretera de circunvalación o del Caracol por la que se accede a otras vías de comunicación.
Sus casas de barro y tapial, como correspondía al lugar, se han convertido muchas de ellas en edificios de varias plantas y para viviendas. Todavía se conservan algunas que nos dan testimonio de ello.
La calle tiene bastante extensión y es muy apropiada para la carrera del toro enmaromado, que suele resultar bien y de gran vistosidad para los espectadores. De ahí que sea también una calle de la que se conservan muchas imágenes del enmaromado, pasando por ella. Imágenes que nos ayudan a recordar su urbanismo y algunos hechos del vivir diario.
Es paralela a la calle Fortaleza, cuyo nombre nos recuerda la cerca o muralla que por esta parte tenía el antiguo Castillo, y su caserío era y es muy parecido en ambas, aunque en la actualidad todo ha ido cambiando.
La imágenes siguientes, como en reportajes anteriores, proceden del libro editado por el CEB "Ledo del Pozo" y algunas también publicadas en Facebook por el Grupo No eres de Benavente si...