martes, 12 de mayo de 2015

La Maroma. II Marcha Solidaria contra el Cáncer.



Desenrollando la Maroma poco antes de comenzar la marcha.
Al fondo, el Toril en donde se inicia el recorrido con la Maroma Solidaria.
El pasado domingo, 10 de mayo, se celebró en la ciudad de Benavente una marcha solidaria contra el cáncer, en la que participaron más de mil personas.  Esta marcha con el nombre de Maroma solidaria es la segunda vez que se realiza. Y tiene algo especial por el hecho de que se denomina así, Maroma Solidaria. Los organizadores han sabido elegir bien esta palabra, muy apropiada para ello en esta ciudad, y de gran atractivo para sus habitantes. Esto no ocurre en otros lugares en los que,  a actos de este tipo, o con la misma finalidad, los denominan marcha, recorrido, andadura, paseo, caminata, etc. o campeonato, gala, concierto, si se celebran o conmemoran de forma distinta. Lo que sí une a todos es el término o la palabra solidaria, o solidario.
La maroma no es más que una cuerda gruesa de esparto o cáñamo, lo mimo que la soga, aunque esta puede tener menor grosor.  
Quienes no viven en esta ciudad, comarca, provincia, y tal vez Comunidad Castellana y Leonesa, tienen que saber que en Benavente, a comienzos del mes de junio, coincidiendo con la festividad del Corpus se celebran las fiestas del Toro Enmaromado, fiestas en las que este animal, en sus varias actuaciones, es el protagonista. Pero la más importante de todas, y que goza de gran prestigio e importancia, es la carrera en la que el toro enmaromado, o ensogado recorre las calles y plazas de la ciudad, hasta que, rendido y agotado llega al matadero, para ser allí sacrificado. Jóvenes y no tan jóvenes, si pueden, se agarran a la maroma durante el recorrido, llevando y guiando así al astado hasta el final del mismo.
La maroma es un instrumento esencial y necesario que atan a los cuernos del toro, lo enmaroman,  y así lo llevan hasta el matadero. En otros lugares la llaman soga o cuerda, para el mismo o parecido tipo de festejo. Y de ahí que digan lo de toro ensogado o toro de cuerda.
La Asociación contra el Cáncer de Benavente ha querido servirse también de la maroma, cuerda a la que se agarran fuertemente muchos ciudadanos con la finalidad de colaborar en el acto, económicamente, pero también con la intención y el deseo de apoyar todo aquello, estudios e investigación y otros medios, que contribuyan a vencer y dominar totalmente esta enfermedad.

Comienzo de la marcha. Con niños ya solidarios.
Pasando por la Calle Matadero.
Agarrados a la Maroma...
...Pasan, poco después, por la calle Cortes Leonesas, junto a la Plaza Mayor.
La Rúa.
Plaza de Santa María del Azogue.
A esta marcha de convivencia y solidaridad asistieron este año más de mil personas, superando la cifra del pasado año. Personas mayores, pero también muchos jóvenes, e incluso niños, solos o acompañados de sus padres, para ir aprendiendo de solidaridad. La maroma, como símbolo de la fiesta, tiene un gran atractivo, pues son muchos los que intentan agarrarla, e incluso sienten satisfacción por haberlo hecho. Y esto también ocurre aunque la maroma no esté ligada, o atada, a ningún toro real o figurado, como ocurre ahora, pues el tema y asunto principal, y único en esta ocasión, es mostar la unión, la fuerza y la solidaridad de todos contra el cáncer.
Plaza de la Madera.
En la calle El Candil.
Entrando en la Plaza San Martín.
Cuesta del Río con La Maroma.
La Maroma por la Cuesta del Río.
La Maroma saliendo de la calle Santa Clara.
En la Plazuela de los Leones.
Corrillo de Renueva.
Calle Cervantes.
La marcha "la Maroma" llega a la Plaza del Grano.
La calles y plazas del recorrido fueron casi las mismas por las que lo hace el Enmaromado y gran parte de los participantes lo hicieron agarrados a la maroma, símbolo de la unión y solidaridad,  o muy cerca de ella, para no sentirse alejados de su deseo de unión y colaboración en la idea propuesta.
 No faltaron en la marcha algunas de las autoridades locales, ni tampoco representantes de los partidos políticos que, dentro de unos días, competirán en las elecciones municipales y autonómicas. Y es que ellos son, más que nadie, los primeros que tienen que decidir y apoyar todas las acciones sanitarias que se necesiten, a nivel local y también regional, e incluso estatal. Cierto es que en esta ciudad se cuida y atiende, en gran medida, a todo aquello que tenga que ver con la fiesta del toro. Y, desde el pasado año, no se olvidan tampoco de incluir a La Maroma entre las cosas e instrumentos más destacados de dicho evento, pues reconocen su valor simbólico y solidario, como hemos visto en la marcha del pasado domingo día 10 de mayo. De hecho, se nota el respeto que la tienen los encargados de extenderla al comienzo de la marcha y recogerla al final de la misma. Lo mismo que todas las personas que se afanan por conseguir agarrarse a ella fuertemente, con fines solidarios. 
Calle Encomienda. Al fondo la Puerta de la Epifanía de S. Juan del Mercado.
Calle Encomienda.
Calle de los Herreros.
El final de la marcha con la Maroma no fue el matadero ni sus cercanías, aquí se trataba de apoyar la vida, sino la plaza de Santa María del Azogue en donde estaba instalada la carpa de la Asociación contra el Cáncer. Al llegar al lugar se recoge con cuidado la maroma, pues no tardando prestará otro servicio.
Llegada a la Plaza de Santa María del Azogue.
La Maroma, protagonista del acto...
Se recoge con ayuda de los caminantes...
...niños, jóvenes y mayores.
La Presidenta de la Asociación dirige unas palabras a los que han participado en la marcha agradeciéndoles su colaboración. Es un acto solidario y también reivindicativo. Lo mismo hace el Sr. Alcalde en representación del Ayuntamiento de la ciudad. Hay que seguir apoyando todo aquello que sea necesario y contribuya a la mejora e incluso a la erradicación de esta enfermedad.
Carpa de la Asociación.
Termina el acto con el sorteo de regalos entre los participantes, regalos donados por personas y establecimientos de la ciudad, que también saben de solidaridad y ayuda.   

Los niños se encargan de sacar las papeletas del sorteo.
Se entregan muchos regalos entre todos los participantes.
Plaza de Santa María del Azogue después de la marcha solidaria La Maroma.














 

martes, 5 de mayo de 2015

100 Años del Ferrocarril Medina de Rioseco-Palanquinos.


De Medina de Rioseco a Palanquinos.
Durante estos días, y hasta el 15 de mayo, se puede ver en el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan una exposición, así titulada, que nos recuerda al antiguo y ya desaparecido tren, que comenzó su andadura el 30 de abril de 1915, y que, aunque dejó ya de circular el 11 de julio de 1969, aún se mantienen algunas de su infraestructuras, motivo suficiente, junto con otros, para celebrar su centenario. Y es que son tantos los recuerdos y vivencias de algunos en torno a este tren que merece atención y un detenido estudio. Es lo que han intentado sus organizadores Javier Revilla y Sarvelio Villar que, además, editarán en breve, un libro que recogerá toda la información posible sobre el tema, con abundantes dibujos e imágenes del pasado, capaces de impresionar, y de gran atractivo, para  quienes  las contemplen.
El tren se conocía popularmente como Tren Burra, al menos por la zona de León. Así lo escuché en muchas ocasiones. Y la razón que me daban es la poca rapidez con la que circulaba, de tal manera que algunos, en tiempo de las uvas, incluso bajaban del mismo en marcha, para aprovisionarse de algunos racimos, volviendo de nuevo en carrera al tren, que seguía su marcha.
En la exposición, a través de varios paneles, se informa con detalle del proyecto de su construcción y de sus autores, así como del presupuesto de la línea férrea. Y también sobre los orígenes, la compañía encargada del mismo, tarifas y horarios,  material fijo y móvil, obras realizadas, estaciones y otros edificios, etc. así como la puesta en servicio e inauguración del mismo.
Nos llama la atención la abundancia de imágenes que ilustran los paneles, imprescindible en este tipo de exposiciones, y muy del agrado de los visitantes. Se ve sobre todo al informar sobre las distintas estaciones, que fueron finalmente u total de catorce:
Estaciones, Tipo y Kilómetros.
Tarifas de pequeña y gran velocidad. Abajo sellos de 1ª y 2ª clase.
 Y todas la estaciones, independientemente de su clase, contaban con gran parte de los siguientes edificios:
-Edificio para los viajeros, la estación propiamente dicha. Algunos de hasta tres pisos, y hasta de 10 metros de altura. Cimentados con hormigón y zócalos de piedra  de sillería. Sus alzados con ladrillo. No lejos de este estaba un pequeño edificio muy singular, también de ladrillo, que estaba destinado a retretes y lampistería. Los retretes con curiosas ventana de ventilación.
Imagen antigua. Estación de Valencia de D. Juan.
Foto antigua y actual. Valencia de D. Juan.
Valencia de D. Juan. Edificio restaurado.
Retrete y lamparería en Barcial de la Loma.
-Edificios para cocheras o cocherones, con ladrillo tosco, destinados al resguardo de locomotoras y vagones. Sólo había en las cabeceras de línea, Palanquinos y Medina de Rioseco, y en el punto intermedio Villanueva del Campo.
-Los muelles a almacenes de mercancía, también de ladrillo tosco, y sobreelevados para favorecer la carga ay descarga hacia los vagones.
-Las garitas para el cabio de agujas, en principio de madera, pero después ya construidas de ladrillo con cubierta ondulada de hormigón armado.
Casetas de Guardaagujas.
-Los depósitos de agua para elevar el agua de los pozos y así poder abastecer a las máquinas. Sólo se encontraban seis localidades a lo largo del trayecto.
Además de los paneles hay varias vitrinas con libros, planos, proyectos y algunos útiles de la estación o usados por los empleados de la misma.
Vitrina con tejas y ladrillos utilizados.
Vitrina con otros objetos.
Billetes de tren.
Sobre una mesa unas maquetas realizadas por el artesano D. Pedro Villar, de algunos de los edificios citado. Y cerca de las maquetas una cesta de ferroviario, como las que usaban para llevar la comida, y una maleta de las de antes, que seguramente subió y bajo con frecuencia de  alguno de los trenes.
Maquetas de una estacióin y otros edificios. Autor: Pedro Villar.
La maqueta de una estación. Autor: Pedro Villar.
Cesta de ferroviario con la comida y maleta antigua de un viajero.
Placa en una calle de Valderas. Recuerda el día de la inauguración.
Incluso hay una traviesa de madera de las más de 3000 que formaban la vía. Sobre la traviesa los carriles de acero con un metro de separación entre ellos, como era lo estipulado.
Traviesa original con los carriles de acero.
Todo esto y mucho más podemos ver en esta exposición, una exposición cargada de recuerdos y tal vez nostalgias, sobre todo para aquellas personas que lo vieron y vivieron de cerca. Son ellos quienes mejor pueden contarlo y quienes más desean que las infraestructuras que todavía existen perduren en el tiempo. Que se restauren o rehabiliten más edificios, algunos ya lo están y tienen otros usos, y que todo el trazado se convierta, no tardando, en una Vía Verde, al servicio de todos los ciudadanos de las localidades por las que pasó el tren y de todos los demás que deseen conocer los pueblos y el paisaje de Tierra de Campos y los Oteros y el Páramo leonés, que nos ofrece el recorrido.