jueves, 28 de enero de 2016

Valles de Benavente: Yacimientos Arqueológicos 1. La Corona - El Pesadero.


Manganeses de la Polvorosa. En la ríbera del Órbigo, cerca del yacimiento.
  Una de las aportaciones más importantes de esta comarca de Los Valles de Benavente a la historia local y provincial y por lo tanto también a la regional y nacional ha sido, la que ha proporcionado la arqueología, por la abundancia de yacimientos existentes en ella. Su situación geográfica privilegiada, cruzada por tantos ríos, con montes y sierras de gran interés, hicieron posible el asentamiento de los distintos pueblos prerromanos y romanos. Unos, en los castros y montículos y otros, como los romanos, prefirieron los valles, cerca de los ríos y no lejos de los montes y sierras. Pero todos dejaron sus huellas en el subsuelo, muchas de las cuales han visto la luz, a través de excavaciones arqueológicas realizadas entre los años 1980 y 1995.
   Los hallazgos de algunas excavaciones, tras la debida restauración o reparación se han mantenido en su lugar, como ocurre con  los dólmenes de Morales del Rey, Arrabalde y Granucillo de Vidriales y con el campamento romano “Petavonium” de Rosinos de Vidriales. Pero los demás yacimientos, una vez excavados y recuperada gran parte de los materiales encontrados, han vuelto a su estado original, tierra sobre tierra. Y así ocurrió con  la villa romana de Requejo en Santa Cristina de la Polvorosa; el alfar de paredes finas, de época romana, en Melgar de Tera; los restos de termas, viviendas romanas y otros, encontrados en la Dehesa de Morales de Fuentes de Ropel; los yacimientos de La Sinoga y La Mota vieja de Benavente; la Necróplis Medieval sobre Villa Romana en el pago denominado Los Villares de Villanueva de Azoague, etc. Y los de otras muchas excavaciones realizadas en castros, poblados medievales o de otras épocas, que se podían citar, aunque no revistiesen la importancia de los citados. Sobre  todas ellas escribiré y mostraré imágenes en otro momento.
   Pero hoy quiero referirme, de modo especial, al  yacimiento “La Corona, como se denomina al montículo de este importante castro, y El Pesadero la parte baja y más llana al este del castro, que se encuentran cerca del pueblo de Manganeses de la Polvorosa, Esta zona de El Pesadero fue excavada en el año 1997 con motivo de la construcción de la autovía hacia Orense. Los Amigos del Patrimonio no pudieron conseguir, en esta ocasión, el desvío de la citada autovía, para mantener en su lugar este importante yacimiento, importante desde el punto de vista arqueológico e histórico, pues nos proporcionó datos sobre la época prerromana y romana (desde el siglo IX a. C. al s. II d. C.) Si se hubiese conservado, de la primera época podíamos haber contemplado, “al natural”, no en fotografía o cartón-piedra, (como se nos muestra en el aula de interpretación), los tipos de vivienda que utilizaban, con sus hogares, sus calles, sus murallas, etc.;
Vista general del yacimiento y el lugar de la excavación realizada.
Hallazgos de muros de la época más antigua...siglos VII a. C.
Restos del hogar en una de las casas- cabañas antiguas del yacimiento.
Viviendas con planta circular, tipo cabañas.
Y de la época romana, toda una industria alfarera, dedicada principalmente a la elaboración de tejas y ladrillos, para uso de las casas que se construían en los Valles de Benavente.
Junto a esto, las correspondientes instalaciones de almacenes, recintos para el barro, secaderos, etc. Y, principalmente, los dos hornos descubiertos, que servían para la cocción de dichas tejas y ladrillos. Además,  la enorme cantidad de restos cerámicos  y de otro tipo hallados durante la excavación.

Otra parte de la excavación.
El yacimiento está muy cerca del río Órbigo.
Restos de viviendas antiguas circulares, junto a restos de la época romana.
...Como los hornos  y abunantes restos de tejas y ladrillos romanos.
   Todo esto, después de excavado, quedó sepultado bajo la autovía. Hay que reconocer que su construcción, la de la autovía, fue el motivo de dicha excavación, pero los que la realizaron no esperaban tal hallazgo, que, una vez sacado a la luz, se tenía que haber pensado en conservar, como ha ocurrido con otros, sin duda alguna, de menor importancia. De nada sirvieron las protestas y opiniones, a favor, de muchos arqueólogos, historiadores e investigadores y  de todos los Amigos del Patrimonio, que visitaron el lugar o se interesaron por ello.
Antes de cubrir todo el yacimiento excavado se realizaron visitas al mismo...
...De alumnos de los Institutos y Colegios y de muchas otras personas.
No se pudo ir en contra de las decisiones tomadas por la administración y la política. Tal vez hubiese sido necesaria una fuerza mayor y de mayor alcance, incluso que hubiese llegado a la Comunidad Europea. Pero parece ser que esta provincia de Zamora, en la que están enclavados los Valles de Benavente no debe de estar preparada ni predestinada a recibir grandes eventos ni a realizar grandes infraestructuras y proyectos. Uno de ellos hubiese sido este ‘imaginable’ “Área Arqueológica y de Servicio de Manganeses de la Polvorosa”, cuya ejecución, precisamente al lado de la autovía, debidamente señalizado, haría que se detuvieran para visitarlo muchos viajeros, interesados por estos temas y Amigos del Patrimonio. El yacimiento de La Corona –El Pesadero de Manganeses conservado in situ, con la infraestructura necesaria y debida, hubiese sido otro gran hito en los Valles de Benavente. Y si añadimos al yacimiento el paisaje que lo rodea con el comienzo de la sierra de Carpurias, la confluencia de los ríos Eria y Orbigo, el monte El Mosteruelo muy cerca y la amplia vega que nos conduce hacia Benavente, sería todavía mucho más enriquecedor.  
Desde lo alto del castro La Corona se divisan bellos paisajes.
Por la desaparición del yacimiento y la presión ejercida por muchos ciudadanos de Benavente y comarca se consiguió que se pusiese en marcha un aula arqueológica en el pueblo de Manganeses de la Polvorosa que, junto con otras existentes en pueblos como Morales del Rey, Arrabalde y sobre todo Santibáñez de Vidriales, han contribuido a conocer mejor el pasado de esta zona norte de la provincia de Zamora, con numerosos hallazgos o restos de civilizaciones pasadas.
 

miércoles, 20 de enero de 2016

Benavente recupera una de las tradiciones en torno a San Antón.



Lo pudimos comprobar al pasado día 17 de enero, festividad del santo, cuando a las 12.15 horas se reunieron, acompañados de sus dueños, más de 150 animales, sobre todo perros, aunque se vieron también algunos gatos, en el patio de los ábsides del la iglesia de San Juan del Mercado. Lugar muy apropiado para actividades diversas, sean religiosas o no religiosas. En este caso se trataba de cumplir con la tradición de ofrecer y presentar al santo los animales y recibir su bendición. Por cierto que el santo no estaba presente, pero no estaría mal vista y aceptada su presencia junto al sacerdote en el momento de las bendiciones. Además la parroquia cuenta con una imagen antigua e importante también desde el punto de vista artístico, que podían conocer todos los asistentes.

San Antón. Iglesia de San Juan del Mercado de Benavente.
Nadie pone en duda que este santo es uno de los más populares y que cuenta con gran aceptación por parte de muchas personas, independientemente de sus creencias. Y es que se le considera patrón de los animales, sobre todos los domésticos, como caballos, perros, vacas, asnos, perros, gallinas y otras aves,  etc.  Al menos estos son los que se ven en las imágenes que conocemos sobre el santo. Si a su lado apareciesen monstruos serían representantes del mal, la maldad, el demonio, que tantas veces tentó al santo, según cuenta la leyenda. También es protector de algunas enfermedades de los humanos.
S. Antonio Abad. Grabado. Archivo histórico. Barcelona.
En torno a San Antón han surgido varias tradiciones, que se celebran en muchos lugares. Entre ellas las hogueras, refrranes o recitaciones, rifas o subastas de objetos donados al santo, el cerdo que durante el año vaga por el pueblo y es alimentado por los vecinos, etc., y sobre todo la más extendida por pueblos y ciudades como es la bendición de los animales, como se ha hecho en Benavente. Por cierto que es ya el segundo año, pero esta vez la asistencia ha sido mayor, y mejor el lugar elegido para ello, pues se debe hacer  cerca de una iglesia o ermita.  
Poco a poco se van acercando con perros al Patio de San Juan.
El perro y su dueña esperando la bendición de San Antón.
También acudieron personas, con gatos, a recibir la bendición.
Todos esperan el momento de comenzar el acto.
Organizado el acto por Procan, asociación protectora de animales, por iniciativa de algunas personas y el apoyo de socios defensores de las tradiciones, contaron también  con la colaboración del Ayuntamiento de Benavente.  Y es que una vez terminado el acto de la bendición de los animales, a cargo del párroco de San Juan, D. Cesar Salvador, se repartió entre los asistentes, que acudieron con perro, o mascota, un pequeño pan, que contaba por supuesto con las bendiciones del santo. 
El sacerdote D. Cesar lee un capítulo del Génesis. (F. Interbenavente)...

...Antes de comenzar la bendición de los animales.
D. Cesar, hisopo en mano, bendice a los animales y a sus dueños.
El agua bendita, a través del hisopo, llega a todos los presentes.

Reparto del pan de San Antón a todos los que asistieron con un animal.
Con este y otros actos que la asociación realiza a lo largo del año se pretende la protección y respeto  hacia los animales y la lucha contra su abandono. Todo ello muy digno de alabar, lo mismo que el concienciar a los dueños de su obligación de cuidarlos y de conseguir de ellos el respeto debido hacia las personas en sus domicilios y fuera de ellos. Por supuesto que  también respeto y limpieza en calles y plazas de la ciudad, si en algún momento es necesario. Seguro que los asociados, dueños de los animales, que han recibido la bendición del santo, conocen muy bien sus obligaciones y las respetan.
Algunos de los asistentes con sus perros o mascotas (F. Interbenavente)

Momentos antes de comenzar el acto....
...se fueron reuniendo en el Patio muchas personas con sus animales.
Está visto y comprobado que  amantes del pasado y de las tradiciones de Benavente han conseguido recuperar la fiesta de San Antón, al menos en algunas de su celebraciones. Y es que, desde siempre, en el pasado las tradiciones tuvieron gran peso en los distintos pueblos y civilizaciones. Como ejemplo tenemos al mundo romano en donde el Mos Maiorum, la costumbre de los mayores o antepasados, conjunto de reglas y preceptos que los ciudadanos, respetuosos con la tradición, tenían que respetar, era como algo sagrado que se mantenía a rajatabla entre ellos, algo heredado y que había que transmitir a los demás.
Benavente, en el pasado, tuvo mucho que ver con este santo, el patrón de los animales, y  también protector de algunas enfermedades humanas. Y es que  a San Antón se le recuerda en la ciudad, en el callejero, pues nada menos que hay dos calles dedicadas al santo, calle de San Antón y calle de San Antón Viejo. E incluso una pequeña plaza que se denomina plazuela, al final de una de las calles.
Y también, refiriéndonos al pasado, muchas personas de la ciudad conocen o han oído hablar de la ermita de San Antón, que se encontraba en el barrio de Las Eras, no lejos del Toril actual. Cuando esta fue destruida la imagen del santo que en ella había se trasladó a la iglesia del Sepulcro, que estaba al lado de las casas del Tinte, en el lugar que se conoce y hasta se denominó en algún tiempo Plazuela del Sepulcro. Aquí se celebraron las fiestas en honor a San Antón hasta la desaparición de esta iglesia. Y fueron variados los actos que antiguamente se organizaban, pues, aparte de la bendición de los animales, hubo refranes, concursos, carreras de caballos y de asnos, e incluso verbenas en distintos barrios.
Al desaparecer esta iglesia, que hizo las veces de ermita de San Antón, la imagen se trasladó a la iglesia de San Juan del Mercado y es la que se venera en la actualidad.
Con todo esto, y las imágenes que hay en la iglesias, podemos decir que la devoción a este santo fue grande en el pasado. Ahora parece ser que se trata tan sólo de recuperar la tradición de la bendición de los animales el día de su fiesta.
S. Antón. Retablo iglesia de Sta. María del Azogue.
A San Antón se le representa como monje que fue, con hábito talar oscuro o negro y con manto o cogulla y capuchón del mismo color. A veces lleva gorro. Y en su mano derecha casi siempre el báculo de abad o un bastón.
Otros atributos son el libro abierto en su mano, la campanilla que cuelga del bastón,  del cuello del cerdo o de su propia mano; una llama en el suelo o sobre el mismo libro (se le invoca en la enfermedad denominada Fuegos de San Antón); y siempre aparece rodeado de animales, sobre todo domésticos, como he dicho anteriormente. Pero es sobre todos el cerdo el que más aparece junto a él en las imágenes que vemos en iglesias y ermitas de esta comarca y demás lugares.
S. Antón. Iglesia de Matilla de Arzón.
En la iglesia de Castrogonzalo.
S.Antón. Iglesia de Santa Colomba de las Carabias.
Imagen en la iglesia de Olmillos de Valverde.
San Antón con una rosca el día de su fiesta. Valdescorriel.






domingo, 17 de enero de 2016

Calles de Benavente: Ronda del Hospital.



En el año 1975 ya recibía este nombre, pero en un Pleno Municipal de ese mismo año, a propuesta de la Comisión de Urbanismo, se propuso y aprobó que  “las vías urbanas con este nombre de rondas fuesen denominadas en lo sucesivo calles, conservando el nombre específico que tenían”. Y fueron varias las que estuvieron denominándose así, calle ronda, durante mucho tiempo.  Fue en el año 2004, con la nueva reforma del callejero cuando se decidió que fuese  el nombre de ronda y no de calle el que se utilizase, pues era el más apropiado para los lugares en los que se aplicaba. Y además en una ciudad como Benavente que estuvo rodeada antiguamente de una cerca o muralla y de algunos edificios de gran importancia, y de gran solidez en su construcción.
Si nos atenemos al significado de la palabra se denomina ronda a la calle o calles, y también el paseo, que circundan una ciudad o la parte antigua de ella. En este caso se trata de una pequeña y estrecha calle, poco más de 90 metros de larga y 3 o 4 de ancha, según el lugar, que se encuentra al norte del antiguo edificio denominado Hospital de la Piedad, construido en el siglo XVI, a base de piedra y ladrillo principalmente.
La Ronda desde la calle Cuesta del Hospital.
En este caso no rodea la ciudad pero sí está cerca del lugar el que se encontraba la muralla, e incluso una de las puertas de la misma, como era la Puerta de Santa Cruz. Y además junto a  un edificio histórico y artístico con pared o muro de piedra o ladrillo y de gran antigüedad. En otros lugares de Benavente ocurre lo mismo. Hay varias calles denominadas así que, aunque no rodean la ciudad, sí están cerca del lugar en el que estaba la  muralla antigua.
Esta ronda, vista desde la calle de Santa Cruz, se inicia con un arco sobre el cual se encuentran dependencias del Hospital, arco de piedra como los otros que hay sobre el pasadizo, que nos conduce al resto de la calle. El arco y el acceso a la Ronda forman parte de la fachada del mismo Hospital.
Junto al arco y el pasadizo una casa de ladrillo con tronera.
Y sobre el arco una dependencia del Hospital-Residencia.
Arco y pasadizo de acceso a la Ronda del Hospital.
Caminando por ella llegamos hasta la denominada Cuesta del Hospital, una calle con mucho ajetreo pues es una de las entradas a la ciudad.

Al fondo la Cuesta del Hospital Comarcal.
 A la izquierda de la imagen casas de  nueva construccion.
Varias ventanas en el muro del Hospital de la Piedad
A esta Ronda da la pared, o muro norte, del antiguo Hospital de Peregrinos, hoy residencia de la Tercera Edad, pared o muro construido con ladrillo y también piedra al menos en su parte inferior y alrededor de las ventanas, algunas de ellas con rejas de diversas formas. Por cierto que las ventanas son de distintos tamaños. Las más pequeñas en la parte inferior, casi el nivel de la calle, sirven para proporcionar luz a los sótanos del edificio, dedicados a almacén, lavandería y salas de juego para los residentes.
Ventanas de distinta forma y tamaño.
Variedad de rejas...
Ventana alargada.


En la parte baja, pequeña ventana que da al sótano del Hospital


En la acera de enfrente vemos casas de nueva construcción, en cuyos bajos hay algún establecimiento comercial. En uno de ellos, muy cerca del arco de entrada está el local de la Cruz Roja Local. Aquí se reúnen los socios voluntarios y aquí se preparan cuando tienen que participar en alguna actividad en la que es necesaria su colaboración. También en este local reciben los donativos o alimentos que luego distribuyen entre los más necesitados de la ciudad.

A la derecha las nuevas casas de la Ronda.
Local de la Cruz Roja en el bajo de un edificio de la Ronda.
Junto al local de la casa que ocupa la Cruz Roja destaca la parte posterior de otro edificio antiguo, de la casa cuya fachada da a la calle de Santa Cruz. Es la conocida como casa de los Ferreras. Este edificio destaca además de por el material empleado en su construcción, por los adornos y decoración en su fachada, al estilo de otros muchos construidos en Benavente a finales del siglo XIX, o principios del siglo XX, tiene de buen aspecto y es merecedora de atención y conservación. Son pocos  los que se conservan de esta época y tipo de construcción, a pesar de ser muchas las casas que existían por las distintas calles y plazas del casco histórico de la ciudad.
Ojalá que sea este uno de los que perdure en el tiempo, como muestra de este tipo de construcción. Y más por encontrarse junto a la fachada del Hospital de la Piedad.

A la derecha la parte de atras de la casa de ladrillo.
Desde la Ronda también se puede acceder a la casa.
Por la Ronda del Hospital pasan a diario muchas personas hacia sus trabajos u ocupaciones. Y es que al final de la calle, hacia el este, nos encontramos con la Cuesta del Hospital, denominada así por encontrarse en ella el Hospital Comarcal del Sacyl y no lejos de él el Centro de Día u Hogar del Jubilado, con gran número de socios y al que acuden diariamente muchas personas mayores por motivos diversos. 
A la izquierda muro del Hospital de la Piedad.
Vista de la calle desde la Cuesta del Hospital.
Pasadizo y al fondo la Calle de Santa Cruz.
Pared de piedra del Hospital de la Piedad.
Pared del Hospital, de ladrillo y pintada de blanco.
A la derecha la pequeña Ronda del Hospital.
Hospital de la Piedad en su parte oriental.