sábado, 27 de febrero de 2010

Valles de Benavente. Río Esla


1.- En este recorrido por los ríos y arroyos, con sus valles respectivos, de la comarca de Benavente, voy a escribir sobre el río Esla, el antiguo Astura, que, aunque no se le considere padre, en realidad lo parece, lo mismo que el Duero, y más para los habitantes de las provincias de León, en donde nace y por donde pasa, y también para los pueblos de Zamora, que reciben sus aguas, antes de llegar al Duero. Es el río con más historia y uno de los más citados en los textos antiguos. De él hablan ya en el siglo I a. C., Floro y Orosio, cuando narran las campañas de Augusto en la guerra contra los astures, este pueblo prerromano que poblaba sus orillas y del que tomaron su nombre. Porque, Astures viene de Astura y no al revés. Podemos decir que el Astura es el padre de los Astures. Es un hidrónimo que puede significar, como palabra prerromana que es, compuesta de ast (peña, roca) y ura/ur (agua), agua entre rocas o peñas. Y realmente es así, si nos fijamos en su origen o nacimiento.
Sobre la evolución de Astura a Esla hay diversas opiniones, pero no es imposible dicha evolución: Astura/Astora/Astla/Estla/Esla. Además sabemos que los romanos llamaron Astura "a un río que en lengua prerromana se denominaba Estla o Estula".
El Astura se corresponde con el Esla en su función de frontera oriental de los astures, cuya capital o centro era Lancia, con la excepción de un tramo medio, situado entre Almanza y la confluencia del Cea con Benavente, donde la frontera le correspondería al Cea, su afluente. Además de Lancia existieron otras ciudades de no menor importancia estratégica e histórica, como ocurre con Brigaecum (Briceco/Brigecio), situada, según los últimas investigaciones, en La Dehesa de Morales de Fuentes de Ropel.
El Esla es el río más extenso y más caudaloso de los que nacen en la provincia de León y que pasan por esta comarca. A la formación de su caudal contribuyen otros ríos de gran importancia, como el Bernesga y el Torío, ríos en medio de los cuales está la capital leonesa, que tiene su origen en el asentamiento, en este lugar, del campamento de la Legio VII Gemina. Estos ríos contribuyen a dar belleza, frescor y buen ambiente a la ciudad. Además están urbanizados, con cauce limpio y prestando un servicio digno a los leoneses, para paseos a pie o en bicicleta, o la práctica de algún deporte; el Porma y el Curueño, ya más alejados de la ciudad, pero pasando por otros lugares en los que van dejando también, además de riqueza en vegas y riberas, bellos paisajes; y también el Cea, y muchos otros ríos o arroyos procedentes de las montañas.
En algunos de estos ríos existen presas para regular sus aguas, que en verano sirven para regar la paramera leonesa y otras comarcas necesitadas de agua, y, durante todo el año, para mover las turbinas y producir la energía eléctrica. La más importante de las presas es la de Riaño, que convirtió al pueblo y su valle, poblado de casas y ganados, en un gran lago, cambiándose el verde de los prados y montes, por un azul marino, con reflejos de montañas sumergidas. Ojalá que Riaño vaya a más, lo mismo que los pueblos, con aguas del Esla, algunos de importancia, como: Boñar, Cistierna, Mansilla de las Mulas y Valencia de D. Juan, por citar a los de mayor población.
2.- No lejos de Valencia de D. Juan, comienza la comarca de Benavente. El primer pueblo es San Miguel del Esla. Los demás, que se asoman más o menos al río, según su proximidad, son: Santa Colomba de las Carabias, San Cristobal de Entreviñas, Castrogonzalo, Castropepe, Villanueva de Azoague, Barcial del Barco, Villaveza del Agua, Santovenia del Esla, Breto y Bretocino.
El Esla en Castrogonzalo, después de recibir las agusa del río Cea.
Al pasar por el viejo puente de Castrogonzalo.
En Castropepe pasa el río cerca del cementerio y de la Espadaña de la antigua iglesia.
Breto de la Ribera. El río y el nuevo puente.
Central eléctrica junto a la antigua aceña de Breto de la Ribera.
Restos del molino y del canal que utilizaba el viejo molino en Bretocino.

Al Esla llega también el Cea, cerca de Castrogonzalo y el Tera, no lejos de Milles de la Polvorosa. Existen algunas pequeñas presas que abastecen de agua a la minicentrales hidroeléctricas, como la de Bretó, construida junto a la antigua aceña, y, últimamente, la que se ha construido hace poco tiempo en Granja de Moreruela, no lejos del antiguo monasterio. La presa esta cerca de un puente medieval, que comunica con la aceña de San Andrés. Puente y aceña quedarán bajos sus aguas.
Hay también varios e importantes puentes como los de Castrogonzalo, con restos del romano, el medieval y el moderno de la autovía; el puente de Hierro, para el ferrocarril, de Villanueva de Azoague, digno de visitar y conocer; y, últimamente, el recientemente inaugurado, y durante muchos años esperado y añorado, puente entre Breto y Bretrocino, que ha transformado, creemos que para bien, el paisaje y también el paisanaje de estos pueblos, de lo pueblos limítrofes y de toda la provincia. Es cosa del progreso y de las infraestructuras necesarias. Lo mismo pasará, cuando se cuente con un Hospital de Benavente. Todos los ciudadanos, sin duda alguna, mejorarán en salud y bienestar.
Antiguamente, aunque no hace demasiados años, y ante la falta de puentes, existían barcas para pasar el río. Y barqueros que, con la debida tarifa, estaban al servicio de los ciudadanos. Era famosa la barca y el barquero que actuaba entre Barcial y Villanueva de Azoague y el que ejercía su trabajo, con barca, entre Bretó y Bretocino.
Todos los pueblos que baña el Esla son importantes, por grandes o por pequeños que sean y merecen atención. Algunos, como San Miguel del Esla, Santa Colomba de las Carabias y San Cristobal de Entreviñas disponen de pozos artesianos con agua de calidad, hoy tan escasa, que procede de profundos acuíferos y a donde acuden muchos comarcanos para degustarla y llevársela a sus hogares; otros destacan por su antigüedad, pues sus primeros pobladores habitaron en castros prerromanos, ya en los siglos IV - III a. C., como Castrogonzalo y Castropepe; sin embargo en otros, como Villanueva de Azoague y Villaveza del Agua, fueron los romanos quienes construyeron sus villas o poblados; en Bretó y Bretocino se conservan restos de sus aceñas o molinos en la orilla del río; desde una balsa con agua del Esla, construida en Barcial del Barco, en lugar elevado, se distribuye el agua que riega la vega de los pueblos de la margen izquierda del río, aguas abajo; por Santovenia, que es del Esla, aunque el río quede un poco lejos, pasa la carretera de Benavente a Zamora y se nos presenta como un pueblo grande en calles y plazas, pero, como todos, con población disminuida; Bretó, cerca ya de Moreruela, tuvo mucho que ver con el Monasterio, tiene mucha historia, que sus vecinos quieren conocer y que también la conozcan los demás; y lo mismo Bretocino, aunque esté al otro lado del río.
El Esla es un gran río y los pueblos por los que pasa también lo son. Solamente hemos querido hacer una pequeña referencia a cada uno de ellos, ante la imposibilidad de contar más cosas en tan breve espacio. Y una última reflexión para pensar en lo que el Esla ha supuesto para todos, en el pasado y en el presente. Él pasa todos los días sin interrupción, nos saluda cuando lo vemos, y nos muestra sus aguas, que bajan desde las montañas leonesas, aguas de colores varios, según la época, el clima o la estación del año, con mayor o menor fuerza e impetuosidad, pero siempre, aguas ricas y con ganas de generar riqueza allí por donde pasan. Este es el destino de los ríos.

lunes, 22 de febrero de 2010

Valles de Benavente. Río Órbigo


La provincia de León abunda, como ninguna otra, en ríos, arroyos, riachuelos, y regatos. Si contemplamos un mapa físico veremos que el color azul que representa al agua destaca por las numerosas líneas, de trazo más o menos grueso, según la importancia de cada uno de ellos. Todos o casi todos parten de sus grandes, elevadas y bellas montañas, bajando en sintonía y en sinfonía hacia el Esla. Este hará de receptor de las aguas, que después cederá al padre Duero. En esta orquesta sinfónica, que nos parecen los ríos de León, los instrumentos, de mayor o menor tamaño, vendrían dados por su caudal o cauce, según el río. Y los sonidos serían producidos por sus aguas, al correr primero entre las rocas y peñascos de las montañas, después entre piedras, y finalmente sobre la tierra, mas o menos arcillosa, de las llanuras del páramo.
Uno de estos ríos leoneses es el Órbigo, el antiguo Urbicus romano. La palabra compuesta de ur "agua", bi "dos" y el sufijo ko/go, "de", significaría "el de dos aguas". Se trata de un hidrónimo, de origen vasco-ibérico, que hace referencia a cómo está o cómo se ha formado. Lo mismo ocurre en palabras como Urbión, Urbicua, Urbieta, etc. topónimos que significan "ciudad, sitios o lugares entre dos aguas" Y es que, efectivamente, así ocurre con el Órbigo. Basta ver el mapa o visitar el lugar próximo a su nacimiento. En esta ocasión merece la pena hacerlo. Se trata del valle de Babia, en el río Luna o el valle Gordo, en el Omaña, pues son estos dos ríos, el Luna y el Omaña, los que, juntos, lo forman y los que más contribuyen a que sea caudaloso y abundante en agua.
Pero, si el Órbigo es así, es debido no solo al Luna y al Omaña, sino a que otros ríos y numerosos arroyos se le unen a lo largo del recorrido. Entre ellos destaca el Tuerto, río de la Cepeda Leonesa y de la Maragatería, que se junta con el Duerna cerca de La Bañeza, poco antes de llegar al Órbigo. Más al Sur está el Jamuz, el río de la tierra arcillosa y de la artesanía alfarera, que lo hace en La Nora. Y todavía nos queda el Eria, el río del Teleno, de la alta Cabrera Leonesa, que, después de pasar por la Valdería, termina su andadura en el Órbigo, ya en tierras de Benavente.
Con todo esto no podemos menos que considerarlo como un río grande entre los grandes, majestuoso y caudaloso, temeroso en el invierno y la primavera debido a las lluvias y al deshielo, que siguen causando inundaciones al terminar su recorrido, en las cercanías de Benavente, y también a lo largo del mismo. Y esto, a pesar de existir algunas presas en varios lugares, entre las que destaca la de Barrios de Luna.

2.- El río ha dejado riqueza a su paso por la provincia de León, pero también en los pueblos de la comarca de Benavente por los que pasa y que son: Maire de Castroponce, Coomonte de la Vega, Fresno y Vecilla de la Polvorosa, Villabrázaro, Manganeses y Santa Cristina, también de la Polvorosa y por último, Santa Colomba de las Monjas.
Podemos decir también que es el más caudaloso de los que llegan o pasan por esta comarca, comarca principalmente receptora de ríos y que, precisamente por esto, tiene grandes posibilidades de riqueza y de desarrollo. Las vegas del Órbigo son extensas y fértiles, llenas de maizales, más que de otros cultivos como la remolacha, motivado por el reciente cierre de la fábrica azucarera de Villanueva de Azoague. Además del maiz hay abundantes plantaciones de chopos, muchos chopos. Incluso se ven viveros de chopos en algunos pueblos. A su cultivo ha contribuido la apertura y funcionamiento de la fabrica de maderas Tablicia, que facilita su comercialización. Menos mal que los agricultores saben adaptarse a lo que sea necesario. Y saben también lo que son capaces de producir sus tierras, situadas junto a estos ríos.
Pero, al recorrer el Órbigo, como los demás ríos, no nos podemos olvidar de los pueblos, situados cerca del mismo, ni de quienes los habitan. El río, sólo, tampoco sería nada. Prefiere estar cerca y al servicio de los ciudadanos ribereños. Es esta la finalidad de su existencia: servir y contribuir a la producción, a la riqueza y al bienestar. El, por su parte, también pide respeto, limpieza, y atención.
Vamos a acompañar al río desde que entra en esta comarca. Maire nos recibe con una amplia calle, hoy ajardinada. Es lo que queda de la antigua cañada La Vizana que pasaba por aquí y cuyo famoso puente no se encuentra lejos. La cañada se ha convertido en calle para paseo y lugar de esparcimiento. Tiene Maire un edificio, junto a las bodegas, resto de una antigua alcoholera y una minicentral eléctrica junto al molino, hoy en ruinas. Y muchas casas de tapial o adobe, que nos llaman la atención por su antigüedad. De Maire hasta Coomente pasamos por un puente de una sola dirección, estrecho y maltrecho. Ahora cuentan ya con uno nuevo. Pero antes de llegar a Coomente la carretera transcurre entre frondosos castaños salvajes, a ambos lados. No es de extrañar que sea lugar de paseo y de expansión para los ciudadanos. Además contribuyen a ello las instalaciones deportivas que hay en el entorno de su ermita del Cristo. La Iglesia de Coomonte está en un lugar elevado, sobre roca pizarrosa, como contemplando la vega del Órbigo. Y también están en lugar elevado las bodegas, al poniente, a la puesta del sol, como contemplando la vega del Eria y la sierra de Carpurias. Porque Coomonte tiene la suerte de poder contemplar, desde lo alto, dos vegas, una sierra, un monte, el suyo "Co-o-monte" y los pueblos que están ubicados en esos lugares. También pueden contemplar todos los días los aerogeneradores instalados en la sierra, y a algunos coomonteños no les gusta ver esos postes de hierro, aluminio u otros metales destacando entre el verde de la encinas, robles, urces, jaras y demás vegetación, puesta allí por la naturaleza, desde siempre, para embellecer la sierra. Pero han oído decir que con ellos progresarán los pueblos, la comarca y toda esta provincia de Zamora.
Fresno de la Polvorosa nos recuerda al árbol de su nombre, abundante en estos pagos y con Vecilla pensamos en pequeña vega, ahora fértil y extensa y con muchos chopos. Lo de Polvorosa nos hace recordar también a la batalla de Polvoraria, ocurrida allá por el año 878, no lejos de estos pueblos.
El río Órbigo desde el viejo puente entre Maire de Castroponce y Coomonte de la Vega.

Manganeses también nos recuerda la batalla, a su castro La Corona, con el aula arqueológica, a un antiguo canal o manga, y al molino, los puentes, etc. e incluso a alguna de sus fiestas como la de La Cabra, tan denostada por algunos, pero tan querida por la mayoría de ellos, tanto la fiesta, como la cabra.
Los puentes sobre el Órbigo en Manganeses de la Polvorosa.

En Santa Cristina se nota progreso. Con razón es una de los pueblos más importantes de la provincia y por supuesto de la comarca benaventana. Hay varias industrias y dispone de otro tipo de infraestructuras. Junto al río, un camping y zonas de recreo y esparcimiento.
Santa Colomba de las Monjas tiene menos población pero más antigüedad, como nos lo demuestra la existencia de un antiguo monasterio cisterciense en el siglo XII, situado en el centro del pueblo, no lejos de la Iglesia. Posteriormente, nada menos que cuatro siglos después, sus monjas se trasladaron intra muros de Benavente. En su termino desemboca el río Orbigo en el Esla. Sus tierras y su campo son las que más inundaciones sufren, han sufrido y seguirán sufriendo, si no se arreglan debidamente, y de una vez por todas, las carreteras, caminos, puentes y lugares de paso, próximos al pueblo. Aunque se han realizado algunas obras, queda mucho por hacer.
Presa en el Órbigo cerca de Santa Cristina de la Polvorosa. De aquí parte el agua hacia el Caño de los Molinos.
Una parte del puente sobre el Órbigo en Santa Cristina de la Polvorosa.
Lugar de confluencia del Órbigo con el Esla, cerca de Santa Colomba de las Monjas.

Todos sabemos que por Benavente no pasa ningún río, aunque sí por su cercanías. Y el más cercano de todos es el Órbigo o al menos sus aguas, pues de él proceden las que corren en abundancia por el canal de La Sorribas, conocido antiguamente como Caño de los Molinos. El canal parte del Órbigo y, por tierras de Santa Cristina, llega a las de Benavente en el pago denominado Huertas del Sequedal, cerca de la vía ferrea. Y pasa no lejos del antiguo castillo y bajo el puente de hierro. Riega todavía algunas huertas, da servicio a las fábricas de harinas La Sorribas y La Ventosa, y su abundante vegetación arbustiva y arbórea produce verdor y frescor en la ciudad. Es como un río y como tal debe ser tratado. De hecho algunos así lo llaman, incluso sabiendo que no lo es. Y los que no lo saben y lo ven por primera vez, también lo consideran río. Pero, sea canal, caño o río, merece también atención, cuidado y limpieza, por parte de quien corresponda. Los amigos del Patrimonio creen que debe ser así y así lo desean.

miércoles, 17 de febrero de 2010

LATINISMOS



1.- Hace días escribí sobre el Latín, como lengua patrimonial, origen del castellano y de otras lenguas, y conocida por los ciudadanos en mayor o menor grado. Y decía cómo se utilizan muchas de sus palabras, sin modificar, en su forma original, tanto en momentos de nuestra conversación, como en otros, dentro de las actividades de la vida diaria. Pero si son muchas las palabras latinas existentes y usadas, son también muchas las expresiones latinas, locuciones o latinismos, utilizados más por escritores, periodistas o personas con cultura, aunque también lo hacen muchos otros ciudadanos.
Pero quiero referirme concretamente aquí al empleo, de modo adecuado, de dichas frases o expresiones latinas en el uso cotidiano del castellano. Lejos de mi cualquier referencia al empleo frecuente de latinajos sin sentido, pero sí mi apoyo a los latinismos en el momento justo y apropiado, siempre, claro está, que se conozca su significado.
Además, gran parte de los que se usan en el lenguaje corriente están ya incluidos en el DRA (Diccionario de la Real Academia), con lo cual forman parte del léxico castellano, aunque sean Latín. Se puede acudir al Diccionario para conocer su significado exacto, lo mismo que podemos saber el de otras palabras de la lengua. Lo que ocurre, a favor de los latinismos, es que forman parte de muchos otros idiomas, en los que también se utilizan en el mismo sentido.
El que los locutores de radio o televisión, escritores, periodistas, aficionados al periodismo o colaboradores eventuales, se sirvan de los latinismos, con cierta frecuencia, ha hecho que los demás ciudadanos se familiaricen con ellos y entiendan mejor su significado y el momento de su utilización. Si, por el contrario, ellos los utilizan mal, hacen daño a esos ciudadanos, al uso del léxico, y un flaco favor a la cultura y al patrimonio de la lengua. Solamente podrán hacer un uso correcto de los mismos quienes conozcan la lengua latina. Si no es así, el que usa tales expresiones no podrá darlas el contenido o significado exacto que tienen y lo mismo le dará decir urbi et orbe que urbi et orbi, como debe ser, o suis generis, en vez de sui generis, o motu propio por motu proprio, que es lo latino, etc.
Los amigos del patrimonio, amantes y amigos de las tradiciones, respetan e incluso defienden el uso de latinismos o expresiones latinas, siempre que sea necesario. Con ello se está dando aún más vida al Latín y a todo el patrimonio lingüístico, que hemos heredado de dicha lengua. Pero pienso que no se deben usar latinajos, ni tampoco se debe latinear, sino solamente utilizar los latinismos en el momento justo, apropiado y adecuado de nuestro discurso y conociendo siempre bien, de antemano, su significado.
2.- Hagamos un breve repaso por los latinismos más utilizados y más conocidos por todos o casi todos los ciudadanos, también los de los Valles de Benavente, a quienes, de modo especial, esta dedicada esta página.
Lo vamos a hacer empezando por la Educación acompañando a aquel Profesor que, aunque a él no le correspondía hablar ex cátedra (en tono solemne y magistral) en ocasiones lo hacía. Resulta que un día pilló a un alumno in fraganti (en el mismo momento de la acción) realizando lo que no debía. Pero él, para no complicar la situación y, antes de que el alumno se disculpase, le dijo que lo hecho era peccata minuta (cosas sin importancia). Y así de esta manera se zanjó el problema en cuestión.
Una de las frases más conocidas y recordadas por los Profesores de Educación Física en el aula es aquella, atribuida al poeta latino Juvenal, que dice: Mens sana in corpore sano (mente sana en cuerpo sano). La frase se suele citar para indicar que la salud del cuerpo es condición indispensable para la salud del alma, del espíritu.
En ocasiones, algunos alumnos, en el momento de realizar un examen se quedan in albis (en blanco). Esto suele ser fruto, en muchas ocasiones, de no haber estudiado, aunque pudieran tener otros motivos. Estos mismos alumnos, aunque no sean buenos estudiantes, se ofrecen para realizar motu proprio (voluntariamente, espontáneamente, por propia iniciativa) otro tipo de tareas o actividades.
En el mundo económico o empresarial e incluso en la economía familiar todas las personas conocen si ha habido superavit (sobró) o déficit (falta). También son muy familiares estas palabras para los políticos y administradores públicos, que gozan, cuando prevalece la citada en primer lugar. A estos les conviene también no olvidar expresiones como res, non verba (hechos, realidades, no palabras), referida a sus continuas promesas, o esta otra, ad rem (al asunto, a la realidad) cuando divagan y se pierden en discursos y demagogias. Por supuesto, que los candidatos a desempeñar un puesto de trabajo, casi siempre tienen que presentar su currículum vitae (curso de la vida), por el que se conocerán todos sus estudios, trabajos y otras actividades. Y se nos suele informar de la renta per capita (por cabeza) de un país o nación, para poder compararla con la de otros.
Los que nos informan sobre deportes nos dicen a veces qué equipo a priori (por anticipado) tiene posibilidades de ganar, aunque saben muy bien que quien ha ganado solamente lo podrán decir a posteriori (después de realizada la acción). Estos mismos, al comentar un partido de fútbol, sus alineaciones y demás, nos recuerdan a veces que tal a cual jugador actuará de libero (libre).
En lo referente a los funerales y muertos se usan muchos latinismos, todavía en vigor algunos en los pueblos. La palabra latina memento (recuerda) está usada en el mundo funerario. Lo mismo que cuando se dice in memoriam (en memoria o recuerdo) de alguien o de algo. Pero en las esquelas funerarias la que aparece con más frecuencia es corpore insepulto (con el cuerpo sin sepultar), para informar sobre el funeral que se va a celebrar con el cuerpo del difunto, antes de inhumarlo o enterrarlo. También la palabra memorandum (recordatorio) se suele emplear en estos momentos. Y todavía se acude a las siglas R.I.P ‘requiescat in pace’ (descanse en paz), que se colocan sobre la caja del difunto o sobre su tumba. Los abogados o los médicos usan post mortem (después de la muerte), para cuestiones relacionadas con testamentos o herencias de los fallecidos.
Sería muy prolijo seguir enumerando latinismos. Solamente citar ya estos, conocidos por todos, por el uso frecuente de los mismos: alias (por otro nombre), vale (adios), referendum (para ser votado), ultimátum (declaración final, último plazo), agenda (lo que hay que hacer). Y por último la sigla et.c.- etc- ‘et caetera’ ( y lo demás, y las restantes cosas), etc.
Son muchos y muy numerosos los latinismos que se utilizan. He querido mostrar algunos de ellos, haciéndolo de modo comprensible para todos los lectores, para que vean lo que el Latín ha supuesto en la formación y uso del castellano y de otras lenguas, todas igualmente respetables y que deben ser espetadas.

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Lo publiqué en La Voz de Benavente y Comarca en el 2004, un año después de jubilarme como Profesor de Latín en el I. E. S. “León Felipe”. Hoy lo he insertado en este blog, como recuerdo de mi trabajo y cuando el Centro se dispone a celebrar el 40 Aniversario de su Creación.







jueves, 11 de febrero de 2010

Valles de Benavente. Cinco ríos y tres arroyos.

Río Esla y nuevo puente entre Bretó y Bretocino.


El río Duero, el conocido y llamado por algunos Padre Duero, uno de los grandes y caudalosos de España, no pasa por la comarca de los Valles de Benavente. Pero sí lo hacen muchos otros ríos y arroyos, a los que, si se me permite el símil, podíamos considerar como sus hijos, nietos o bisnietos, todos de gran importancia. En este caso son estos los que alimentan y nutren al padre, los que le dan vida, fuerza y energía. Ellos no descienden del padre, son, más bien, sus ascendientes, pues el padre vive, se embellece y se engrandece gracias a ellos, ya que de ellos recibe sus aguas.
El Duero es el río de la Comunidad de Castilla y León, la atraviesa desde su nacimiento en los Picos de Urbión, allá por la provincia de Soria. Pasa también por las de Valladolid y Zamora y, desde ésta, penetra en Portugal, para desembocar en Oporto.
Nada sería el Duero si solamente llevase las aguas de aquel chorro que mana incesantemente en los picos de Urbión. Son sus numerosos e importantes afluentes, nacidos en las cordilleras y montañas que rodean Castilla y León, los que le hacen grande, le convierten en caudaloso, importante y legendario.
Porque al Duero, como a otros ríos, se le ha cantado y recitado por historiadores y poetas. Nos basta recordar uno de los romances del Cid, referidos al cerco de Zamora:

...Allá en tierra leonesa
un rincón se me olvidaba,
Zamora tiene por nombre,
Zamora la bien cercada,
de un lado la cerca el Duero,
del otro peña tajada...

Y recitado también por poetas, como lo hizo Gerardo Diego en sus versos, dedicados al río, a su paso por la ciudad de Soria:

Río Duero, río Duero
nadie a acompañarte baja,
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua...

Pero, dejemos las demás provincias por las que pasa y sus muchos afluentes, para detenernos en Zamora y, concretamente, en la comarca de los Valles de Benavente.
Por Zamora, la capital y por parte de su provincia, pasa el Duero, regando sus tierras, al mismo tiempo que las enriquece, y contribuye a embellecer el paisaje, tanto el que rodea la ciudad, como el existente en sus arribes, a lo largo del recorrido. Lo mismo ocurre con la ciudad de Toro y su rica vega. El río deja su impacto y su riqueza al pasar por dicho lugar.
Sin embargo, por el Norte de la provincia, concretamente por la comarca de los Valles de Benavente no pasa el Duero, pero sí un hijo, siguiendo con la comparación que me he permitido hacer anteriormente, que es un afluente de gran categoría e importancia: el Esla; varios nietos como son el Órbigo, el Tera, y el Cea y un bisnieto, el Éria. Todos ellos bien servidos por varios arroyos, que también cumplen con su función, y que, en algunas épocas del año, hasta se desbordan y causan estragos con sus inundaciones: la Almucera, el Castrón y el Reguero o Ahogaborricos, junto a otros de menor importancia. Todavía podíamos añadir más ascendencia, que no descendencia, aunque se tratase ya de tataranietos, si nos ponemos a citar los arroyuelos y regatos que vierten sus aguas, sobre todo en el invierno, a los anteriores.



Río Órbigo bajo el viejo puente de La Ventosa en Benavente.



El río Tera desde el puente de Olleros.




Puente medieval sobre el río Cea en San Miguel del Valle.
La Carrancha. Lugar de confluencia de los ríos Cea y Esla en Castrogonzalo.



Chopera a la orilla del río Eria en Manganeses de la Polvorosa.




Uno de los arroyuelos que contribuyen a formar el arroyo Almucera en Congosta de Vidriales.




El arroyo Castrón, a poco de nacer, a su paso por Ferreras de Arriba.




Arroyo Reguero o Ahogaborricos cerca de Pobladura del Valle.


Todos juntos, ríos, arroyos, arroyuelos y regatos se encaminan hacia el Padre Duero. En el verano con las aguas sobrantes de los regadíos y demás usos; y en invierno con todas las que ellos mismos reciben de las lluvias y de sus fuentes o manantiales, lagunas, embalses o acequias.
Antes de llegar al Duero, cada uno, sirviéndose del otro, ha regado, en verano, y abastecido del líquido elemento durante todo el año, a personas y animales de más de sesenta pueblos de esta comarca, si nos atenemos a los que legalmente integran la demarcación judicial de Benavente. Y además han dejado a su paso abundante vegetación arbórea y otro tipo de flora, que sirve de refugio y alimento a aves y demás fauna local.
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Con motivo de la apertura al público en Benavente del Centro de Interpretación de los Ríos, quiero hacer un recorrido, ahora en este blog, por los ríos de la comarca. Y también por los arroyos, arroyuelos, regatos, canales, etc. La intención no será otra que servir de información y utilidad a todos los que lo lean.
Los ríos son el más importante patrimonio natural, que tenemos cerca, son vida, crean vida y dan vida a todos aquellos lugares por donde pasan.
Los amigos y amantes del Patrimonio estamos a favor de que se preste atención y protección a los ríos y de que se conozcan mejor, para admirarlos y apreciarlos más. Una forma de hacerlo es recorrerlos y disfrutar, de sus aguas, unas más limpias, puras y cristalinas que otras, pero todas necesarias, y también disfrutar de sus riberas, sin olvidar los pueblos ribereños con su arquitectura, sus tradiciones y sus gentes. La otra forma de hacerlo es visitando el Centro de Interpretación que hace días ha abierto sus puertas en Benavente y que, en breve, una vez completadas sus instalaciones, estoy seguro de que será admirado y elogiado por los visitantes.

PÉREZ MENCÍA E.: Valles de Benavente. “El agua que nos rodea”. Benavente, 2005.

domingo, 7 de febrero de 2010

Refranes y dichos sobre el Valle del Tera



1.- Recordemos que refrán es un dicho sentencioso, popular y anónimo. Al transmitirse oralmente, son muchas las variantes existentes de un mismo dicho o refrán, incluso en la misma zona o comarca. Antes de que existiesen refranes en la literatura o en la historia, existieron en el habla popular. Fueron personas concretas quienes los formularon, basándose en experiencias repetidas y comprobadas, como ya he dicho en otro momento.
Pero algunas de estas personas, más o menos cultas, también conocían las fábulas y los cuentos, los romances y las coplas populares, de las que se servían y se sirven para crear sus propios refranes o dichos. Y podían conocer también la historia y la geografía, aunque fuese a través de las mismas sentencias, proverbios o refranes. Incluso la Biblia y otros libros religiosos, que también contienen muchos de ellos.
La sana rivalidad entre pueblos y ciudades o comarcas ha dado pie a numerosos dichos o refranes, algunos muy originales y de gran agudeza. Casi todos los conocen y con frecuencia los utilizan, cuando les viene a cuento, más entre amigos que entre rivales o desconocidos.
Recordemos también que destacan por su brevedad, lo cual facilita su recuerdo y la facilidad para retenerlos en la memoria.

2.- En el Valle del Tera nos encontramos con dichos, refranes y sentencias en esta línea. Sus autores, buscadores de rimas fáciles y creadores de los mismos, echan mano de lo que tienen más cerca y que a veces no viene a cuento. He aquí algunos ejemplos:
-Los de Abraveses, siembran pan y recogen nueces.
-En Calzadilla de Tera, pocas casas vacías y muchas llenas.
-Camarzana de Tera, mucha bambolla, y el puchero a la lumbre con agua sola.
-Junquera, La Milla y Villar de Farfón, son los tres pueblos de la maldición.
Santa Marta bendita,
alta y compuesta,
el veintitrés de Febrero
tienes tu fiesta.
-Estilo santa Marta, el que quiera pan que lo parta.

La sana rivalidad, y crítica, entre los pueblos y sus habitantes se escenifica en los siguientes versos, de los que existen algunas variantes, que recuerdan algunas localidades del Valle y que no carecen de ingenio.

Los de Pumarejo
salieron detrás de un conejo;
no lo pudieron pillar.
Salieron los de Melgar;
lo encerraron en un corral.
Vinieron los de San Juanico
lo dejaron escapar por un agujerico:
Los de Santa Croya,
lo metieron en una olla.

En algunos pueblos de esta comarca, como en otras, suele haber alguna persona, con más cultura, que se siente poeta y al que se le da bien hacer versos, usando la rima, con mayor o menor libertad. Este el caso de Manuel el Clavero, a quien ya me he referido y que cita Luis Cortés en su Refranero Geográfico Zamorano. En sus versos hace un recorrido por los Valles de Benavente y por otras comarcas de Zamora. Recogemos aquí lo que dice sobre este Valle del Tera:

Esta es la ronda de pueblos
que trae Manuel el Clavero:
de Santa Marta a Sitrama,
de Colinas a Quiruelas,
sube a Camarzana,
a Calzada y Vega,
de vuelta a la Milla
y vuelve por Junquera.
Ya pasado el río Tera,
coge Olleros, Calzadilla,
Pumarejo y Melgar,
Santa Croya no la olvida;
baja a Santibañez,
también a Abraveses,
da vuelta a Aguilar,
y vuelve a Micereces.
...................................
Esta es la ronda de pueblos
que trae Manuel el Clavero:
morenito de cara
y un poquito risueño.
Arregla cerandas,
piñeras y cribos,
clavicia zapatos,
replica el martillo.

martes, 2 de febrero de 2010

Centro de interpretación de los ríos.



En el año 2004 recorrí gran parte de esta comarca, para conocer los ríos, arroyos, regatos, canales, embalses, etc., así como los mismos pueblos con su arquitectura, costumbres y tradiciones. Esto me sirvió para preparar mi colaboración semanal en La Voz de Benavente y Comarca.
Resulta que en Agosto de ese mismo año la Corporación Municipal de entonces, anuncia e informa, a través de la prensa local y provincial, la posible construcción de un Centro de Interpretación de los Ríos en Benavente.
Después de casi seis años es ya una realidad, pues el jueves día 10 de Febrero de 2010, se abrirá al público, de lo cual se congratula quien esto escribe y seguro que también todos los ciudadanos de Benavente y los Valles. Me permito publicar de nuevo aquel reportaje, tal y como fue escrito en el año 2004 y con el título "Centro de Interpretación de los Ríos".
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“Los Amigos del Patrimonio, también del patrimonio natural y medioambiental, lo consideran como una inesperada, pero feliz noticia, y coincidencia, pues no otra cosa se ha pretendido desde estas páginas que hacer algo positivo por los ríos y lo que existe en su entorno. Y una buena cosa es darlos a conocer, construyendo un Centro de Interpretación. Estamos seguros de que los ciudadanos, provincianos, comarcanos y benaventanos verán con buenos ojos dicho proyecto y lo apoyarán, considerando que Benavente es el lugar apropiado para el mismo. Porque:
-Benavente es centro comarcal, cabeza de partido judicial, al que pertenecen más de 60 Ayuntamientos, cuyos habitantes tienen que acudir a la ciudad para resolver asuntos relacionados con la Administración, concretamente Hacienda, Registro, Juzgados, Notaría, etc., y también necesidades sanitarias, hasta donde esto es posible con el hospital actual y a la espera de la construcción del nuevo hospital, que resuelva más y mejor la situación.
-Benavente, por su situación, fue siempre, y lo es en la actualidad, importante nudo de comunicaciones. En esto no hay quejas, pues, aunque las carreteras y autovías que pasan por sus alrededores se hayan construido por necesidades nacionales, esto ha beneficiado, sin duda, a la ciudad. Es muy fácil la salida y entrada en ella, desde los cuatro puntos cardinales. Tan sólo hacia el Sur, por la Vía de la Plata, no hay autovía, pero suponemos que su construcción no se demorará mucho, si confiamos en los planes anunciados y previstos. Pero no sólo son necesarias las carreteras estatales, sino que es preciso atender también a las provinciales y comarcales. Concretamente, en este caso, los comarcanos apoyarán más y mejor la construcción del Centro de Interpretación, como de cualquier otra infraestructura, si las carreteras o caminos de su entorno, que intercomunican los pueblos, y estos con Benavente, se encuentran en buen estado y debidamente reparadas. En algunos casos no ocurre así. Benavente debe preocuparse también por la situación de sus pueblos o al menos hacer lo posible para que, quien tiene la responsabilidad, lo haga. Que no haya un pueblo sin una carretera digna, para el acceso al mismo. Y es que Benavente necesita a los pueblos de su comarca y los pueblos necesitan también a la ciudad de Benavente, por eso tienen que apoyar todo lo que signifique progreso y bienestar, pues es para todos.
En este aspecto de las comunicaciones quiero hacer mención, una vez más, a la historia, al pasado, recordando que, ya los romanos en el siglo I d. C. construyeron la calzada o Vía de la Plata, de Astorga a Mérida, que pasaba y pasa por Benavente; calzada utilizada en siglos posteriores por viajeros y peregrinos del Sur y por los ganados de la Mesta para ir desde las montañas de León a las sierras y montes extremeños o viceversa, según la época del año; calzada o vía que, cada vez con más frecuencia, utilizan también, como se ha visto este año Jacobeo 2004, los peregrinos a Santiago, como una alternativa más en ese Camino del Peregrinaje; calzada o vía sobre la cual, o muy cerca de ella, hoy se han construido las carreteras o autovías, en algunos lugares.
-Benavente, además de lugar de paso, puede ser, debe ser, y en parte lo es, lugar de parada y fonda, al disponer de las infraestructuras necesarias para las necesidades de viajeros y visitantes: hoteles, bares, restaurantes, cines, etc. Además los viajeros pueden visitar algunos monumentos artísticos, Santa María del Azogue, San Juan del Mercado, Hospital de la Piedad, Torreón del Castillo, al tiempo que las calles y plazas de la ciudad. Y visitarían también, si existiese, el museo arqueológico, etnográfico, de ciencias naturales, o de cualquier otro tipo. Lo mismo que el Centro de Interpretación de los Ríos proyectado. Todo ello contribuiría a dar más vida a la ciudad, al menos desde el punto de vista cultural.
Creemos que Benavente es el lugar apropiado para la construcción de dicho Centro, pues, aunque no pase ninguno de los ríos junto a la misma ciudad, si exceptuamos el Caño de los Molinos, manga del Órbigo que se da un paseo por su cercanía, sí está rodeada de ellos y por ellos: el Esla se encuentra a no más de 3 kilómetros, en Villanueva de Azoague o a 5 Km., si nos acercamos a los Paradores de Castrogonzalo; por su parte, vemos el Órbigo a 4 Km., en Santa Cristina de la Polvorosa o a 7 Km. en Manganeses de la Polvorosa; para ver el Tera, sin embargo, nos desplazaríamos Mozar, a 8 Km. de Benavente, o a Milles de la Polvorosa, a 10 Km.; para el Éria, lo más cerca es Villabrázaro, a 9 Km., o Manganeses, en donde se junta con el Órbigo; el Cea llega también a Castrogonzalo, 7 km. Aquí desemboca en el Esla.
Tampoco los arroyos se encuentran lejos de Benavente: las aguas de El Almucera llegan al Tera en Mozar; para ver el arroyo Reguero tenemos que acercarnos a Villabrázaro o si lo preferimos a La Torre del Valle, a 9 Km.; por último, el arroyo Castrón dista de Benavente 9 Km., pues lo podemos ver en Mozar o, si preferimos, en Navianos de Valverde, a 14 Km.
Al no ser excesiva la distancia que existe desde Benavente hasta los ríos que pasan por la comarca, muy bien puede construirse el Centro en ella y ser la sede de toda esta zona, que muchos ya conocen y a la que denominan como una pequeña mesopotamia. Ojalá que se comience pronto a dar sentido a todo lo que encierra dicha palabra.
En dicho Centro, pensamos, se deberá informar de todo lo relacionado con los ríos y sus aguas, su fauna y flora, las tierras por donde pasan, las infraestructuras antiguas y modernas, construidas en torno a ellos o cerca de ellos, como los puentes, molinos, aceñas, etc., incluso de las que se tenga noticia, aunque hayan desaparecido, de las actividades de ocio y deporte, incluidas la pesca y la caza, etc. Y, por supuesto, sin olvidar a los pueblos ribereños y a sus habitantes, con sus costumbres, tradiciones o actividades, y más si tienen que ver con los ríos o los ríos son los protagonistas.
Estamos seguros de que el Centro será del agrado de todos los pueblos de la comarca, de la provincia y demás visitantes de cualquier parte de España, en donde, sin duda, ya existen otros Centros de Interpretación de ríos, cañones, etc., o parques naturales o aulas didácticas del cereal, de los palomares, de la leche y el queso, del vino, etc. Pero la novedad es que a ellos habrá que añadir uno más, el de Benavente, ciudad que en la fecha en que esto se escribe todavía no dispone de ninguna instalación de este tipo. Ojalá que esto sea el inicio de la puesta en marcha de los demás proyectos e infraestructuras culturales previstas: museos, salas de exposiciones, zonas verdes o de ocio, al lado de algún río, rutas hacia lo ríos o cerca de ellos, etc. Todo ello muy del agrado de los amigos del patrimonio”.


lunes, 1 de febrero de 2010

Refranes y dichos. Valle de Vidriales.



En este recorrido refranero por los Valles de Benavente voy a referirme hoy al Valle de Vidriales, valle con topónimo verde (de viridem), pues así lo era y lo es, y que está rodeado de montes y sierras. Valle fundamentalmente de agricultores y ganaderos, profesiones estas muy dadas, en la antigüedad, no solo a la creación de refranes, dichos o adagios, sino también, y mucho más, a su utilización.
Porque los refranes y dichos, llenos de ingenio y agudeza, reflejo de la filosofía y sabiduría popular son más usados en localidades de menor población, y más en el mundo rural que en el urbano. Se ha dicho incluso que la emigración a las ciudades ha perjudicado también al refranero, a esa pervivencia y uso de los refranes y dichos populares.
Tanto unos como otros destacan por su brevedad, están basados en la experiencia y se deben utilizar en el momento oportuno. Se han transmitido y se siguen transmitiendo por tradición oral. En ellos se reflejan todos los aspectos de la vida: trabajo, convivencia, costumbres, tradiciones, religión, agricultura, etc. Precisamente este último aspecto es el que sobresale en estas tierras zamoranas y leonesas, dedicadas más que nada a esto: siembra, siega, recolección, cría del cerdo, granjas de animales, etc. Por otra parte, estas tareas están muy ligadas a la religión y a los santos, quienes aparecen y son los protagonistas en multitud de dichos y refranes.
Hemos dicho que surgen o nacen de la experiencia (que es la madre de la ciencia). De hecho, la observación del tiempo y las distintas vivencias en el mundo rural están en la base o en el origen de muchos de ellos, origen totalmente popular. Otros muchos, sin embargo, proceden y los encontramos en las obras literarias: en leyendas y cuentos, romances, coplas; o en textos históricos, religiosos y bíblicos. Lo que sí podemos afirmar es que casi todos se expresan en forma poética, con no menos de dos versos.
En los pueblos del Valle, nos encontramos con muchos refranes o dichos, lo mismo que en los demás de la comarca, algunos de creación propia y otros que, aunque están tomados del refranero popular y clásico, son utilizados, más en relación con el mundo agrícola y ganadero que en otros momentos. Casi todos son conocidos por los habitantes del Valle, pues los escuchan a lo largo del año, a los mayores más que a los jóvenes. Recogemos aquí algunos de ellos.

Hay dichos, como el siguiente, que se refieren a todo el Valle

En el Valle de Vidriales
las hay hermosas,
las cubas de vino,
que no las mozas.

Casi todos los pueblos tienen algunos, creados, tal vez, por alguna persona de la misma localidad:

Si Ayoó de Vidriales, o concretamente sus mujeres, quedan bien en el siguiente dicho:

En Congosta hay buenas mozas,
en Carracedo mejores,
pero en Ayoo de Vidriales,
como ramitos de flores.

No ocurre igual en este otro:

De Ayoo la quiero yo,
la vaca, la mujer no.

Los hay que dicen: la mujer sí, la vaca no.

Y aplicado o referido a Ayoó tenemos también el siguiente:

Si vas a Ayoó
lleva merienda, por sí o por no.

Unos refranes o dichos critican, otros alaban, otros informan, pero todos nos muestran, en lo que expresan, el aspecto popular y tradicional:

En Grijalba juegan a la calva,
en Villageriz canta la perdíz,
y en Fuente Encalada la tía Delgada:
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En Quintanilla
canta la abubilla,
la flor de las maravillas
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Quien es necio en la villa
lo es en Quintanilla
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En Quintanilla de Urz,
cuatro iglesias y una cruz.
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En Granucillo juegan al morrillo
y en Grijalba a la calva.
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En Quiruelas poco vino y muchas bodegas
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Adios pueblo de Rosinos,
ventanas y corredores,
nos vamos para Santiago
que allí están los mis amores.
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Santibañez de Vidriales,
ya te pueden llamar villa
con los pozos artesianos
y las fábricas de harina.


En la relación benaventana de Manuel Clavero que cita Luis Cortés Vázquez en su libro “Refranero geográfico zamorano” aparecen también otros pueblos del Valle de Vidriales, concretamente los que se encuentran cerca del arroyo Almucera:

En Mozar las buenas mozas,
en Villanazar las buenas rapazas,
Vecilla las buenas chiquillas.
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En Colinas siembran pan y cogen gatinas
en Quiruelas, poco vino y muchas cuevas.
en Quintanilla, canta la abubilla,
la flor de la maravilla.

En Brime de Urz,
tres hermanitas y una cruz
y en el medio un andaluz.