sábado, 27 de octubre de 2012

Hornacinas en Salamanca2.




A las imágenes sobre hornacinas publicadas con anterioridad añadimos hoy estas, que se encuentran también en iglesias, conventos u otros edificios de la ciudad de Salamanca.

Todas están en el exterior, en las portadas de las iglesias o en los muros o  paredes de algunos edificios. Suelen representar casi siempre a la virgen, el santo o la santa que son  patrón o patrona del templo.
En verdad son muchas más las hornacinas existentes, si incluyésemos a las que hay en el interior de los edificios, a los que hemos hecho referencia.

San Elias. Fachada iglesia El Carmen de Arriba. Plaza de los Bandos.
Iglesia de la Vera Cruz, en la Calle San Francisco.
Iglesia de los Capuchinos. Calle Ramón y Cajal.

Iglesia del Espiritu Santo.
Aulario Universidad. Calle Serranos.
Santa María de los Ángeles. Calle Libreros.
La Purísima. Antiguo Colegio de Huérfanos, hoy Insituto Ciencias Educación.
Relieve de San Juan de Sahagún. Calle traviesa.
Santa María de la Vega. Monasterio Virgen de la Vega. (Fundación Rodríguez Fabrés).
San Sebastián. Iglesia- Capilla en la Plaza de Anaya.
Cuesta Sancti Spiritus, cerca de la Gran Vía.

martes, 23 de octubre de 2012

Esculturas en interiores. Salamanca.



En Salamanca, como en otras ciudades, podemos ver muchas esculturas o  monumentos que contribuyen al embellecimiento de avenidas, plazas y jardines. Pero también son cada vez más las que vemos al acceder al interior de algunos edificios, sean institucionales, como Ayuntamiento, Diputación, Centros Educativos y Culturales, etc. o recreativos: hoteles, restaurantes, etc. También en las sedes de Entidades Bancarias o Asociaciones.  
Algunas de ellas se encuentran  a la entrada o en el vestíbulo de dichos edificios, o en patios, aulas o pasillos de los mismos. En cualquier caso su finalidad principal es adornar el lugar o recordar al autor, que en ocasiones ha donado su obra. Otras veces  con la escultura se pretende hacer un homenaje al constructor o benefactor del edificio o institución social o cultural que la alberga.
De ordinario los autores suelen ser ya conocidos en la ciudad, por haber nacido en ella o en algún pueblo de la provincia, aunque también los hay procedentes de otras localidades.   
Las imágenes siguientes son una pequeña muestra de las esculturas que podemos ver en Salamanca al acceder y visitar algunos de estos edificios. Sin duda alguna hay muchas más, que publicaremos en otro momento.
'A D. José del Castillo-Conde de Francos'. Ayuntamiento. 
En un edificio de la Diputación. Calle San Pablo.
'Unamuno'. Victor Macho. Escalera interior Palacio Anaya.
'Unamuno'. A. Casillas. Aula Unamuno Escuelas Mayores..
'Pantera de Java', de Mateo Hernández. Oficinas Caja Duero calle Zamora.
En el vestíbulo teatro Caja Duero. Plaza Santa Teresa.
También en el vestíbulo del teatro de Caja Duero.
'Al Doctor García Tejado'. Residencia Asistida Provincial.
'Torrente Ballester.' En el café Novelty.
'Alumnio fundido a la cera'. de Venancio Blanco.
'Concierto de Mozar para trompa' de Cesar Montaña. 

(Las dos últimas esculturas estuvieron expuestas durante un tiempo en el vestíbulo del Teatro Liceo.)


domingo, 21 de octubre de 2012

Los Gansos del Caño de los Molinos, en Benavente.




Gansos en marcha, aguas arriba del Caño de los Molinos.
Algunos días un grupo de gansos de los que hay en el Parque de La Pradera, salen de dicho lugar y emprenden la marcha, aguas arriba del Caño de los Molinos, y a veces llegan hasta el puente de El Sequedal. Da la impresión de que se lo pasan bien (así piensan quienes los ven y contemplan). Y es natural, pues están en su ambiente (habitat). Quieren gozar y disfrutar de un espacio más extenso y amplio y no solamente del que disponen en la antigua pradera y cerca de la fuente mineral, que por cierto está muy bien acondicionado y no les falta de nada. Pero necesitan descubrir nuevas rutas y por eso salen del lugar.
En su recorrido a través del cauce, aguas arriba, se encuentra a veces con grandes obstáculos que les impiden nadar tranquilamente: árboles caídos, ramas, maleza, y otras suciedades, no de su agrado. No obstante, aprovechan para comer hierbas y demás nutrientes que encuentran a su paso. Y después de dar el paseo, regresan de nuevo al lugar destinado para ellos, muy cerca de la antigua fuente mineral.

Los gansos hacen su vida cerca del Parque de la Pradera.

Y desde aqui emprenden su marcha por el Caño.

Con frecuencia se encuentran con obstáculos en el agua que les impiden avanzar.
Y no solo árboles caidos....
...sino también otro tipo de suciedad

En este lugar que se denominaba antiguamente La Pradera de la Fuente Mineral, (así lo sigue siendo para muchos ciudadanos), los benaventanos pasaron muchas horas de niños y jóvenes, jugando al futbol sobre el césped, o bañándose en los regatos y presas allí existentes. Y también los mayores, con otro tipo de juegos o diversiones.
En la pradera había merenderos como la Bombilla y la Ponderosa, en los que se podía degustar un buen conejo de monte, o callos y bacalao bien condimentados. Cerca de los merenderos, podían jugar a la rana y a otros juegos populares y autóctonos, podían también cantar, acompañados de guitarra manejada por algún experto  e incluso bailar, en ocasiones, al son de un organillo. Por entonces había gente para todo, algunos actuaban como verdaderos artistas. No faltaba camaradería y buen humor en muchos de los que acudían a este lugar tan apreciado por todos. Y eran pocos los vecinos de Benavente que no bajaban con frecuencia a la Pradera..  


Imagen del año 1970, que nos muestra como era la antigua pradera.
Uno de los merenderos era el denominado La Bombilla.
Desde hace unos años, y debidamente acondicionado, este espacio funciona a modo de parque natural, y todo el que lo desee puede disfrutar de lo que se le ofrece: jardines con plantas diversas, que se llenan de flores en primavera, árboles variados, algunos centenarios, fuentes, y otros adornos no naturales.
También se ha instalado allí la ciudad acuática y deportiva, con las piscinas de que dispone la ciudad para el verano y el invierno, con toda la infraestructura necesaria para ello. Y allí pueden ver patos y gansos, como los que de vez en cuando suben nadando por el Caño, aguas arriba. 

La antigua Pradera se convirtió en un pequeño parque con piscinas y abundante vegetación.
En la misma pradera y rodeada de castaños silvestres, de gran altura y antigüedad, de mimbreras y de otros árboles, se encuentra la Fuente Mineral, a la que  P. Madoz (1845) ya se refería de esta forma: “De las fuentes que hay en las inmediaciones de Benavente destaca la que hay junto a un caño de agua que sale de una presa más arriba del molino de La Sorribas…Sus aguas saludables pertenecen a la clase de las ferruginosas y tienen propiedades curativas. De ellas hicieron uso muchas personas enfermas y también sanas…”.
Por lo que me cuentan, casi todos los que se acercaban a la Pradera para pasar la tarde, e incluso el día, no se iban de ella sin probar el agua de la fuente. A veces se formaban grandes colas  a la puerta de la caseta en la que se encuentra el pozo.



Junto al Caño se encuentra la antigua Fuente Mineral.
Por otra parte, actualmente, el Ayuntamiento, a través de Escuelas Taller, está limpiando y acondicionando el Prado de las  Pavas, el otro paraje, próximo a la Pradera.  Se trata de una porción de tierra, antiguamente propiedad de los Condes de Benavente y que formaba parte de sus amplios jardines, en los que además de árboles y diversidad de plantas y flores tenían también aves como las pavas, que le han dado el nombre. Pasó después a ser propiedad  del Conde Patilla y de sus herederos, a quienes se lo compró una familia benaventana. Y hace unos años fue adquirido por el Ayuntamiento.
El Prado que estaba, hasta hace poco tiempo, lleno de chopos y demás vegetación, se está convirtiendo, pues todavía no lo está, en un nuevo parque natural. Forma una pequeña isla rodeada también por las aguas del Caño de los Molinos, que, al llegar a la Pradera se bifurcan y se convierten en los dos ramales que rodean  ambos espacios.

Arco del antiguo puente medieval sobre el Caño, y cerca del Prado de las Pavas, ya sin chopos.
El Prado de las Pava en un momento del cambio para convertirlo en Parque Natural
Las obras del Prado de las Pava aún no han concluido.
Está visto y comprobado que las aguas de este Caño, al llegar a Benavente, han tenido siempre y siguen teniendo gran importancia para la ciudad, antes villa. Porque los ríos, más o menos caudalosos, que la rodean, quedan algo lejos. Así lo contaba el autor citado anteriormente:
“Destacan el Esla y el Órbigo como los más cercanos y que más contribuyen a fertilizar sus campos y de los que parten caños o brazos para servir a varios molinos harineros… Uno de ellos es el de La Sorribas, con nueve muelas impulsadas por las aguas de un Caño que sale del Órbigo… Y no lejos se encuentra el molino llamado de La Ventosa, que emplea ocho muelas en reducir el grano a harina…Poco después el Caño llega de nuevo al Órbigo…”. Y sobre el Esla, al que llama caudaloso, dice que “pasa a una mayor distancia de la villa…”
El Caño de los Molinos ha sido testigo de los avatares del Castillo de Benavente, pues pasaba muy cerca de él en la época de los Condes, que utilizaron las aguas para el Palacio y sus amplios jardines; ha prestado y sigue prestando un gran  servicio a los antiguos molinos, hoy industrias harineras; proporciona frescor durante el verano a la ciudad de Benavente; contribuye con su vegetación y arboledas a la belleza del paisaje  y también a que el subsuelo de toda la vega se mantenga húmedo y sea más productivo.
Y gracias a él los patos y gansos cuentan con agua suficiente para nadar y pasear aguas arriba, a la espera de poder hacerlo también, algún día, aguas abajo. Porque ellos quieren ampliar su recorrido y conocer el entorno de estas pequeñas islas que forman la Pradera y el Prado de la Pavas. Esperan hacerlo algún día y contribuir a dar vida también al prado-parque. E incluso seguir bajo el Puente de Hierro, hasta llegar al final. Aunque prefieren esperar un tiempo hasta poder ver su cauce limpio y más de acuerdo con lo que exige el respeto a la naturaleza y al Medio Ambiente, como se ha hecho en otros lugares. Además éste es un Caño con historia y tradición, cuyo nombre ayuda a recordar el pasado y muchos de los acontecimientos ocurridos en la ciudad. Por eso merece estudio, respeto, atención  y cuidado. 

Los gansos siguen subiendo aguas arriba por el Caño.
Se sienten bien cuando está limpio y sin obstáculos...
Llegan hasta el puente de El Sequedal y a veces continúan hasta la compuerta.
Al parecer, por estas tierras, algunos ríos, arroyos, canales y caños tienen que esperar todavía algún tiempo para tener la consideración que se merecen. Pero no hay que perder la esperanza de que pronto la acción humana intervenga y no falten proyectos e iniciativas a favor de todo el Caño, lo mismo que ha ocurrido en la zona de la antigua Pradera y en el lugar denominado Prado de las Pavas.

























jueves, 18 de octubre de 2012

Palomares en Cerecinos de Campos.



Paisaje con palomar en medio de los sembrados.

Cerecinos es uno de los pueblos de la provincia de Zamora, ya en tierra de Campos, en el que eran muchos los palomares existentes hasta hace no muchos años. Predominan los de forma cuadrada, algunos hasta con cuatro tejados, y con patio interior. También los hay en el corral de algunas casas habitadas. Los cambios en  los cultivos, las industrias agrarias y las formas de vida han conseguido el abandono de muchos y seguidamente su destrucción total o en parte, como se ve en algunas de las imágenes
Con cuatro tejadillos, y en ruinas.
Con tres tejados, adornos con pináculos  y en proceso de destrucción.
Detalle de la parte superior del palomar anterior.

 
Cuadrado, patio interior y pequeñas troneras. Restaurado con ladrillos.
Cuadrado, de tapial, patio interior, y adornos con ladrillos.

Cuadrado, de tapial y con patio interior.
Con un solo tejado, mirando hacia el este y en ruinas. Con pared para los vientos.
En el patio de una vivienda. De ladrillo, con troneras y otros adornos.
Pero en Cerecinos siguen en pie y en usos todavía, varios palomares, gracias solamente a que algunos vecinos, agricultores y amantes de estos edificios y de sus habitantes, los han reconstruido, o construido de nuevo. Además se encuentran en medio de los campos sembrados de cereales, verdes en la primavera, y secos cuando los calores y el verano anuncian ya la recogida de la cosecha. 



Cuadrado, de reciente construcción o reparación.
Detalle del palomar anterior.

Otro palomar cuadrado en medio de un campo sembrado, y con diversos colores en el paisaje de fondo.
Palomar circular con patio interior y pared adornada con ladrillos a modo de cenefa.
Circular con patio interior y pináculos de adorno.
Detalle del palomar anterior.

Y es que Cerecinos, si atendemos a su etimología, además de ser pueblo de campos de cereales, lo era, y sigue siendo, pueblo de árboles entre los que destacaría, tal vez, el cerezo, cuyo fruto producían en abundancia, más en el pasado que en la actualidad. Y sus cosechas de trigo y otros cereales, como de cerezas, eran muy conocidas por toda la comarca y provincia. Pero también muchos vecinos obtenían unos beneficios de sus palomares y por eso cuidaban los edificios y atendían con esmero a las palomas y los pichones.