viernes, 25 de enero de 2013

San Babilés, patrón de Quintanilla del Olmo.



Quintanilla del Olmo.
Iglesia del pueblo, en lugar elevado y bien conservada.
San Babilés en la calle central del retablo, como patrón de la parroquia.
Ayer día 24 de enero, el pequeño pueblo de Quintanilla del Olmo celebró la fiesta de su patrón, san Babilés. Más de 50 personas, vecinos y forasteros, asistieron, a las 13 horas, a una misa solemne, concelebrada por cuatro sacerdotes de los pueblos cercanos y acompañada por los cánticos de la coral ‘Senda y Surcos’ de Villanueva del Campo. En verdad se notaba que era fiesta en el pueblo y, en un día como este, todo en él parecía más grande.
Un vecino toca la campanilla en el pórtico de la iglesia...
Y los que estaban fuera entran  para comenzar la misa.
Momento de la celebración de la misa.
Concelebrada por cuatro sacerdotes.
La coral de Villanueva del Campo cantó durante la misa desde el coro.
Algunos traían a la iglesia tartas, bollos y dulces y los colocaban junto al altar, y cerca de san Babilés, para contar con su bendición antes llevarlos para sus casas y comerlos en familia  e  invitar también a los parientes y amigos presentes en la fiesta. 
Dos bollos esperando la bendición.
Tartas, bollos y otros dulces a los pies de la Inmaclada.
Siempre me ha llamado la atención que Quintanila del Olmo sea uno de los pocos pueblos de España que tienen por patrón, veneran y dan culto a San Babilés, (algunos dicen San Babilas o San Babil refiriéndose al mismo santo). Es sin embrago más conocido como patrón de Boadilla del Monte, localidad próxima a Madrid. Y es que aquí hay una famosa ermita, dedicada al santo, en la que se celebran importantes actos religiosos y romerías. Además cuentan con una Hermanad  o Cofradía que organiza los variados actos en su honor.
En el santoral cristiano y otras fuentes hagiográficas es frecuente encontrarnos con varios santos o santas con el mismo nombre, pero lógicamente con diferente vida y, por supuesto, con atributos y milagros también distintos: San Antonio Abab y San Antonio de Padua, San Juan Evangelista y San Juan Bautista, y otros muchos ejemplos.
Algo parecido pasa con San Babilés, pues de quien también se escribe y se cita en el santoral es un santo del siglo III que fue Patriarca de Antioquía. En este lugar fue martirizado junto a otros tres que él había educado en su fe. Cuentan que llevó una vida un tanto alegre y divertida hasta que oyó la llamada de Dios y renunció a esa vida mundana para hacerse monje, repartiendo sus viene ente los pobres. En algunos lugares lo consideran patrón y protector de aquellos que padecen reumatismos y artritis. 
A juzgar por la imagen de San Babilés, que hemos visto en la iglesia de Quintanilla, tal vez se trate, en este caso, de un santo de la época medieval, que llegó a ser obispo, por algunos de los atributos e indumentaria que presenta: báculo en su mano izquierda, mitra sobre su cabeza y capa pluvial, que eran, entre otros, los más utilizados en dicha época.

San Babilés con indumentaria de Obispo.
El sacerdote en la homilía recordó las virtudes de este santo, que, según algunos, fue obispo de Pamplona, luego estuvo en Toledo y desde esta ciudad se trasladó con dos hermanos a las cercanías de Madrid. Fue aquí donde decidió apartarse del mundo para vivir en soledad en una  ermita cerca de Boadilla del Monte, entregándose a la penitencia y a la oración. Su vida de ermitaño se conoció pronto en toda la comarca y las gentes acudían a él para pedirle consejo e instrucción en sus creencias y en la doctrina cristiana. Fue allí, junto a la ermita, donde lo mataron junto a un grupo de niños y otras personas a las que cuidaba y atendía. Se le considera patrón y protector de los niños enfermos.
Al finalizar la misa el sacerdote invita a los presentes a besar y adorar las reliquias del santo, que se conservan en la iglesia.
Si durante la misa la coral entonó diversos cánticos religiosos, relacionados con las distintas partes de la misma: al comienzo o entrada, en el momento del Ofertorio, el Agnus Dei o Cordero de Dios, un Padre Nuestro especial, con letra y música muy apropiadas, al final, y antes de concluir el acto religioso cantaron este Himno a San Babilés, compuesto por el director de la coral:
Nada sabemos de tu cuna y de tu infancia,
Se desconoce tu período juvenil,
Se te recuerda como obispo de Navarra,
Como ermitaño junto al pueblo de Madrid,
Donde impartías tu doctrina entre los niños
Y junto a ellos diste todo hasta morir.
Quintanilla del Olmo, pueblo querido,
Aunque eres pequeño es grande tu fe,
Y tus hijos celebran desde hace varios siglos
El feliz patronazgo de san Babilés.  

La coral "Senda y Surcos" en un momento de su actuación.
Un año más los vecinos de Quintanilla han cumplido con su patrón San Babilés y lo han celebrado a su modo, como lo han hecho  desde hace ya muchos años. Son pocos en el pueblo, pero están bien avenidos. Algunos, sobre todo los mayores, desearían que la tradición continuase, pues los días de fiesta son propicios, no solo para la diversión, sino también para el encuentro con los que viven fuera, y la convivencia entre todos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Corredores en la arquitectura tradicional y popular.



Casa con corredor en Quintanila de Urz. Restaurada y rehabilitada.
En algunos pueblos de esta comarca de los Valles de Benavente podemos ver casas, habitadas o no habitadas, que conservan en su fachada un corredor o galería. No son muchas, pero sí llamativas e interesantes desde el punto de vista de la arquitectura tradicional y popular.
En general los que vemos, al pasar por los distintos lugares, son corredores volados o exteriores, pues sobresalen en la fachada sobre la calle. Y casi todos, por esta zona, son de madera, muy dura y resistente,  a juzgar por los años que llevan construidos.  Suelen estar en fachadas a las que da el sol, de ahí que sirvan como secaderos, y también para uso y disfrute de los que habitan en la casa. Desde el mismo corredor se puede acceder a alguna de las habitaciones  de la vivienda.

Cubo de Benavente.
Cubo de Benavente.
Rincón en el que vemos una casa con corredor, en Cubo de Benavente.
Corredor en una casa de Fresno de la Polvorosa.
                                             Casa y corredor en Granucillo de Vidriales.

Los constructores no realizaban modelos únicos de corredores, sino que los adaptaban a la forma y necesidades de la vivienda rural, popular y tradicional. En muchas ocasiones varía el tamaño y la forma de los mismos, según el lugar y los usos. Si el corredor sobresale en exceso de la fachada de la vivienda, prolongarán el tejado para proteger al corredor.
Además de corredores en las fachadas los hay también en el interior, dando al patio o corral. Y, aunque algunos tienen la misma función, otros se utilizan también como si fuesen una prolongación del desván, sobrado o panera, que suelen estar cerca de ellos. Además de servir para secar el maíz u otros cereales, tienen otros usos.
Hace unos días hemos leído en la prensa provincial de Zamora que una casa, con corredor o galería al exterior, que hay en Santa María de la Vega iba a ser destruida para construir en su lugar un nuevo edificio. Parecer ser que gozaba de protección, pero con el paso del tiempo, el abandono y la falta de atención y cuidado, se ha ido deteriorando. La verdad es que presenta en la actualidad peor estado que hace algunos años. Pero nunca es tarde para que se recupere para el pueblo como ejemplo de una casa con corredor de las pocas que aún hay en esta comarca, algunas de las cuales hemos podemos ver en las imágenes anteriores. 
La casa con corredor de Santa María de la Vega.
Hay casas con corredor que son de propiedad privada, como la de Quintanilla de Urz, que encabeza esta página. Pero otras pertenecen al Ayuntamiento, como ocurre con la de Santa María de la Vega. En este caso su recuperación puede ser positiva, pues, una vez reparados su tejado y paredes, restaurado su corredor, y rehabilitado su interior, puede servir como centro cultural o museístico, o para reuniones de asociaciones culturales existentes en el pueblo. O incluso como lugar de ocio y distracción para mayores o niños.
La casa, con su corredor, puede ser también un lugar atractivo desde el punto de vista turístico, sobre todo para los amantes y amigos del patrimonio arquitectónico, en este caso popular y tradicional. Además en Santa María de la Vega hay otras casas, construidas con tapial y adobe, con llamativos balcones, que también son merecedoras de su conservación, como podemos ver en la imagen siguiente.

                               Casa de tapial, con zócalo de piedra, balcón con tejadillo y tronera.



lunes, 21 de enero de 2013

Calles de Benavente: La calle de San Antón Viejo.



Con este nombre figura en el plano municipal del año 1924 y se extendía hasta la Puerta de san Antón que, al parecer, todavía se conservaba en aquel año. Por cierto que, por entonces, se denominaban Portillo a dicha puerta, y San Antón Viejo a la calle.  Posteriormente toda la calle recibió el nombre de calle de los Tejares, por encontrarse al final de la misma las cerámicas, en las  que se fabricaban tejas y ladrillos. En el año 1975 el tramo de esta calle, conocida como san Antón Viejo se llamó calle Perú, hasta que se aprobó el actual callejero. (J.I. Martín -J. C. de la Mata, “Las Calles de Benavente, año 2004).

                               

Plano de Benavente, Siglo XV. (R. González, Brigecio 7)

En la imagen del plano de Benavente (siglo XV) podemos ver que, en el centro y en la parte superior se encuentra la Puerta o Portillo de san Antón, con la ermita intramuros. A la izquierda de esta puerta y también dentro de la cerca o muralla de la ciudad se encuentra esta calle denominada de san Antón Viejo. En esta zona estaría antiguamente la Encomienda de los Antonianos y el Hospital, que ya he citado al escribir con anterioridad sobre la calle de San Antón. Los cambios han sido muchos a lo largo de los siglos.
 La calle se extiende desde la de Santa Rosa hasta el lugar en que comienza la calle de las Eras. Nuevas construcciones han sustituido a las pequeñas casas unifamiliares y de planta baja, construidas de adobe o tapial, y algunas de ladrillo, aunque revestidas con cemento. Las que se conservan no dejan de sorprendernos, al encontrarse junto a edificios de cuatro o cinco plantas. 

Vista desde la calle Santa Rosa.
Se conservan algunas casas con más antigüedad.
Comienzo de la calle, desde la carretera del  Caracol.

Una casa de planta baja.

Casas bajas junto a edificios altos...
...Por ambas aceras.





Es calle de acceso al centro, pues enlaza con la carretera de circunvalación conocida como “el Caracol”, que se encuentra en la parte oeste de la ciudad. Son muchos los vehículos que diariamente pasan por el lugar, hacia las calles céntricas, o incluso hacia el aparcamiento de La Mota. Y también hacia la plaza de san Martín, una de las antiguas, e importante, desde siempre, por sus mercados y tradiciones.
Con las nuevas construcciones, viviendas en su mayoría, ha aumentado el número de personas que viven en este lugar. Y desde hace años la calle cuenta la calle con un hotel, una agencia inmobiliaria y algunos otros comercios. También hay una panadería, instalada en una casa de planta baja desde hace ya muchos años.

En unas de las casas hay desde hace mucho tiempo una panadería.

    
 

domingo, 20 de enero de 2013

Valdescorriel: Las Roscas de San Antón.




Vista del pueblo desde el alto de las bodegas. En primer término el cementerio.
Los vecinos de Valdescorriel, de acuerdo con el sacerdote encargado de la parroquia, celebraron el sábado pasado la fiesta de san Antón. Aunque hace años había más actividades con tal motivo: bendición de animales, refranes, etc. en esta ocasión se han limitado a la misa, la bendición de las roscas, que se entregan a todos los asistentes, y bendición también de las ofrendas o donativos hechos al santo que se subastaron a las puertas de la iglesia, al finalizar la misa. 
La verdad es que las cosas han cambiado algo desde que en el año 2006 me acerque también al pueblo para conocer cómo se celebraba esta fiesta. Entonces eran más los actos y mucha mayor la asistencia a los mismos. Y es que para continuar con las tradiciones populares en los pueblos de Castilla y León se necesita de personas que las organicen y que cuenten también con la colaboración y asistencia de los vecinos del pueblo y también de los forasteros. En muchas localidades, como ha ocurrido aquí, y para facilitar la asistencia a los diversos actos, suelen trasladar algunas fiestas o celebraciones a los fines de semana. Nunca es tarde para recuperar las antiguas tradiciones en este y en otros pueblos.
San Antón es un santo muy popular, santo muy relacionado con la agricultura y ganadería. De hecho se le considera el patrón de los animales, sobre todo los domésticos. Pero también atiende a necesidades humanas. Desde siempre se le tuvo y considero como sanador de enfermedades cutáneas: quemaduras, llagas, y otras enfermedades de la piel como la conocida y denominada Fuegos de san Antón. La gente rezaba al santo y veneraba sus reliquias en la creencia de buscar la sanación. Incluso con su nombre y bajo su protección se crearon y construyeron hospitales.
A las trece horas del pasado sábado sonaban las campanas en Valdescorriel anunciando el comienzo de la misa en honor de san Antón. Un poco antes dos vecinos colocaron el santo en el presbiterio, junto al altar, y en su mano derecha una gran rosca.“Esta es la del santo, siempre se hace una especial para él, la mejor y sobre todo la más grande, que para eso es su fiesta”, me dice uno de ellos. Al otro lado del altar una caja llena de roscas más pequeñas, que una vez bendecidas se repartirán ente los asistentes.

Un vecino del pueblo tocando las campanas el día de san Antón.
Colocan también  la rosca sobre la mano izquierda del santo.
La rosca de San Antón, Año 2006.
Roscas preparadas para este año.
Las roscas del año 2006.
Por otra parte, a la entrada de la iglesia y sobre una mesa algunas personas van colocando sus donativos u ofrendas varias, en metálico y también en especie. Por allí hay berzas, cebollas, zanahorias, tomates, etc.; y también una caja con huevos, un jamón, una longaniza, etc. No veo animales domésticos, como ocurre en algunos pueblos, en los que se celebra la subasta.

Botellas de vino y otras ofrendas.
Un jamón y productos de la huerta.










Por supuesto que en la misa es más solemne que otros días. En ella participan todos los presentes, tanto en las diversas oraciones, como en los cánticos. En la homilía el sacerdote habla sobre san Antón y sus virtudes y valores cristianos, sobre todo el de la entrega y ayuda a los más necesitados. Al finalizar la misa tiene lugar la bendición de las roscas y la entrega de una de ellas a todos los asistentes al acto. Todos se irán para casa con la rosca de san Antón, y la comerán con gusto y agrado, pues además de tener buen sabor, está bendita.

Un momento de la misa el día de san Antón. Año 2006.
Bendición de las roscas de san Antón. Año 2006.
Entrega de roscas en el año 2006.
La verdad es que las roscas tienen buen aspecto y seguro que mejor preparación. Y es que en algunos pueblos existen hornos particulares de leña que contribuye a un mejor color y sabor de ciertos alimentos. Los de Valdescorriel han elegido uno de ellos para las roscas del día de san Antón.
A continuación, y para terminar el acto, se celebró, a las puertas de la iglesia, la subasta de las ofrendas al santo. Aunque este año se contó con menos gente, sí resultó del agrado de todos los presentes.


Personas que van llegando a la iglesia.
Otros vecinos esperan en el soportal.
Fueron muchos lo vecinos y forasteros que asistieron a la subasta. Año 2006.
En Valdescorriel, a pesar de todo, han celebrado la fiesta de san Antón. Hay que tener en cuenta que, como ocurre en casi todos los pueblos, gran parte de las personas son mayores: Esto es lo que me de decía uno de ellos: “Es lo que hay, no podemos pedir más. Nosotros mientras podamos seguiremos celebrando esta y otras fiestas, porque la tradición manda, y son muchos los años con estas vivencias”. Le digo que así debe ser, pues por su experiencia, vital y práctica, son ellos, los mayores, quienes más y mejor pueden informar a los demás sobre las costumbres del pasado, algunas de ellas merecedoras de perdurar en el tiempo, como puede ser esta fiesta, en la que no debieran faltar los refranes, las subastas, y por supuesto las ROSCAS de SAN ANTÓN.