viernes, 24 de septiembre de 2010

Exvotos.


Exvotos de cera y otros en la ermita de la Virgen del Carmen de Navianos de Valverde.

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Exvoto de cera sobre una columna del retablo. Ermita de san Isidro de Quintanilla de Urz.
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Cuadro-exvoto en la ermita de Nuestra Señora de Agavanzal. Olleros de Tera.
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Pintura-exvotvo en la ermita de Ntra. Sra. de Agavanzal, que recuerda una curación. Olleros de Tera.
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Otro cuadro-exvoto en Olleros de Tera. Ermita de Agavanazal.
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Exvotos en la ermita de san Mamés de Ayoó de Vidriales.
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Una curación de san Mamés. Ermita de Ayoó de Vidriales.
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Varios exvotos de cera. Ermita del Cristo de la Vera Cruz de Sitrama de Tera.
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Cuadro que recuerda una curación de la Virgen de las Encinas. Ermita de Abraveses de Tera.
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Pinturas-exvotos en la ermita de la Virgen de la Vega. Cimanes de la Vega.
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El milagro del carro de par. Exvoto en la Ermita de Cimanes de la Vega.
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Del latín ex voto (a consecuencia o con motivo de un voto o promesa) esta palabra indica la ofrenda que se hace a la divinidad y también a los santos y vírgenes como señal de un beneficio recibido.
Esta costumbre popular es universalmente conocida y practicada en todas las religiones, de formas muy diversas, desde la más remota antigüedad.
En la Grecia clásica era Asclepio (Esculapio), dios de la medicina y a cuyo santuario acudían los enfermos en busca de curación, a quien más exvotos le dedicaban por medio de reproducciones en oro, plata o mármol de las partes enfermas y supuestamente sanadas. Se dejaba constancia de las curaciones en estelas colocadas también en el interior del santuario.
Y en Roma ocurría lo mismo. Uno de los dioses que cuenta con numerosas reproducciones de los órganos sexuales era Príapo, ofrecidas por aquellos que padecían enfermedades venéreas y que acudían a él para su curación.
En países cristianos como España, Italia, Francia y otros de Hispanoamérica ha perdurado hasta la actualidad, aunque en menor grado, la costumbre de ofrecer también exvotos a la divinidad y a las vírgenes y santos más diversos. Concretamente en España se conservan algunos del siglo XIV y son ya muy abundantes a partir del siglo XVII, sobre todo en santuarios considerados especialmente milagrosos.
Los exvotos populares son muy variados. Los marinos u ofrecidos con motivo de un naufragio consisten en pequeños remos, diminutas reproducciones de una embarcación, cualquier objetos relacionado con el agua o el mar, etc.
Hay exvotos de piedra, de bronce, de madera, de cera, etc. Otros son reproducciones en miniatura de vehículos o partes del mismo, objetos utilizados por el enfermo o alguno de sus miembros, o cualquier tipo de cosas que sirvan para indicar o mostrar el hecho desafortunado del que se ha recuperado milagrosamente.
Suele ocurrir que los cojos ofrecen muletas y los demás enfermos reproducciones en cera, plata, a veces oro, u otro material de la parte enferma milagrosamente sanada (ojos, piernas, brazos).
Una de las formas más ingenuas pero más sinceras de manifestar este arte popular del exvoto es la que consiste en una tablilla, pintada o dibujada, en la que se plasma la historia del milagro. Además de las imágenes del lugar y los protagonistas se describe el hecho milagroso acontecido.
Los exvotos se encuentran sobre todo en las ermitas o humilladeros. También se ven en algunas iglesias junto al santo o virgen y en el altar a ellos dedicado. En la actualidad y en algunos lugares los tienen en la sacristía, pues, en realidad, es una tradición cristiana más del pasado que del presente.
Se ofrecen más a aquellas vírgenes de mayor devoción y a cuyas ermitas se acude en romería. También a los santos más populares y que tienen encomendada una mayor atención a los hombres, a los animales, al campo, etc., como San Blas, San Roque, San Isidro, etc.
En esta comarca de los Valles de Benavente nos encontramos también con muchos y variados exvotos apoyados sobre las paredes o columnas, junto a los retablos y no lejos del altar, en armarios o colocados sobre alguna mesa. Son testigos de creencias en las vírgenes o santos a quienes están dedicados y como muestra de agradecimiento por el favor recibido.
Las ermitas más antiguas y más importantes como centro de peregrinación y de culto tienen más cantidad, como las de el Carmen de Navianos de Valverde, la Virgen de la Vega de Cimanes, la Virgen de Agavanzal de Olleros de Tera, la Virgen de las Encinas de Abraveses de Tera, etc. Otras, aunque menos, merecen también ser citadas: el Cristo de la Vera Cruz de Sitrama de Tera, San Mamés en Ayoó de Vidriales, San Isidro de Quintanilla de Urz, etc.
Algunos exvotos antiguos son verdaderas obras de arte y merece la pena que se conserven como testimonio de una época y de una tradición.