miércoles, 23 de junio de 2010

Canal de Manganeses


Este canal tiene el nombre del pueblo en el que comenzaba cuando se construyó en la Edad Media, pues partía del río Eria, desde una presa, no lejos del actual molino de Manganeses. Se tienen noticias del deterioro del mismo en el siglo XVI y de cómo los vecinos de Santa Cristina, Manganeses y el conde de Benavente D. Antonio Alonso Pimentel se comprometen a reconstruirlo y conservarlo. El conde de Benavente era el más interesado en ello, pues además de ser el propietario de gran parte de las tierras de la zona por las que pasaba, llegaba también hasta El Bosque, su finca de recreo, y a otros lugares de su dominio. Incluso en el mapa topográfico de 1941, se le denomina, en alguna parte del recorrido, como "Caño del Bosque".
Hay constancia también de que, en siglos posteriores, el conde llegó a acuerdos con los demás pueblos propietarios del mismo, por los cuales se establecían los días de riego y la contribución de cada uno para su conservación.
En la actualidad el canal comienza en el Órbigo, cerca del pueblo de Vecilla de la Polvorosa. Allí, hace no mucho más de 50 años se construyó una presa y una compuerta desde la que se conduce el agua hasta el río Eria, a pocos metros del comienzo del canal antiguo. La razón de dicha construcción y ampliación no fue otra que la necesidad del agua, escasa en el Eria, pues, con frecuencia, se seca en el verano. El Órbigo contaba ya con embalses para su regulación y aprovechamiento, como el de Barrios de Luna, Villameca y otros. No así el Eria que ni los tiene, ni todavía hay acuerdo definitivo sobre su ubicación y futura construcción. Pero los pueblos del valle y sus tierras lo siguen reclamando y esperando.
Compuerta en el Órbigo, cerca de Vecilla de la Polvorosa, que envía las aguas hacia el canal.
Compuerta donde se inicia el canal junto al río el Eria, cerca de Manganeses de la Polvorosa.

La ampliación del canal coincidió con la realización de la concentración parcelaria y por ello una mayor necesidad de agua para el regadío. También, desde esas mismas fechas, el canal está reforzado de hormigón en casi todo su recorrido y pertenece, como los demás de esta comarca, a la Confederación Hidrográfica del Duero.
Su recorrido, de no más de 25 kilómetros, desde que comienza hasta su final en el Tera, por Milles de la Polvorosa, se hace corto. A ello colabora, sobre todo en primavera o verano, el agua que corre, el paisaje verde de la vega y los abundantes árboles de las orillas de los ríos, así como los montes próximos a él, llenos de encinas, también verdes, aunque con distinta tonalidad.
Concretamente pasa y riega tierras de Vecilla y Villabrázaro, a poco de empezar; las de Manganeses, a ambas orillas del Órbigo y las de la margen derecha de Santa Cristina, Santa Colomba, Arcos y Milles. Aquí termina no lejos de un área de recreo o zona de baños de la que disfruta el pueblo, recientemente construida.
Cuando el canal era de tierra, requería más cuidados y atención todos los años. Para ello se movilizaba gran cantidad de gente, cuando llegaba el momento de su limpieza. Era un trabajo más, asumido por los pueblos que se beneficiaban del mismo. Algunas de sus acequias y señalizaciones nos indican también su antigüedad.
Pero vayamos más despacio, mencionando y deteniéndonos en algunos lugares de interés. Aparte de las dos presas con sus compuertas respectivas, al llegar al Eria, el canal desagua muy cerca de un puente colgante, por el que pueden pasar peatones y también bicicletas y ciclomotores. Está algo oculto entre la arboleda y es desconocido para muchos, pero tiene buen aspecto, él y su entorno. El río tiene agua unos metros más hasta que, una parte de la misma llega al comienzo del antiguo canal, y la otra al Órbigo ya próximo.
El cauce del canal, no demasiado ancho, pasa cerca del molino de Manganeses de la Polvorosa y al pie del castro La Corona y yacimiento romano El Pesadero, de triste recuerdo y pesadilla por su desaparición o enterramiento bajo la autovía, después de las excavaciones realizadas, con importantes hallazgos.
Al Sur del mismo pueblo va dejando aguas para las huertas y algún que otro huerto, y se dirige con fuerza y con ganas hacia la vega, que se une con la de Santa Cristina. Recordamos y dejamos también muy cerca a Requejo, antigua villa romana y despoblado medieval junto al Orbigo. Desde aquí contemplamos, hacia el Oeste, el monte La Cervilla, al que el canal se acerca un poco, antes de llegar y pasar junto al Bosque, finca de recreo de los antiguos condes, hoy de otros propietarios, y a quienes sirvió y sirve, lo mismo que a los demás.
El canal pasando por la vega de Manganeses de la Polvorosa.
Cerca del Bosque en Santa Cristina de la Polvorosa.

Aguas abajo, riega tierras de lugares, cuyo nombre nos recuerda también antiguos poblados medievales y de épocas posteriores, hoy desaparecidos, pero de gran categoría e importancia histórica. Algunos existían incluso cuando se construyó. Además de La Corona - El Pesadero, en Manganeses, debemos citar Los Villares y Cejinas en Santa Cristina; El Pozarcón y Piedra Redonda en Arcos, y El Priorato, Los Tejares, La Magdalena, Emellas y Lugar Viejo en Milles de la Polvorosa. Lugares o pagos que nos hacen presentes pueblos e historias antiguas, castros, villas, monasterios, puentes y miliarios.
El canal llegando al Lugar Viejo de Milles de la Polvorosa.

Ya en tierras de Milles, y cerca de su final el cauce se estrecha entre rectas y curvas y en poco más de un kilómetro vuelve a su forma antigua y originaria, de tierra y con abundantes espadañas y demás vegetación. Ojalá que la Confederación Hidrográfica del Duero, o a quienes corresponda, decidan completar la obra, reforzando con hormigón este corto trayecto.
Desde Milles se contemplan las acequias de riego y su dispersión por las vegas de estos pueblos, que cuentan con el Orbigo, el Esla y el Tera muy próximos, pues no lejos de ellos está el lugar de la confluencia. Aunque el final del canal no esté limpio y cuidado, pues es de tierra, como hemos dicho, sí lo está el Tera, que lo recibe con sus aguas transparentes, razón por la cual se ha construido por allí el área de recreo y zona de baños.
Poco metros antes de llegar al río Tera, el canal no está canalizado.
Las aguas del canal llegando al río Tera.

Al ser el más antiguo de los canales que hay en los Valles de Benavente y, aunque su recorrido no sea demasiado largo, tiene más historia e historias que los demás, al menos la que le da su antigüedad. La misma toponimia de los pueblos tiene algo que ofrecernos y recordarnos: Polvorosa, a la famosa batalla que tuvo lugar por estas tierras; Las Monjas, al monasterio cisterciense de San Salvador allí existente; Arcos nos acerca al famoso puente romano construido en el Esla; Milles nos hace pensar en el miliario del Priorato, etc.
Y los visitantes y viajeros pueden ver el Aula de Interpretación de La Corona en Manganeses, degustar pastas y magdalenas en Santa Cristina y comprar algún cacharro en el taller de cerámica de Arcos, entre otras muchas cosas relacionadas con la cultura o la gastronomía.