lunes, 28 de junio de 2010

Santa Marta de Tera. El Pendón y la Sacramental

El pasado día 19 de junio, sábado, la localidad de Santa Marta de Tera, celebró su fiesta Sacramental con una novedad y es que el pendón que había en la iglesia, una vez restaurado y recuperado, volvió a salir a la calle encabezando la procesión de este solemne día. Hacía ya más de 50 años que no se utilizaba, y su vara, con la tela envuelta en ella, estuvo durante mucho tiempo colgada del muro norte de la iglesia. Ha sido precisamente este año cuando un grupo de mujeres, pertenecientes a la Asociación Cultural Valle de los Robles, contando en todo momento con la colaboración de la iglesia, del ayuntamiento y de los vecinos del pueblo, decidieron proceder a su restauración y puesta a punto.
Y lo hicieron bien, como se puede ver, aunque en su tarea tuviesen en cuenta las orientaciones de personas expertas en el tema, como son algunos vecinos de pueblos próximos, sobre todo de la diócesis de Astorga, en la provincia de León, en donde no hay pueblo sin pendón, como no hay torre sin campanas. Y es que, en esta provincia, empezaron ya hace muchos años a recuperar, defender y mantener las tradiciones populares leonesas.

En Santa Marta, pudimos ver que, antes de comenzar los actos religiosos, llegaron cinco hombres de Castrocalbón (León), dispuestos a orientar y enseñar a los cinco de Santa Marta sobre el mejor modo de llevar el pendón y de manejar los remos. Y así ocurrió durante toda la procesión. Cada cierto tiempo se cambiaban los pendonistas (las personas que los llevan), y lo mimo hacían los que se encargaban de los remos. E incluso les indicaban la forma de salvar algunos obstáculos, como el tendido eléctrico, que había en calles y plazas.
Celestina, perteneciente a la Asociación, me cuenta algunos detalles sobre el pendón: “La vara, que, como casi todos está acanalada en la parte baja, mide 9.5 metros de largo. La tela, en su conjunto, son 25 metros cuadrados y la compramos toda en Madrid, con los mismos colores que tenía la antigua que estaba ya deteriorada: verde, blanco y rojo carmesí. Y hasta nos sobró una parte con la que podemos incluso preparar una pendoneta. Lo mismo hicimos con los remos que también son nuevos, aunque los antiguos eran más vistosos y más bonitos. Los cinturones que se ponen los pendonistas los compramos en La Bañeza”.
Me recuerda de nuevo que “el pendón, aunque esté en la iglesia, se ha restaurado con dinero del pueblo, conseguido, en parte, a través de nuestra Asociación: venta de objetos, subasta de las roscas del ramo, cuotas y donaciones, etc.”.
Lo cierto es que todos se sienten orgullosos de su pendón, y los jóvenes son los más sorprendidos, pues algunos no lo habían visto nunca, ni han participado en concentraciones, exhibiciones, desfiles o fiestas, en las que los pendones son los protagonistas. Los vecinos quieren que en adelante Santa Marta siga brillando y haciéndose notar, no solamente por su iglesia románica, su Palacio de los Obispos de Astorga y su Santiago peregrino, una de las imágenes más antiguas y más conocidas, sino también por su pendón, que servirá para que el pueblo esté presente en los actos que se celebren en la comarca, provincia o Comunidad, e incluso fuera de la misma, tal como ocurre en muchos pueblos de León durante el presente año, en el que, además de ser Jacobeo, se conmemora también el 1.100 Aniversario del Antiguo Reino.
A las trece horas tuvo lugar la bendición del nuevo pendón por parte del sacerdote, momentos antes de comenzar la Santa Misa, que, por cierto y como no podía ser de otro modo en esta fiesta religiosa solemne, fue cantada, incluso en Latín, al menos el Gloria, Credo, Sanctus, etc., como debe ser y para mejor recordar el pasado, la tradición y el lugar de la celebración. Y lo más llamativo es que gran parte de los asistentes participaban en el cántico. Me imagino que quienes lo hacían, serían sobre todo las personas mayores que vivieron los años en los que era la lengua oficial de la Iglesia Católica. Al ser obligado utilizarla en la liturgia, todos sabían Latín, o al menos daba esa impresión.
En la homilía el sacerdote saluda a los presentes, autoridades, niñas de Primera Comunión, vecinos y forasteros, recordándoles la celebración del Corpus Christi en el día de la Sacramental, e invitando a todos a participar en la Eucaristía y a vivir en caridad y amor como muy bien se transmite a través del Evangelio.
Al finalizar la misa se organiza la procesión. El sacerdote coge en sus manos la custodia con la Hostia Santa y se coloca bajo el palio que llevan cuatro hombres de Santa Marta.
Por otra parte los pendonistas, en este caso maestros unos y aprendices los otros, se acercan para cogerlo y sacarlo de la iglesia. Para ello lo bajan y lo cargan sobre sus hombros, pues debido a la longitud no se puede hacer de otra forma. Y salen de la iglesia por la puerta del mediodía, precisamente la que tiene en su portada la imagen de Santiago peregrino. Este momento es recordado con cierta nostalgia por los mayores presentes, que lo vieron y vivieron hace 50 o más años.
Sacando el pendón de la iglesia de Santa Marta.
El pendón, ya elevado, en pal plazuela de la iglesia.

Ya en el exterior, y concretamente en la plazuela de la iglesia, lo elevan solemnemente para dar comienzo a la procesión. Al pendón, que va en cabeza, le sigue la cruz procesional, hoy la más elegante, y el estandarte con ilustraciones que recuerdan la celebración del Corpus Christi. Detrás van las niñas de Primera Comunión. A continuación la custodia llevada por el sacerdote bajo palio, seguida de las autoridades, las cantoras, que hoy tienen un gran protagonismo, y el resto del pueblo, sobre todo las mujeres, pues gran parte de los hombres, como es costumbre, van adelante, detrás de la Cruz.
Las cantoras y organizadoras de gran parte de los actos.

A la Sacramental suelen acudir muchos forasteros, personas del pueblo que, por razones trabajo u otros motivos residen fuera. Y este año con lo del pendón con más razón. Además vimos algunos peregrinos que en su caminar hacia Santiago por el Valle del Tera habían llegado para descansar en el albergue. Y es que Santa Marta es un hito importante en el camino y lo seguirá siendo en el futuro, si se sigue cuidando su iglesia y su palacio, el albergue de peregrinos, y también el pendón y otras tradiciones del agrado de todos.
Durante la procesión se escuchan cánticos, ahora en castellano, en honor del Sacramento: Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar… Hostia pura, Hostia Santa, Hostia Inmaculada… Cantemos al Amor de los Amores…etc.
La tela del pendón ondea movida por el viento, lo que permite ver y admirar sus colores. Esto hace que la admiración y sorpresa de algunos de los presentes sea aún mayor. Sus comentarios son positivos y demuestran el acierto que han tenido con la recuperación del mismo.
Durante la procesión hay que bajar el pendón a causa del tendido eléctrico.
El pendón ondea a su paaso por la carretera.

De vez en cuando se turnan los pendonistas y los de Castrocalbón, en esta ocasión, como maestros, dan instrucciones a los de Santa Marta y no se alejan mucho de ellos cuando estos lo cogen. Al final todo resultó bien y sin problema alguno.
Al llegar la procesión a la plaza del pueblo en la que se ha instalado un pequeño altar, como en años anteriores, los pendonistas inclinan la enseña al paso del Santísimo. El sacerdote coloca sobre el altar la custodia, reza unas oraciones y poco después imparte con ella la bendición a todos los presentes mientras desde una ventana caen abundantes pétalos de rosas. Finalmente la procesión regresa a la iglesia dando por finalizada la celebración religiosa.
Los pendonistas lo inclinan al paso del Santísimo.
Arrojan pétalos de rosas sobre el altar y el Santísimo Sacramento.
El sacedote bendice con la Custodia a los asistentes.

En los domicilios de Santa Marta de Tera hoy habrá comida especial que para eso es la Sacramental. Y no faltarán otras diversiones para niños y mayores en este día de fiesta, un día especial para el pueblo, pues de nuevo han estrenado pendón.