miércoles, 9 de marzo de 2011

Dulces tradicionales: El bollo de Antruejo de Villaferrueña



Arsenia, vecina de Villaferrueña, metiendo en el horno casero, con ayuda de la pala, el bollo de Antruejo, que ha elaborado previamente..

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El bollo de Antruejo, ya cocido y sobre una lata, en la boca del horno.
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Arsenia coloca el bollo sobre la mesa camilla de su casa, para ser degustado por familaires y amigos.
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Los bollos que preparan y venden en la panaderia de Arrabalde son alargados y de forma ovalada.
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A lo largo del año, y especialmente durante las fiestas o ciclos festivos, se elaboraban y se siguen elaborando, en hornos caseros, en panaderías al servicio del público o en pastelerías, dulces típicos, algunos de los cuales tienen el nombre de la fiesta, del santo o del pueblo que los creó y en el que se siguen haciendo. Tenemos ejemplos en los feos de Villalpando, los bollos de San Miguel, las bombas de Benavente, etc. Esto ocurre con el Bollo de Antruejo de Villaferrueña, del cual se acuerdan todos los vecinos, principalmente cuando se acerca el Carnaval, aunque también pueden degustarlo el resto del año.
El Sr. Antonio, con 77 años y ciego, que es uno de los que más y mejor conoce y recuerda las costumbres, tradiciones antiguas y la forma de vida de su pueblo, pues ha vivido siempre en él, me informa sobre este dulce:
-Lo he visto hacer y lo he comido en mi casa desde que era pequeño. Y mis padres también lo conocieron durante toda su vida, porque se lo transmitieron mis abuelos. Así que fíjese el tiempo tiene, mucho más de cien años.
Me extraña que el bollo no sea tan conocido en la comarca de Los Valles de Benavente como lo son otros dulces de carnaval: las flores o floretas, las torrijas y las orejas u orejuelas, aunque algunos sean más propios de otras localidades. Y no puede ser porque no sea exquisito y sano, como todo lo que se elabora en el pueblo.
Se trata de un bollo alargado, de 30 o 40 cm, con no más de 2 o 3 cm. de grosor y cuyos extremos pueden terminar en forma ovalada. Su aspecto nos recuerda algún tipo de tortas o a los conocidos bollos de coscarón. Los ingredientes son huevos sin claras, harina y azúcar.
-No contiene grasa ni aceite alguna, me aclara el Sr. Antonio. Y tampoco tiene conservantes, porque se hacía para los días concretos del Carnaval. Los que crearon e idearon la fórmula para hacerlo eran de Villaferrueña, pero, como esto viene de muy atrás, no le puedo decir quienes fueron, aunque sí le puedo asegurar que el bollo partió de aquí y que por eso se le llama así.
El bollo continúa elaborándose en algunas casas, sobre todo en las que todavía conservan los antiguos hornos donde solían hacer pan y otros dulces a lo largo del año. Incluso quienes no tenían horno acudían al de la vecina para cocerlos o incluso a las panaderías. Lo cierto es que, cuando se acercaban las fiestas de Carnaval, era y sigue siendo una costumbre hacer o comprar bollos para la familia y para regalar a los parientes y amigos, sobre todo si viven fuera del pueblo.
Hay que reconocer que tiene buen sabor, tal vez por estar hecho con productos naturales, y sin colorantes ni conservantes como decía el Sr. Antonio. Si alguien quiere comprobarlo puede hacerlo, pues lo siguen elaborando y vendiendo, y además durante casi todo el año, los panaderos de Arrabalde, Luis Zurrón y Lucía Ferrero. Me acerco al pueblo y Lucía me lo confirma:
-Efectivamente, los hacemos desde que somos panaderos y lo seguimos llamando el Bollo de Antruejo de Villaferrueña, pues hay que reconocer y valorar que en este pueblo tuvo su origen, aunque era algo familiar y limitado casi a las fiestas del Carnaval. Nosotros hemos contribuido a su difusión y al conocimiento del mismo.
De nuevo Lucía con más detalle me explica los ingredientes y el modo concreto como ellos lo hacen en la panadería:
-Preparamos la masa con las manos mezclando las yemas de huevo sin la clara, el harina y el azúcar, todo en las debidas proporciones y medidas. Con la ayuda de un rodillo de madera la extendemos sobre un papel vegetal, dando al bollo la forma y el grosor requerido y ya fijado de antemano. A continuación los metemos en el horno para su cocción.
Cuando llegan las fiestas del carnaval venden muchos bollos, algunos por encargo. Familias que proceden de estos pueblos, pero que viven fuera, no se privan de comprar el bollo, es ya una costumbre. Pero también lo venden en algunos de la provincia de León, a los que también llevan pan y otros dulces, como Alija del Infantado, San Esteban de Nogales y otros más alejados como Pobladura de Yuso, Felechores, etc. Por supuesto que venden y reparten más en los que están cerca de Arrabalde como Alcubilla de Nogales, Villageriz, Coomente de la Vega, Maire de Castroponce, entre otros, todos ellos de la provincia de Zamora. También en Benavente en una tienda del Pasaje de Las Guindas. Y hace unos años llegaron bollos a la capital e incluso a Madrid a tiendas de amigos y conocidos.
El Bollo de Antruejo de Villaferrueña, aunque sea un dulce local o comarcal, como muchos otros de los que se elaboran por Castilla y León y por el resto de España, tiene importancia, no solamente por su antigüedad manifiesta, sino también por tratarse, en su origen, de un dulce más para las fiestas de Carnaval, aunque, tal vez, más desconocido que otros. No obstante es obligado traer aquí a sus creadores, aunque anónimos, aquellos que hace más de cien años tuvieron la idea de mezclar unos ingredientes con gran acierto para ellos y para las generaciones futuras. Prueba de ello es que, cuando cada año se acerca el Carnaval, se les sigue recordando.