Antiguamente había
muchos grupos de teatro ambulante, o comediantes, que recorrían los pequeños
pueblos y ciudades para representar sus comedias, sainetes o títeres. Y es que
era la única forma que tenían las pequeñas localidades de ver teatro u otros
espectáculos, que contribuían en algunos casos a la enseñanza o educación, pero
casi siempre a la distracción o entretenimiento de las personas.
Incluso en algunos
pueblos existían grupos de teatro o de comedia que, periódicamente, representaban
alguna obra en su pueblo e incuso en los pueblos próximos. Se trataba casi
siempre de actrices y actores improvisados y aficionados, pero que conseguían
deleitar a sus vecinos, haciéndoles pasar unos buenos momentos.
En Benavente, localidad
con más población, desde hace mucho tiempo se sabe que hubo grupos de teatro y
hasta existió un edificio Teatro del Jardinillo que se utilizaba para estas y
otro tipo de actividades. Es de suponer que también había algunas personas, que
actuaban como actrices y actores locales, con afición, y que representarían
algunas obras.
Pero, además de existir
actores y actrices, aficionados al teatro, en los pueblo, era frecuente, que
llegasen de otros lugares compañías populares para representar algo, bien de
teatro o de circo, como es el caso al que me quiero referir ahora. Lo hago
motivado por las siguientes fotografías.
Las primeras son
imágenes de un circo ambulante, como se lee, y que acaba de llegar a un pueblo, seguro que de
esta comarca de Benavente, incluso puede ser conocido por algunas personas.
Vemos cómo llegan en un carromato, al modo de las actuales y modernas caravanas.
El carromato sirve de vivienda para la familia y también para los animales, en
este caso un pequeño mono, del que se servirían para el espectáculo. Seguro que el animal causaría gran admiración
y hasta deleite entre los espectadores, fuesen niños o mayores. Actuarían en la plaza del pueblo o en un
lugar apropiado para que los espectadores pudieran verlo. Y terminada la sesión
se trasladaba con su vivienda a otro lugar. Las imágenes son de los años 60.
También escenas de
circo ambulante son las siguientes imágenes, pero ya del año 1980, en la denominada ahora Plaza de
la Madera de Benavente. Aquel día de dicho año pude ver un espectáculo de circo
en la calle, cuyo protagonismo giraba en torno a otro animal, en este caso una
cabra, bien domesticada y obediente. La cabra dirigida por su dueño hacía cosas
que causaban admiración y también sonrisas entre los presentes. Al finalizar cada actuación alguien se
encargaba de pedir un donativo a los espectadores presentes.
En los dos casos se
sirven de un animal, que educan y vive con sus dueños y al que quieren como uno
más de sus hijos, si se me permite el símil. En la actualidad apenas se ven
circos ambulantes populares y menos con animales. Tal vez sea debido a que la
legislación no permita el uso de estos, por más que, en este caso, estén libres
de maltrato. Es cierto que las cosas cambian y el progreso y educación de las
personas, debe llegar también al respeto animal. Y que solamente se deberá
hacer con el permiso correspondiente y cumpliendo las leyes. Pero el recuerdo
de estas personas, comediantes o titiriteros, con su circo ambulante y su
cabra, mono, u otro animal, ahí queda para el recuerdo, la tradición y por qué
no, también para la historia.