Salen calentitas y en su punto
Haciendo cola en la Plza Mayor
La hora del reparto
La degustación
La ciudad de Benavente celebró el pasado sábado, día 18, la fiesta tradicional de “el magosto”como se hace en otros muchos lugares de esta provincia, principalmente en las comarcas de Aliste, Carballeda y Sanabria y como no, en los Valles, pues junto a los árboles existentes van surgiendo nuevas plantaciones. Podemos decir que es una fiesta ya recuperada, pues se viene haciendo desde hace varios años.
Magosto es palabra procedente del Latín, muy utilizada en algunas lenguas romances, precisamente en aquellos países o regiones en los que más se celebra la fiesta. En portugués se dice magusto, en gallego o mangosto, en asturleonés mangüestu y en castellano magosto, palabra utilizada en esta provincia en las comarcas citadas.
Es una celebración del ciclo del otoño en la que las castañas son las protagonistas junto con el vino, a poder ser el nuevo, una vez terminado el proceso de fermentación del mosto. Fiesta o rito agrario en torno a la castaña, que se celebra al final de su recolección, lo mismo que se celebran otras fiestas por estas tierras, en torno a los cereales o al mismo vino. Fiesta tal vez de origen pagano que luego fue cristianizada, como muchas otras de carácter agrario, y que tiene una gran antigüedad. Algunos la relacionan incluso con el culto a la fecundidad, siendo en este caso el fuego o la lumbre quienes representarían al sol, dios fecundador de la tierra.
Sobre la etimología o el significado de la palabra magosto hay dos interpretaciones. Una la hace derivar de magus (de magnus grande) y ustus (de urere-ustum quemar) significando gran hoguera o fuego. Otros ven en la palabra el término latino magus (mago), relacionándola con algo mágico o hechicero.
Pienso que las dos interpretaciones nos pueden servir, pues la gran hoguera es una realidad y lo mágico y legendario estaría en su ancestral celebración que era siempre en el monte, lugar sagrado para algunas civilizaciones y el mejor altar para las ceremonias de la fiesta en la que no faltaban el fuego, cánticos y música con sabor antiguo.
Sea lo que sea en cuanto a su origen lo cierto es que hoy se entiende por magostar el acto de asar castañas y magosto la hoguera donde se preparan.
Sobre la fecha de su celebración también conviene decir algo. Suele ser siempre en el mes de Noviembre entre los días uno y dos, festividades de Todos los Santos y de Los Difuntos y el día 11, la fiesta de San Martín o San Martino, así llamado en otros lugares. Hay un refrán que dice: “Por San Martino se hace el magosto, con castañas asadas, vino y mosto”. Esto ocurre en Galicia, el Bierzo y también en muchos pueblos de Los Valles. Y así ocurrió el sábado pasado en Benavente, concretamente en la Plaza Mayor, a partir de las 19 horas. Una vez preparada la hoguera con abundantes palos y tablas, sobre las brasas de la misma colocaron un tambor agujereado giratorio y lleno de castañas, que lentamente se fueron asando. Fueron muchos cientos de kilos, pues también fueron varios cientos de personas las que se acercaron a degustarlas, una vez asadas. Además de castañas, el Ayuntamiento obsequió a los presentes con queso y vino de la tierra. El vino si no era el nuevo, sí era el de la cosecha anterior, un rosado o clarete leonés, limpio y de buen color y sabor, como el que se produce y elabora por los Valles. Pronto la Plaza Mayor de la ciudad se fue llenando de grupos de ciudadanos a quienes se veía degustar las castañas, al tiempo que conversaban y recordaban tradiciones y vivencias del pasado.
Que el magosto era antiguamente y lo es en la actualidad una gran fiesta, nadie lo duda, pues en algunas partes la degustación de castañas va acompañada de una suculenta merienda a base de embutidos, empanadas, queso y otros manjares, sin faltar los postres, el buen vino y los aguardientes. La fiesta suele estar acompañada de música, cánticos y bailes tradicionales que ayudan a recordar y vivir mejor la celebración.
No estaría mal que también en Benavente el magosto se acompañase de música a cargo de alguna charanga que, con instrumentos tradicionales como la dulzaina o la gaita, tan conocidos y apreciados por la comarca, deleitase a todos los presentes.
Esta antigua fiesta, que se ha introducido y recuperado en muchas localidades, también se celebra en Colegios e Institutos y entre las familias o grupos de amigos. Y se hace en los lugares más diversos, calles, plazas, patios de casas o de colegios, etc, sin olvidar el monte que es el lugar más emblemático y sugerente para ello. Es una fiesta que va a más y será así, pues el pueblo siempre celebró sus fiestas después de la recolección de los frutos o relacionadas con ellos. Unas veces como acción de gracias por la cosecha y otras simplemente como fiestas de convivencia ciudadana, después de terminar las tareas del acampo.
Las castañas, que sirvieron de alimento a la población rural en momentos difíciles a lo largo de la historia, lo mismo que los cereales y otros productos en otras regiones, cuentan con una fiesta, después de su recolección: el magosto. Ojalá que el calendario festivo popular no se olvide de ella, pues goza de gran sabor tradicional y está rodeada de leyendas y creencias.
La ciudad de Benavente celebró el pasado sábado, día 18, la fiesta tradicional de “el magosto”como se hace en otros muchos lugares de esta provincia, principalmente en las comarcas de Aliste, Carballeda y Sanabria y como no, en los Valles, pues junto a los árboles existentes van surgiendo nuevas plantaciones. Podemos decir que es una fiesta ya recuperada, pues se viene haciendo desde hace varios años.
Magosto es palabra procedente del Latín, muy utilizada en algunas lenguas romances, precisamente en aquellos países o regiones en los que más se celebra la fiesta. En portugués se dice magusto, en gallego o mangosto, en asturleonés mangüestu y en castellano magosto, palabra utilizada en esta provincia en las comarcas citadas.
Es una celebración del ciclo del otoño en la que las castañas son las protagonistas junto con el vino, a poder ser el nuevo, una vez terminado el proceso de fermentación del mosto. Fiesta o rito agrario en torno a la castaña, que se celebra al final de su recolección, lo mismo que se celebran otras fiestas por estas tierras, en torno a los cereales o al mismo vino. Fiesta tal vez de origen pagano que luego fue cristianizada, como muchas otras de carácter agrario, y que tiene una gran antigüedad. Algunos la relacionan incluso con el culto a la fecundidad, siendo en este caso el fuego o la lumbre quienes representarían al sol, dios fecundador de la tierra.
Sobre la etimología o el significado de la palabra magosto hay dos interpretaciones. Una la hace derivar de magus (de magnus grande) y ustus (de urere-ustum quemar) significando gran hoguera o fuego. Otros ven en la palabra el término latino magus (mago), relacionándola con algo mágico o hechicero.
Pienso que las dos interpretaciones nos pueden servir, pues la gran hoguera es una realidad y lo mágico y legendario estaría en su ancestral celebración que era siempre en el monte, lugar sagrado para algunas civilizaciones y el mejor altar para las ceremonias de la fiesta en la que no faltaban el fuego, cánticos y música con sabor antiguo.
Sea lo que sea en cuanto a su origen lo cierto es que hoy se entiende por magostar el acto de asar castañas y magosto la hoguera donde se preparan.
Sobre la fecha de su celebración también conviene decir algo. Suele ser siempre en el mes de Noviembre entre los días uno y dos, festividades de Todos los Santos y de Los Difuntos y el día 11, la fiesta de San Martín o San Martino, así llamado en otros lugares. Hay un refrán que dice: “Por San Martino se hace el magosto, con castañas asadas, vino y mosto”. Esto ocurre en Galicia, el Bierzo y también en muchos pueblos de Los Valles. Y así ocurrió el sábado pasado en Benavente, concretamente en la Plaza Mayor, a partir de las 19 horas. Una vez preparada la hoguera con abundantes palos y tablas, sobre las brasas de la misma colocaron un tambor agujereado giratorio y lleno de castañas, que lentamente se fueron asando. Fueron muchos cientos de kilos, pues también fueron varios cientos de personas las que se acercaron a degustarlas, una vez asadas. Además de castañas, el Ayuntamiento obsequió a los presentes con queso y vino de la tierra. El vino si no era el nuevo, sí era el de la cosecha anterior, un rosado o clarete leonés, limpio y de buen color y sabor, como el que se produce y elabora por los Valles. Pronto la Plaza Mayor de la ciudad se fue llenando de grupos de ciudadanos a quienes se veía degustar las castañas, al tiempo que conversaban y recordaban tradiciones y vivencias del pasado.
Que el magosto era antiguamente y lo es en la actualidad una gran fiesta, nadie lo duda, pues en algunas partes la degustación de castañas va acompañada de una suculenta merienda a base de embutidos, empanadas, queso y otros manjares, sin faltar los postres, el buen vino y los aguardientes. La fiesta suele estar acompañada de música, cánticos y bailes tradicionales que ayudan a recordar y vivir mejor la celebración.
No estaría mal que también en Benavente el magosto se acompañase de música a cargo de alguna charanga que, con instrumentos tradicionales como la dulzaina o la gaita, tan conocidos y apreciados por la comarca, deleitase a todos los presentes.
Esta antigua fiesta, que se ha introducido y recuperado en muchas localidades, también se celebra en Colegios e Institutos y entre las familias o grupos de amigos. Y se hace en los lugares más diversos, calles, plazas, patios de casas o de colegios, etc, sin olvidar el monte que es el lugar más emblemático y sugerente para ello. Es una fiesta que va a más y será así, pues el pueblo siempre celebró sus fiestas después de la recolección de los frutos o relacionadas con ellos. Unas veces como acción de gracias por la cosecha y otras simplemente como fiestas de convivencia ciudadana, después de terminar las tareas del acampo.
Las castañas, que sirvieron de alimento a la población rural en momentos difíciles a lo largo de la historia, lo mismo que los cereales y otros productos en otras regiones, cuentan con una fiesta, después de su recolección: el magosto. Ojalá que el calendario festivo popular no se olvide de ella, pues goza de gran sabor tradicional y está rodeada de leyendas y creencias.
Publicado en el libro
PÉREZ MENCÍA, E.: Valles de Benavente. Fiesta y traiciones, Año 2007