jueves, 25 de marzo de 2010

Fiestas y tradiciones. Capillas.


Capilla colector de monedas en Abraveses de Tera.


Antiguamente, más que en la actualidad, en los domicilios de muchas familias cristianas, se oían frases como estas: -Tengo que llevar la imagen, hoy me toca la virgen... Se trataba de un especie de caja de madera, de forma vertical, a modo de pequeña capilla, que contenía la imagen de un santo o de una virgen y que, al menos un día cada mes, visitaba los hogares que estuviesen inscritos o abonados a ella. Solían ser varias las que estaban en circulación por los pueblos y ciudades de Castilla y León y por supuesto también por los de Los Valles de Benavente. Algunas imágenes eran más famosas y más queridas que otras, como ocurría con la de San Antonio, la Virgen del Carmen, la Milagrosa o la Purísima. Otras estaban relacionadas con el patrón del pueblo o el santo local de mayor devoción, como San José, Santa Rita, etc. Pero la más común y más de acuerdo con la tradición familiar cristiana, y que visitaba más hogares, era la de la Sagrada Familia. Ésta contaba con el mayor número de abonados tanto en los pueblos, como en las ciudades.
En verdad, se trata de una tradición antigua y muy ligada al cristianismo, presente siempre en la vida y costumbres de todos los ciudadanos. Pero me ha llamado la atención el hecho de que todavía continúa en algunos pueblos de la comarca, incluida la ciudad de Benavente. Y es que la fuerza de las tradiciones es grande y merecen todo nuestro respeto. Todavía se ve a personas por las calles llevando en sus manos la capilla a la casa de algún vecino.
Las imágenes estaban o están un día al mes en cada domicilio, pues la inscripción solía hacerse por meses. De ahí que algunas familias se abonasen a más de una imagen o que hubiese varios ejemplares de cada virgen o santo, si eran muchos los solicitantes.
Durante su estancia en la vivienda solía colocarse en lugar visible, con una vela encendida o una lamparita de aceite delante de ella, y se la rezaba en familia, a veces incluso el Santo Rosario. Antes de abandonar la casa se le ofrecía un donativo, que se introducía en un pequeño cajón que tenía la misma capilla. El dinero contribuía a los gastos de mantenimiento, o para la asociación o cofradía promotora. Porque, en muchas ocasiones, esta devoción partía y era promovida por las Hijas de María, Damas de la Caridad, Acción Católica, Medalla de la Milagrosa, Conferencias de San Vicente de Paúl, etc. u otras asociaciones religiosas.
Capilla con la Virgen de Fátima. Villaveza del Agua.
Capilla con la Virgen Milagrosa. Villaveza del Agua

­-Aquí en Villaveza de Agua, (me dice la señora Emérita, que ya tiene 82 años), tenemos dos imágenes, la virgen de Fátima, que trajeron hace 50 años unos misioneros y la Milagrosa que regalaron, hace mucho tiempo también, las monjas de San Vicente de Paúl de Benavente. Antes llegaba a cada casa una vez al mes, pero ahora a veces cada ocho o diez días. Y es que somos pocos en el pueblo y algunos las tienen varios días y ni se acuerdan de ello. En mi casa, al menos, cuenta con lamparita, oraciones y donativo, y a veces la pongo flores. Después se la paso al siguiente.
Me recuerda frases que se decían antiguamente, cuando se la traían: -Aquí te traigo a la pobre o aquí tienes a la compañera. Otros, cuando llamaban a la puerta decían: Ave Maria Purísima...y añadían La Virgen, San Antonio, etc. según de quien se tratase. Y había cierta preocupación si pasaban los días y la virgen no llegaba. Pero ahora son otros tiempos, todo ha cambiado, aunque la tradición se resista a desaparecer.
La familia se sentía protegida por el santo o virgen durante el día que estaba presente en su casa, y contaban con él o ella durante el resto del mes, pues le habían rezado y ofrecido una pequeña limosna.
Entre todas la imágenes, ambulantes o viajeras, destacaba, como he dicho anteriormente, la Sagrada Familia: la Virgen María, San José y el Niño Jesús. A ella se dedicaba más atención y se la tenía más devoción. No dejaba de ser y considerarse el símbolo y ejemplo a imitar por la familia cristiana.
Otra de las imágenes famosas y muy apreciadas era San Antonio, un santo muy milagrero, a quien se tenía como patrón de los pobres y abogado de las causas y cosas perdidas. Era y es muy popular el responsorio que se le rezaba: Si buscas milagros, mira muerte y horror desterrados, miseria y demonio huidos, leprosos y enfermos sanos, etc. En Benavente siguen teniéndole mucha devoción. Vean sino cómo muchas personas se detienen, santiguan, rezan y ofrecen donativos a la imagen que, dentro de una pequeña capilla, se encuentra en la parte baja de una ventana enrejada de la fachada principal del Hospital de la Piedad.
Mujer depositando monedas en la capilla de San Antonio de Padua que hay en la ventana del Hospital de la Piedad de Benavente.
Capilla de San Antonio de Padua. Fuentes de Ropel.
San Antonio de Padua. Asilo de ancianos de Bejar.

En un mismo pueblo o ciudad podía haber varias y distintas imágenes visitando los domicilios, pues en cada casa se afiliaban o abonaban a aquellas que más devoción tuviesen o que, en torno a ellas, se celebrase una mayor fiesta en el pueblo.
La relación de abonados figuraba en una lista que estaba colocada en la parte posterior de la misma caja-capilla. Si había alguna baja, en seguida era suplida por una persona de otro domicilio. Siempre había una persona encargada de la organización.
En Benavente, además de San Antonio, esa imagen fija en el lugar indicado, en algún tiempo circulaban, y visitaban domicilios, las de El Perpetuo Socorro, La Milagrosa, La Virgen de Fátima, La Inmaculada, San José, la Virgen del Carmen y algunas otras. Hoy todavía lo hacen La Inmaculada y La Milagrosa.
Capilla de La Milagrosa de la iglesia de santa María del Azogue de Benavente.

En Fuentes de Ropel, que se mantiene la tradición como en otros muchos pueblos, todavía se pasan de familia a familia la Virgen el Carmen, la Milagrosa y San Antonio. No ocurre lo mismo en Barcial del Barco en donde las imágenes ya no deambulan por las calles y casas, sino que están colocadas en un altar de la iglesia, para que todos la puedan ver y para que les sirva de recuerdo del pasado y de esta tradición cristiana.