Cuadro de ánimas. Iglesia de santa María del Azoque de Benavente.
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El cuadro de ánimas de la iglesia de san Juan del Mercado de Benavente.
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El cuadro que se encuentra en la iglesia de Castropepe.
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Cuadro-relieve de ánimas en la iglesia de Santiago de Figueruela de Arriba.
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Hornacina dedicada a las Ánimas Benditas detrás de la iglesia de La Alberca (Salamanca) .
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El mes de noviembre comienza con dos fiestas importantes, que la Iglesia Católica celebra, o celebraba antiguamente, con gran solemnidad. Una es la de Todos los Santos, precisamente el primer día del mes y otra la de los Difuntos, o si queremos la de las Benditas Ánimas del Purgatorio, que es precisamente el segundo día. A esta quiero referirme de modo especial.
Aunque, durante todos los días del mes, los santos, santas y mártires sean abundantes en el santoral como el resto del año, antiguamente, más que en la actualidad, este mes era considerado como el mes de las Ánimas, o mes de los Difuntos, aquellos que formaban parte de la Iglesia paciente, que siguen sufriendo aún las penas del Purgatorio y están pendientes de su paso a la Iglesia triunfante. Se pensaba que estas ánimas o difuntos necesitaban ayuda, culto y hasta veneración para conseguir la gloria.
En todas las partes del mundo católico eran numerosas las cofradías existentes, que se encargaban de la celebración de novenas o triduos. Eran frecuentes las procesiones y las visitas a los cementerios para rezar por los difuntos.
También en los Valles de Benavente hay constancia de una gran devoción a las Benditas Ánimas por las fiestas que todavía celebran en algunos pueblos: Villaveza del Agua, Barcial del Barco, Milles de la Polvorosa, etc. y, sobre todo, por la gran cantidad de objetos que se conservan en relación con ello, algunos incluso de gran interés artístico y testimonial.
Y es que las Benditas Ánimas cuentan con altares y retablos e incluso capillas; se conservan en muchos pueblos lo que denominan cuadros de ánimas, con pinturas o relieves que las representan; son también muchos los estandartes, varas o garrotes usados por las cofradías, en una de cuyas caras están representadas; y hay imágenes, sobre todo de la Virgen del Carmen, con las Animas Benditas en el purgatorio y a sus pies, pidiendo su intercesión para conseguir la gloria celestial.
Incluso hemos visto en algunas iglesias cepillos a limosneros para recoger las limosnas a ellas ofrecidas. Y se conservan también hacheros y algunos cenotafios o túmulos, como el de la ermita de Ntra. Sra. de las Encinas de Abraveses de Tera, decorados con pinturas o relieves, cuyas escenas, a modo de catequesis, sirven para recordar a los fieles creyentes, durante todo el año, pero más en este mes, los novísimos: muerte, juicio, infierno y gloria.
Durante estos días y a través de las imágenes publicadas en este blog, conoceremos las costumbres y tradiciones en torno a esta fiesta de los Difuntos en algunos pueblos de esta comarca, que no será muy distinta a otros lugares. Comprobaremos con ello cómo, en el pasado, se vivía más intensamente la devoción a la Ánima Benditas.
Aunque, durante todos los días del mes, los santos, santas y mártires sean abundantes en el santoral como el resto del año, antiguamente, más que en la actualidad, este mes era considerado como el mes de las Ánimas, o mes de los Difuntos, aquellos que formaban parte de la Iglesia paciente, que siguen sufriendo aún las penas del Purgatorio y están pendientes de su paso a la Iglesia triunfante. Se pensaba que estas ánimas o difuntos necesitaban ayuda, culto y hasta veneración para conseguir la gloria.
En todas las partes del mundo católico eran numerosas las cofradías existentes, que se encargaban de la celebración de novenas o triduos. Eran frecuentes las procesiones y las visitas a los cementerios para rezar por los difuntos.
También en los Valles de Benavente hay constancia de una gran devoción a las Benditas Ánimas por las fiestas que todavía celebran en algunos pueblos: Villaveza del Agua, Barcial del Barco, Milles de la Polvorosa, etc. y, sobre todo, por la gran cantidad de objetos que se conservan en relación con ello, algunos incluso de gran interés artístico y testimonial.
Y es que las Benditas Ánimas cuentan con altares y retablos e incluso capillas; se conservan en muchos pueblos lo que denominan cuadros de ánimas, con pinturas o relieves que las representan; son también muchos los estandartes, varas o garrotes usados por las cofradías, en una de cuyas caras están representadas; y hay imágenes, sobre todo de la Virgen del Carmen, con las Animas Benditas en el purgatorio y a sus pies, pidiendo su intercesión para conseguir la gloria celestial.
Incluso hemos visto en algunas iglesias cepillos a limosneros para recoger las limosnas a ellas ofrecidas. Y se conservan también hacheros y algunos cenotafios o túmulos, como el de la ermita de Ntra. Sra. de las Encinas de Abraveses de Tera, decorados con pinturas o relieves, cuyas escenas, a modo de catequesis, sirven para recordar a los fieles creyentes, durante todo el año, pero más en este mes, los novísimos: muerte, juicio, infierno y gloria.
Durante estos días y a través de las imágenes publicadas en este blog, conoceremos las costumbres y tradiciones en torno a esta fiesta de los Difuntos en algunos pueblos de esta comarca, que no será muy distinta a otros lugares. Comprobaremos con ello cómo, en el pasado, se vivía más intensamente la devoción a la Ánima Benditas.