martes, 13 de octubre de 2015

Benavente. Iglesia de San Juan del Mercado: Portada Oeste.


Imagen antigua de la portada . (Foto: P. Testera)
La puerta Oeste se abre a la nave central y se enmarca entre dos contrafuertes en forma de semicolumna, que contribuyen a darle mayor profundidad al estar enlazados a las jambas mediante la decoración de los plintos y de las basas. Es una portada abocinada y sin tímpano con tres columnas a cada lado. Estas columnas y las semicolumnas reposan sobre plintos decorados con arcos. Y sobre los plintos las basas áticas y los fustes lisos.
Portada tal y como se encuentra een la actualidad.
Plintos y basas de la columnas y semicolumnas de la portada.
Los capiteles del lado izquierdo son vegetales de dos y de una sola fila de hojas. En la jamba o pilastra es también de dos filas de hojas. Los del lado derecho son de otra índole. El de la jamba y los dos de las columnas exteriores de vegetación entrelazada. En el otro capitel  vemos a una dama que agita su pañuelo para despedirse de un caballero. Tras el jinete hay vegetación y tras la dama un castillo con dos torres y la puerta cerrada. Sobre los capiteles hay u cimacio corrido del que arrancan las cuatro arquivoltas.
Capiteles vegetales en el lado izquierdo.
Capiteles del lado derecho.
Capitel de la dama despidiendo a un caballero.
La primera arquivolta, que se apoya sobre las jambas tiene el intradós liso. La rosca está decorada con bajorrelieves enmarcados con una moldura, cada una de las cuales ocupa una de las doce dovelas del arco, de despiece radial muy regular. En ocho de los doce relieves la decoración es vegetal destacando los cuatro relieves iguales y seguidos que hay en la parte superior, otros dos, el primero y noveno, variantes recargadas de los antes mencionados, y los otros dos, de las dovelas once y doce, de tema floral. 
Primera arquivolta con la rosca decorada con bajorrelieves.
Los cuatro relieves del centro con decoración vegetal
En los otros cuatro relieves se representan cuatro animales, de izquierda a derecha: un dragón con un pez en la boca, un león o un lobo, un cerdo o jabalí, y otro dragón con una maza en su mano derecha.

Cuatro relieves con representación animal.
Dragón con pez en la boca.
Representación del león.
Aquí un cerdo o jabalí.












Dragón con maza en la mano.
La segunda arquivolta se decora con un baquetón, del que salen unas hojas por debajo y por ambos lados. La tercera arquivolta se decora con un baquetón y la cuarta con tres, siendo el central el de mayor tamaño. Estas tres arquivoltas reposan sobre columnas acodilladas.
El remate exterior de la portada es una moldura en forma de nacela.


Simbolismo de la portada.
En ella se representa el período que va desde la primera venida de Cristo hasta el final de los tiempos. Un tiempo limitado que se nos recuerda en las doce dovelas decoradas de la primera arquivolta, los doce meses del año. El tiempo en la Edad Media se mide en ciclos cerrados: semanas, meses, años, que se repiten continuamente, identificándose la semana con el trabajo, el mes con los ciclos lunares y el año con el ciclo agrícola. La representación del año se hace más frecuentemente con los signos del zodíaco o mediante actividades que el hombre realiza en cada mes del año, como pude verse en San Isidoro de León. Pero puede recurrirse a formas más abstractas, repitiendo un mismo símbolo o mezclando distintas imágenes como ocurre en San Juan del Mercado. Esta mezcla dificulta más su interpretación.
El primer relieve de la izquierda es vegetal y se repite a ambos lados. Esta repetición recuerda la forma clásica de representar a Enero mediante la imagen de Jano Bifronte, una cabeza cuyas dos caras miran: una hacia el año que termina y otra hacia el que empieza, marcando el final de un ciclo anual y el comienzo del siguiente.
Las tres dovelas siguientes, Febrero, Marzo y Abril se representan mediante figuras que infunden temor, que podrían ser representaciones del mal. En Febrero un dragón lleva un pez en la boca. Se trataría del demonio apoderándose del alma. En Marzo, si se trata de un lobo también sería el símbolo de la aniquilación. En Abril hay un cerdo, símbolo de los deseos impuros. Si fuese un jabalí sería símbolo de destrucción de las cosechas cuando nacen. Estos tres meses eran muy duros para el hombre medieval.
Los meses de Mayo, Junio, Julio y Agosto, son los del renacer la naturaleza tras el duro invierno, época en la que se recogen las cosechas y cesa el hambre. Las cuatro plantas que los representan están en lo alto de la arquivolta donde se ponen los símbolos de la divinidad.
El mes de Septiembre también está representado por un relieve vegetal. Es un mes en el que se muestran los frutos silvestres y las uvas y tiene el mismo sentido que los anteriores. En Octubre aparece de nuevo el dragón con una maza en la garra derecha y mira hacia el  fin del año, de nuevo la amenaza del invierno. Pero en Noviembre la roseta nos anuncia la esperanza en Cristo, el Adviento, que nos lleva a Diciembre, representado por una flor en forma de X, el Crismón, símbolo de Cristo, cuyo nacimiento se celebra en Diciembre y al que el dragón amenaza con su maza en el mismo momento de nacer.
Este es el tiempo de los cristianos, el tiempo en el que los caballeros deben desarrollar su actividad en defensa de la cristiandad y auxiliando espiritual y materialmente a los cristianos. En el capitel central del lado derecho de la portada vemos al caballero, dispuesto para ir al combate, despedirse de una dama elegantemente vestida delante del castillo…
(El texto procede del libro: Hidalgo Muñoz E. La Iglesia de San Juan del Mercado, publicado en el año 1997).