LOS REYES
El día 6 de Enero la Iglesia Católica celebra, dentro de su liturgia, la festividad de los Reyes Magos, rememorando lo que, sobre este tema, relatan los Evangelios.
Pero con este título no me refiero aquí a cómo se celebra dicha fiesta, sino a la representación dramática que, relacionada con este acontecimiento religioso, se hacía y se hace todavía en algunos pueblos, principalmente de las provincias de León, Zamora y Valladolid, lo mismo que ocurre con las Pastoradas.
El origen de este tipo de teatro tenemos que buscarlo en la Edad Media, en los autos medievales. Ya en lo siglos XIII-XIV y XV, e incluso antes, contamos con dramas litúrgicos que giraban en torno a tres momentos importantes narrados por los Evangelios: la Navidad (officium pastotum); la Epifanía (ordo stellae) y la Pascua (quem quaeritis?). De estas breves representaciones surgirán los autos de Navidad y de los Reyes que serán el sustrato de Las Pastoradas y de Los Reyes que se representan en la actualidad.
No se conoce la antigüedad ni incluso la procedencia de los textos conservados en los distintos pueblos. Lo que sí es cierto es que presentan algunas diferencias entre ellos, fruto de la transmisión de los mismos, en ocasiones oralmente, pues las personas que dirigen la acción son las que conocen letra y música de los distintos cantos o recitaciones e introducen, en ocasiones, intencionadas variantes.
No obstante todas las representaciones responden a un esquema bastante común y que suele constar de las siguientes partes:
1.- Bando de Herodes con motivo del empadronamiento.
2.- Llegada de los Reyes y cánticos de entrada.
3.-Reyes y Pajes ante el Palacio del Rey Herodes.
4.- Adoración de los Reyes al Niño Dios y ofrecimiento de oro, incienso y mirra.
5.- Segundo bando de Herodes y matanza de los Inocentes.
6.- Cántico de despedida de los Reyes de la Virgen y del Niño.
La representaciones que, antiguamente, solían hacerse siempre en la Iglesia, lo mismo que las Pastoradas, en la actualidad se celebran en lugares públicos, calles o plazas, disponiendo así de un escenario más amplio, no sólo para los actores, sino también para el numeroso público asistente, pues hoy se está dando a este tipo de actos un sentido más lúdico y entretenido, perdiendo ese otro sentido didáctico e instructivo, de catequesis religiosa, que hasta hace no mucho tiempo tenía.
Los personajes que intervienen en Los Reyes son los que, más o menos, se mencionan en los textos bíblicos: Tres Reyes con sus pajes; Rey Herodes con su paje; Dos doctores de la Ley; La Virgen, San José y el Niño; Un centinela de Belén; Dos verdugos; Tres madres con sus niños pequeños; Un alguacil y un pregonero.
Nos llaman la atención algunos momentos de la representación, que vamos a destacar, no sin antes aconsejar a los Amigos del Patrimonio, también amigos de las tradiciones y de la cultura popular, que asistan a alguna representación de las que se hacen este año y seguro que les agradará.
Al comienzo de la representación los Reyes dicen, cantando:
Los tres Reyes árabes emprenden
una marcha alegres y contentos,
deseando llegar, al momento,
a quien buscan llegar a encontrar...
Van en busca del Rey de los Cielos,
del eterno hijo de Dios Padre,
que ha nacido de una Virgen Madre,
¡oh, prodigio, digno de admirar¡.
Y cuando, guiados por una estrella, llegan al palacio del Rey Herodes a preguntar por el recién nacido, su paje les contesta:
Aquí vive el gran Herodes,
Herodes, Rey de Judea,
que sólo al oír su nombre
todas la regiones tiemblan.
Luego dialogan con el Rey y este intenta informase, por medio de ellos, de ese Niño Dios, pero su intención es perversa. Al salir del palacio de Herodes la estrella sigue siendo protagonista:
Al salir los Magos de Jerusalén,
la estrella brillante se muestra también.
Sigue su carrera hasta descansar...
Y, efectivamente, ella les guiará hasta el portal de Belén, cuyo centinela les informará de que allí, efectivamente, ha nacido el Niño Dios.
Lo mismo que en la Pastoradas en Los Reyes destaca igualmente el momento de los ofrecimientos, aunque, en este caso, todos sabemos que se trataba de oro, incienso y mirra, pero también lo hacen cantando.
No falta, de nuevo, la intervención del ángel que advierte a los Reyes que tienen que regresar a su país por un camino diverso para evitar las perversas intenciones del Rey Herodes. El ángel les dice de nuevo:
Reyes famosos de Arabia,
que dejasteis vuestro reino,
y con humildad vinisteis
a adorar al Rey del Cielo....
Caminad a vuestra tierra
por un camino diverso
del que antes habéis traído
con alegría y contento...
Otro momento muy llamativo de la representación es el bando del rey Herodes, ordenando la matanza de los inocentes, con la intención de matar también al Niño Dios, pues creía que se encontraría entre ellos. La descripción que se hace con los llantos de las madres y demás crueldades, es impresionante.
Este tipo de relatos de un hecho determinado y de esta forma están más de acuerdo con épocas pasadas, en las que lo religioso predominaba sobre todo lo demás. Giraba todo en torno a la religión. Se pensaba y vivía en religioso. Hoy en una sociedad más avanzada y más laica todo ha cambiado y se ve todo de otra manera y sin tanta afectación. Se trata pues de una obra de teatro popular como muchas otras, aunque con tema distinto, pero del agrado del público presente.
Lo mismo que en las Pastoradas, los Reyes y la Virgen se despiden, al finalizar el acto. Primero lo hace la Virgen:
Id con Dios Reyes de Arabia,
con la guía de los cielos,
que llevéis felicidad,
para entrar en vuestros reinos.
Los Reyes, por su parte, entonan otros cánticos también de despedida.
Vámonos de aquí los Reyes,
sigamos nuestro camino,
que la estrella guiadora,
ya cumplió con su destino.
Los Amigos del Patrimonio respetan este tipo de tradiciones, heredadas de los antepasados y desean que se mantengan. De hecho así esta ocurriendo en algunos pueblos, como ya hemos dicho. Y aunque hoy lo hagan con una finalidad más lúdica y entretenida, no obstante sí nos muestran testimonios del pasado y retazos de historia y literatura, por los hechos narrados, por las formas de actuar y por los textos empleados.
Reportaje ya publicado en el libro
PEREZ MENCÍA. E.: Valles de Benavente. Fiestas y tradiciones. Benavente, 2007.
El día 6 de Enero la Iglesia Católica celebra, dentro de su liturgia, la festividad de los Reyes Magos, rememorando lo que, sobre este tema, relatan los Evangelios.
Pero con este título no me refiero aquí a cómo se celebra dicha fiesta, sino a la representación dramática que, relacionada con este acontecimiento religioso, se hacía y se hace todavía en algunos pueblos, principalmente de las provincias de León, Zamora y Valladolid, lo mismo que ocurre con las Pastoradas.
El origen de este tipo de teatro tenemos que buscarlo en la Edad Media, en los autos medievales. Ya en lo siglos XIII-XIV y XV, e incluso antes, contamos con dramas litúrgicos que giraban en torno a tres momentos importantes narrados por los Evangelios: la Navidad (officium pastotum); la Epifanía (ordo stellae) y la Pascua (quem quaeritis?). De estas breves representaciones surgirán los autos de Navidad y de los Reyes que serán el sustrato de Las Pastoradas y de Los Reyes que se representan en la actualidad.
No se conoce la antigüedad ni incluso la procedencia de los textos conservados en los distintos pueblos. Lo que sí es cierto es que presentan algunas diferencias entre ellos, fruto de la transmisión de los mismos, en ocasiones oralmente, pues las personas que dirigen la acción son las que conocen letra y música de los distintos cantos o recitaciones e introducen, en ocasiones, intencionadas variantes.
No obstante todas las representaciones responden a un esquema bastante común y que suele constar de las siguientes partes:
1.- Bando de Herodes con motivo del empadronamiento.
2.- Llegada de los Reyes y cánticos de entrada.
3.-Reyes y Pajes ante el Palacio del Rey Herodes.
4.- Adoración de los Reyes al Niño Dios y ofrecimiento de oro, incienso y mirra.
5.- Segundo bando de Herodes y matanza de los Inocentes.
6.- Cántico de despedida de los Reyes de la Virgen y del Niño.
La representaciones que, antiguamente, solían hacerse siempre en la Iglesia, lo mismo que las Pastoradas, en la actualidad se celebran en lugares públicos, calles o plazas, disponiendo así de un escenario más amplio, no sólo para los actores, sino también para el numeroso público asistente, pues hoy se está dando a este tipo de actos un sentido más lúdico y entretenido, perdiendo ese otro sentido didáctico e instructivo, de catequesis religiosa, que hasta hace no mucho tiempo tenía.
Los personajes que intervienen en Los Reyes son los que, más o menos, se mencionan en los textos bíblicos: Tres Reyes con sus pajes; Rey Herodes con su paje; Dos doctores de la Ley; La Virgen, San José y el Niño; Un centinela de Belén; Dos verdugos; Tres madres con sus niños pequeños; Un alguacil y un pregonero.
Nos llaman la atención algunos momentos de la representación, que vamos a destacar, no sin antes aconsejar a los Amigos del Patrimonio, también amigos de las tradiciones y de la cultura popular, que asistan a alguna representación de las que se hacen este año y seguro que les agradará.
Al comienzo de la representación los Reyes dicen, cantando:
Los tres Reyes árabes emprenden
una marcha alegres y contentos,
deseando llegar, al momento,
a quien buscan llegar a encontrar...
Van en busca del Rey de los Cielos,
del eterno hijo de Dios Padre,
que ha nacido de una Virgen Madre,
¡oh, prodigio, digno de admirar¡.
Y cuando, guiados por una estrella, llegan al palacio del Rey Herodes a preguntar por el recién nacido, su paje les contesta:
Aquí vive el gran Herodes,
Herodes, Rey de Judea,
que sólo al oír su nombre
todas la regiones tiemblan.
Luego dialogan con el Rey y este intenta informase, por medio de ellos, de ese Niño Dios, pero su intención es perversa. Al salir del palacio de Herodes la estrella sigue siendo protagonista:
Al salir los Magos de Jerusalén,
la estrella brillante se muestra también.
Sigue su carrera hasta descansar...
Y, efectivamente, ella les guiará hasta el portal de Belén, cuyo centinela les informará de que allí, efectivamente, ha nacido el Niño Dios.
Lo mismo que en la Pastoradas en Los Reyes destaca igualmente el momento de los ofrecimientos, aunque, en este caso, todos sabemos que se trataba de oro, incienso y mirra, pero también lo hacen cantando.
No falta, de nuevo, la intervención del ángel que advierte a los Reyes que tienen que regresar a su país por un camino diverso para evitar las perversas intenciones del Rey Herodes. El ángel les dice de nuevo:
Reyes famosos de Arabia,
que dejasteis vuestro reino,
y con humildad vinisteis
a adorar al Rey del Cielo....
Caminad a vuestra tierra
por un camino diverso
del que antes habéis traído
con alegría y contento...
Otro momento muy llamativo de la representación es el bando del rey Herodes, ordenando la matanza de los inocentes, con la intención de matar también al Niño Dios, pues creía que se encontraría entre ellos. La descripción que se hace con los llantos de las madres y demás crueldades, es impresionante.
Este tipo de relatos de un hecho determinado y de esta forma están más de acuerdo con épocas pasadas, en las que lo religioso predominaba sobre todo lo demás. Giraba todo en torno a la religión. Se pensaba y vivía en religioso. Hoy en una sociedad más avanzada y más laica todo ha cambiado y se ve todo de otra manera y sin tanta afectación. Se trata pues de una obra de teatro popular como muchas otras, aunque con tema distinto, pero del agrado del público presente.
Lo mismo que en las Pastoradas, los Reyes y la Virgen se despiden, al finalizar el acto. Primero lo hace la Virgen:
Id con Dios Reyes de Arabia,
con la guía de los cielos,
que llevéis felicidad,
para entrar en vuestros reinos.
Los Reyes, por su parte, entonan otros cánticos también de despedida.
Vámonos de aquí los Reyes,
sigamos nuestro camino,
que la estrella guiadora,
ya cumplió con su destino.
Los Amigos del Patrimonio respetan este tipo de tradiciones, heredadas de los antepasados y desean que se mantengan. De hecho así esta ocurriendo en algunos pueblos, como ya hemos dicho. Y aunque hoy lo hagan con una finalidad más lúdica y entretenida, no obstante sí nos muestran testimonios del pasado y retazos de historia y literatura, por los hechos narrados, por las formas de actuar y por los textos empleados.
Reportaje ya publicado en el libro
PEREZ MENCÍA. E.: Valles de Benavente. Fiestas y tradiciones. Benavente, 2007.