sábado, 30 de enero de 2010

Chimeneas


Chimeneas en Ayoó de Vidriales.

Al escribir sobre chimeneas quiero referirme principalmente a la parte exterior del tubo o conducto por el que sale el humo, procedente de una combustión, y que suele estar sobre el tejado en las antiguas viviendas populares y unifamiliares. En algunos pueblos se denomina humero. Sobre los edificios que se construyen en la actualidad vemos también abundantes chimeneas que sirven, casi siempre, no para la salida de humos, sino para la de gases, olores y ventilación de las viviendas. Pero aquí, y de modo concreto, quiero dejar constancia de su construcción y utilización en la arquitectura popular y sobre todo en el mundo rural.
Casa con dos chimeneas en Rosinos de Vidriales.
Otra calle con chimeneas en Ayoó de Vidriales.

Se utiliza también la misma palabra, con raíz en el verbo griego kaio (quemar), para referirse al lugar en el que se hace el fuego o lumbre. Se denomina también hogar o fogón, que, en las antiguas cocinas populares, estaba un poco más elevado que el piso y siempre debajo de la chimenea. El fuego procedente de la combustión de paja o leña, muchas veces palos de la vid, estaba permanentemente encendido, con potes o pucheros muy cerca, para calentar agua o preparar la comida de cada día. El fogón u hogar podía tener una campana para recoger el humo y un vasar para colocar platos, vasos, etc., de diversas formas o con variados adornos.
Al mismo tiempo el calor procedente del fogón contribuía a calentar el resto de las habitaciones de la vivienda. Cuando todo esto ocurría apenas se conocían las cocinas de carbón, denominadas económicas, ni las que funcionaban sirviéndose de los distintos gases, y mucho menos las eléctricas o vitrocerámicas, que son las más modernas en la actualidad. La evolución en las costumbres, a la par que el progreso, han hecho que la forma de vida haya cambiado y que se hayan destruido gran parte de las casas en cuyos tejados se veían llamativas chimeneas.
La chimenea se utilizó poco en la antigüedad. Los hombres prerromanos tenían en el suelo de sus chozas o cabañas el hogar, y el humo procedente del mismo salía por una abertura practicada en el techo. Los mismo ocurrió en las primitivas casas de la época romana, en las que lo más importante era el atrio, habitación de forma cuadrada o rectangular, cuyo nombre significa negro, y que nos recuerda también al hogar en el centro de las mismas y cuyo humo ennegrecía el techo. En la época imperial utilizaron mucho los braseros, al menos para calentar algunas dependencias. Fue a partir de los siglos XII y XIII cuando se empezaron a construir chimeneas con campanas variadas y muy llamativas, como se pueden ver en muchos de los monasterios existentes de aquella época.
Hay variedad de chimeneas, cuya forma, altura y tipo de construcción depende de su finalidad o necesidad en cada caso. Las distinguimos por su conducto exterior, pues no son lo mismo las de un buque que las que tenía el antiguo tren, ni las de una fábrica de gas o carbón que las de una vivienda unifamiliar o de un edificio de muchas plantas.
En pueblos de Los Valles de Benavente, no ajenos también al cambio, en los que todavía existen abundantes casas de arquitectura popular, hay tejados con chimeneas que llaman la atención por los materiales y formas de su construcción. Y conviene conocerlas antes de que nuevas viviendas, a base de ladrillo, cemento y hormigón, vayan sustituyendo a las antiguas edificaciones. De algunas de ellas sigue saliendo el humo procedente del hogar o de hornos caseros que todavía se utilizan para cocer el pan o los dulces típicos del lugar.
Tal vez sea en pueblos como Ayoó, Congosta, Rosinos, Grijalba, etc, del Valle de Vidriales en donde más y mejor se conservan algunas chimeneas antiguas. Casi todas son de adobe, revestidas de barro con paja, y con tejadillo sobre ellas, para impedir la entrada de las lluvias, pero dejando siempre huecos libres para la salida de los humos. Algunas han sido reparadas o reconstruidas por sus dueños, amantes, por lo que se ve, de la tradición y, en este caso, de la arquitectura popular. Es el caso de una muy llamativa que hay en Moratones.
Ayoó de Vidriales.
Rosinos de Vidriales.
Moratones de Vidriales.

También destacan en algunas casas antiguas de Villaferrueña y Arrabalde, pueblos estos del valle del Eria, en los que sienten respeto a la tradición. Y en otros de los demás valles de esta comarca: Olleros, Junquera, Pumarejo, etc, en el Valle del Tera y en Litos, Villanueva de las Manzanas, San Pedro de Zamudia, Pueblica etc., en el de Valverde.
Casa con chimenea en Villaferrueña.
Chimenea en ruinas. Villaferrueña.

Las hay de ladrillo, algunas con adornos o elementos decorativos, sobre todo en la parte superior. Responden a construcciones más modernas, aunque también se ven en casas de la segunda mitad del siglo XVIII o primera mitad del siglo XIX en pueblos como Castrogonzalo, Fuentes de Ropel, etc.
La forma de las chimeneas suele ser cuadrada o rectangular, sobresaliendo del tejado en la mayoría de los casos poco más de un metro, aunque pueden tener mayor altura. Y el tejadillo esta construido a una o dos aguas
Ojalá que quienes son dueños de alguna de estos edificios con chimenea, al rehabilitarlos, respeten esta construcción tan singular y tan antigua, y que llama la atención por su singularidad y también por su belleza.
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Lo publiqué en La Voz de Benavente y Comarca en el año 2006.