lunes, 25 de enero de 2010

Valles de Benavente. Ermitas

Rosinos de Vidriales. Ermita de El Cristo.

Cubo de Benavente. Ermita de San Marcos.



Dehesa de Rubiales. Ermita de San Juan.

Las Ermitas son edificios construidos en honor de un santo o de una virgen. Se encuentran generalmente en el campo, y algunas han sido construidas sobre yacimientos o despoblados desaparecidos, pero siempre, no lejos de los pueblos y ciudades, para que los ciudadanos, vecinos o forasteros, puedan acercarse a ellas con facilidad. Hay muchas, incluso, en lugares elevados, además de aislados y a veces inaccesibles, y casi todas están no lejos de arboledas y fuentes, para mejor celebrar sus fiestas y romerías
Abraveses de Tera. Ermita de Ntra. Sra. de las Encinas.
Brime de Urz. Ermita de San Esteban.

Tanto la palabra ermita como la de ermitaño, el que se encarga de cuidar a la ermita, derivan etimológicamente de la palabra griega eremos (desierto), y es que, en realidad, así vivían los eremitas, en el desierto, solitarios. Llamamos también eremitorio al lugar en el que existen muchas ermitas.
Las ermitas son muy numerosas por todas las partes del mundo católico. En España, por supuesto, abundan en todas las regiones y naturalmente también en nuestra Comunidad de Castilla y León, una de las que mayor patrimonio posee, tanto en edificios artísticos, yacimientos arqueológicos, monasterios, catedrales, iglesias, ermitas, etc. como en otros tipos de patrimonio, entre ellos el tradicional. Muchas tradiciones están ligadas a la cultura religiosa y entre ellas destacan las relacionadas con las ermitas y cofradías.
Solamente en la provincia de Zamora, hasta hace no muchos años, se contabilizaban 234 ermitas, algunas de ellas, más de cuarenta, se localizaban en los Valles de Benavente, de las cuales una gran parte ya no se conserva.
Las ermitas son de ordinario edificios más pequeños que la iglesias. Algunas son muy antiguas, iniciadas en los siglos XII y XIII, en estilo románico, del cual conservan todavía restos, como podemos ver en la de San Esteban de Brime de Urz, o en la de la Virgen de la Vega en Cimanes, entre otras. Pero la mayor parte fueron construidas en los siglos XVI, XVII y XVIII, en la misma época en que se construyeron casi todas las Iglesias de los pueblos respectivos. Todas tienen, sin embargo, su belleza e importancia.
La mayoría de ellas son edificios de una sola nave, de cruz latina, aunque haya algunas con tres, y la techumbre, en muchas, es de madera. En lugar de torre cuadrada o de otra forma, casi todas, lo mismo que las Iglesias, tienen Espadaña. Nos llama la atención la ubicación y localización de muchas ermitas de esta comarca que, aunque no estén lejos de los pueblos, como hemos dicho, no faltan árboles, pradera, con amplio espacio y alguna fuente cercana, imprescindible todo ello para los días de romería y otras fiestas.
Camarzana de Tera. Ermita de La Trinidad.
Olleros de Tera. Ermita de Ntra. Sra. de Agavanzal.
Granucillo de Vidriales. Ermita de San Adrián.

Aunque muchas ermitas están dedicadas a santos: San Esteban en Brime de Urz, San Adrián en Granucillo de Vidriales, etc. la mayoría, sin embargo, lo están a la Virgen María, en sus distintas advocaciones: Virgen del Carmen, en Navianos de Valverde, Virgen de la Encina en Abraveses de Tera, Virgen del Campo en Rosinos de Vidriales, Virgen de la Vega en Cimanes y Colinas de Transmonte, Ntra. Sra. de los Montes Negros en Bretó de la Ribera, La Soledad en Benavente, etc. También hay varias dedicadas a Cristo como la de Moratones, o a la Vera Cruz como la de Morales del Rey, etc. Hasta encontramos alguna dedicada a La Trinidad como la de Camarzana de Tera. En algunos pueblos el lugar en el que está la ermita se conoce como el Humilladero, señalizado a veces con una cruz para conocimiento de los devotos.
La Torre del Valle. Ermita del Cristo de la Vera Cruz.

En casi todas se venera solamente a la imagen del santo o virgen a la que están dedicadas, aunque en algunas haya imágenes de otros santos o vírgenes, de gran antigüedad e interés artístico.
Es corriente ver en las ermitas abundantes exvotos y ofrendas de todo tipo, hechas por los devotos, en agradecimiento a la virgen o al santo, por alguna gracia, favor o curación que creen haber recibido de ellos. En este aspecto la tradición popular llega a límites excesivos, sobre todos en algunos lugares.
La fiesta más importante que se celebra en las ermitas es la del día en que se conmemora la festividad de la virgen o del santo a quien están dedicadas. Es el día de la romería, que tanto atractivo tiene y que congrega a muchos ciudadanos, para asistir, tanto a los actos religiosos, como a los no religiosos.
Muchas de las ermitas existentes en Benavente y los Valles han desaparecido, lo mismo que en el resto de la provincia de Zamora y de toda España. El paso del tiempo, el abandono y la falta de atención, ha acabado con ellas. No les ha interesado, ni a las autoridades eclesiásticas, ni a las civiles, su conservación. La despoblación, junto con el coste económico que supondría su mantenimiento, ha sido la causa de dicha desaparición. Ojalá que convenios de colaboración entre la Junta de Castilla y León y los obispados, o entre las parroquias y los ayuntamientos, hagan posible la restauración y recuperación de algunas ermitas.
Porque, en verdad, algunas merecen ser conservadas y restauradas, por la antigüedad de su construcción, aunque sean del siglo XVII, XVIII o incluso del XIX, por el lugar en que están enclavadas, por su historia o la de sus cofradías, y por la tradición que se conserva en torno a ellas. Como ejemplo de ermitas desaparecidas tan solo citar a Benavente, en donde, además de la Soledad, tenía las ermitas de San Lázaro y de San Antonio Abad, en torno a las cuales había una tradición importante.