domingo, 20 de febrero de 2011

Centro de Interpretación de la fiesta del Toro Enmaromado

He aquí algunas imágenes antiguas relacionadas con la fiesta y recorrido del Toro Enmaromado de Benavente
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Parece ser que la ciudad de Benavente va a contar en breve con un monumento dedicado al Toro Enmaromado. Y también con un edificio que recoja toda la documentación escrita, gráfica y audiovisual dedicada a la fiesta. Este edificio debería denominarse Centro de Interpretación de la Fiesta del Toro Enmaromado, mejor que museo, por respeto a esta palabra y a su significado y contenidos.
El siguiente reportaje, con ligeras modificaciones, fue publicado con anterioridad en La Voz de Benavente y Comarca.

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Los habitantes de esta ciudad y de su comarca saben ya que es, a partir del siglo XVII, cuando se tiene constancia por escrito de que, en Benavente, en las fiestas del Corpus, se corría un buey enmaromado. Pero también tienen que saber que, desde mucho tiempo antes, se celebraban en la villa otro tipo de festejos taurinos. En la actualidad, esta arraigada tradición, ya centenaria, ha ido a más, en algún aspecto, y merece respeto.
En nuestra Comunidad de Castilla y León son numerosas las fiestas en las que el toro es el protagonista y algunas de gran raigambre popular, como la de Benavente. Se celebran encierros de toros en Medina del Campo, Cuellar, Sahagún de Campos, etc. Hay corridas, capeas y otros espectáculos taurinos en muchos otros lugares. Incluso algunos tan llamativos como el Toro de la Vega, en Tordesillas, que congrega en la misma vega del río Duero a multitud de gente, llegada de los más apartados lugares, pues la fiesta es única.
Muchas de estas fiestas, relacionadas con el toro, aunque en principio fuesen de interés local o comarcal, pues la asistencia a las mismas se limitaba a los pueblos del entorno, hoy, algunas de ellas han llegado a ser declaradas incluso de interés turístico nacional. Esto ha ocurrido con el TORO ENMAROMADO de Benavente, que, de fiesta local o a lo sumo comarcal, pasó a considerarse posteriormente ‘de interés turístico provincial’ y, desde hace varios años, goza de la categoría ‘de interés regional’. Pero, sobre todo, la fiesta del TORO ENMAROMADO ha sido desde siempre y es ‘de interés local y comarcal’. Tenemos que destacar este último aspecto, el comarcal, pues los primeros que acuden a ella, son los habitantes de la comarca. Y además en multitudes. Sin ellos no parecería tanto la fiesta. Ese día llenan las calles de la ciudad gentes de Junquera de Tera, Bretó de la Ribera, San Pedro de la Viña, Paladinos, Valdescorriel, etc., por citar algunos pueblos. Consideran a Benavente como parte de su propia ciudad, viven la fiesta, lo mismo que los vecinos de la misma. Una muestra más de que Benavente debe prestar atención a su comarca y ser el centro neurálgico, en donde a ellos se les reciba con agrado y en donde ellos debieran de disponer de todo tipo de infraestructuras: administrativas, sanitarias, educativas, sociales y, como no, festivas. Las fiestas del Toro son unos días apropiados, para que Benavente preste un merecido homenaje a su comarca, ofreciéndoles entretenimiento y bienestar.
Sobre esta fiesta se ha escrito bastante y se han editado algunos libros, folletos divulgativos, programas, carteles y abundantes fotografías y vídeos. Por otra parte, algunas peñas han celebrado o se proponen celebrar sus 25 años de existencia, organizando algunas actividades. Los amigos del Patrimonio están de acuerdo con todo este tipo de cosas, pues piensan que es necesario culturizar la fiesta del Toro Enmaromado, lo cual no impide, ni obstaculiza, el resto de actividades en torno a la misma: encierros, capeas, corridas de toros, cortes y toros con maroma.
La cultura de la fiesta y en la fiesta es necesaria, para que perdure más y mejor en el futuro, lo mismo que cualquier otro acontecimiento, relacionado con la tradición y la historia. Esto se conseguiría con la creación de un Aula o Centro de Interpretación de la misma, y también, por qué no, con la realización de un símbolo o monumento, del tipo que sea, dedicado al Toro Enmaromado.
Y se debe denominar Aula o Centro de Interpretación, mejor que museo, palabra que merece respeto, pues desde su origen encierra y tiene otras connotaciones más en relación con las artes. De hecho así ocurre en otras localidades como Cuellar, famosa por sus encierros y que, desde hace años, tiene un edificio dedicado a ellos y denominado así: Centro de Interpretación de los Encierros de Cuellar.
Llama la atención en esta ciudad, tan amante de esta fiesta y de su tradición, ver cómo, todavía, después de varios siglos de celebración y con tanta afición, los visitantes, que preguntan por la fiesta del Toro, no tengan referencia alguna, cultural o monumental, con la que satisfagan su curiosidad.
Se nota que lo de museos y monumentos no va con esta ciudad, o al menos así lo parece, por más que se empeñen en ello algunos ciudadanos. Se habla, con frecuencia, y seguiremos hablando, de la necesidad de algún museo, sea arqueológico, etnográfico o de bellas artes en general, y también, por qué no, de un edificio como aula o Centro del Toro Enmaromado. Lo mismo tenemos que decir sobre monumentos, algunos pendientes de su realización, como ocurre con el dedicado a Fernando II, y también, por qué no, uno que recuerde esta tradicional e histórica fiesta de el TORO ENMAROMADO.
No sabemos cuál va a ser el primero, ni cuándo, pero bienvenido sea, cualquiera de ellos, aunque sea el último citado, pues los amantes y seguidores de la fiesta, la gran mayoría de los ciudadanos, así lo quieren, como lo quisieron los de Tordesillas, en donde se puede ver, junto al puente sobre el Duero, el monumento en bronce, dedicado al “Toro de la Vega”.
El futuro Centro de Interpretación, en este caso del Toro Enmaromado, recogería una muestra de lo editado a lo largo de los años con motivo de la fiesta: libros, folletos divulgativos, carteles, programas, fotos antiguas y modernas y otros objetos y utensilios que se utilizaron en otras épocas en la celebración de la fiesta.
Observamos que los ciudadanos de Benavente, la gran mayoría, apoyan y viven plenamente la fiesta. Otros la respetan y respetan a los que la celebran. Y sólo unos pocos la menosprecian y no la comparten, a pesar de ser conscientes de lo que significa la tradición y el patrimonio heredado, patrimonio que pertenece a todos, como herencia que es del pasado histórico. En lo que todos están de acuerdo es en la necesidad de la culturización de dicha fiesta.