La Plaza presentaba este aspecto en la primera mitad del siglo XX. Igual altura en los edificios, jardines con monumeto al Doctor Castro en el centro, y un llamativo y antiguo reloj sobre el tejado del edificio del Ayuntamiento.
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El nercadillo de los jueves en la década de 1970.
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Concentración en la Plaza para la petición del Toro Enmaromado el dia de La Veguilla hace ya muchos años.
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Rincón de la Plaza con el nuevo edificio y su portico (aún sin completar la obra) construido en el año 1990. La altura del edificio destaca sobre los demás y contrasta con el estado en que se enciontaba la Plaza según muestra la primera fotografía.
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Estado en que se encuentra la Plaza Mayor de Benavente en la actualidad. Los coches impiden, en ocasiones, el paso y el paseo de los peatones.
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También los coches se estacionan delante de la facahda del Ayuntamiento, impidiendo su contemplación, e incluso el acceso al mismo.
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Como en muchos otros pueblos y ciudades de Castilla y León, con mayor o menor población, sean de tierra de Campos, del Páramo u otras comarcas, Benavente cuenta también con una Plaza Mayor, así conocida y nombrada tradicionalmente, aunque tuviese otras denominaciones a lo largo de su historia, como Plaza de España y Plaza del Mercado, por celebrarse en ella, desde muy antiguo, el mercado de los jueves, y cuando su forma y estructura era distinta. Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico (1845-1850), al escribir sobre Benavente y referirse a sus monumentos, edificios importantes y calles, dice lo siguiente: “En la actualidad se está construyendo una hermosa casa de Ayuntamiento en la Plaza Mayor, o sea del Mercado, con vistas a la de los Bueyes, que cuenta 155 pies de long., 36 de lat., 40 de altura por la fachada principal y 80 por la accesoria; aquella es toda de piedra sillería alzada sobre 13 arcos, y la del O. consta de dos órdenes de arquitectura, toscano y dórico, el primero hasta la primera cornisa y el segundo desde ella hasta la conclusión. Tiene 2 arcos de mayores dimensiones que los 11 restantes, de los que el uno sirve para la comunicación de la Plaza Mayor con la de los Bueyes: las partes de la fab. que se alzan en correspondencia con estos arcos, son de almoadillado, y las demás lisas. Sobre los 5 arcos de en medio sale una ancha cornisa de espacio suficiente para servir de pedestal al gran balcón de hierro que debe colocarse en el medio, y encima de cada uno de los demás arcos, hay el ventanaje suficiente para poner antepechos”. Y en cuanto a su forma, al enumerar las demás calles, dice el autor citado sobre Plaza Mayor o del Mercado “que es un cuadro casi perfecto, de 80 a 90 pasos, con soportales embaldosados”. La Plaza se encuentra en el centro del casco urbano de la ciudad y llama la atención y es del agrado de los visitantes, tanto por su forma, según lo dicho, como por los edificios, con mayor o menor antigüedad, que la circundan. Algunos de estos, al ser reconstruidos, han modificado el aspecto que antiguamente presentaban. De todos ellos el más importante, sin duda alguna, y por el texto citado, es el de la Casa Consistorial o Ayuntamiento, de estilo neoclásico. El proyecto de su construcción corrió a cargo de D. Manuel Díez Vecino y ejecutado en el año 1846 por el arquitecto D. Pedro Guzmán. Fue remodelado en el año 1878 por D. Segundo Viloria Escarda. En los años sesenta del siglo pasado se elevó su cubierta para ganar espacio. Este edificio sustituyó a la antigua casa del Regimiento que estaba entre la Plaza de San Nicolás y la actual Plaza Mayor. La Plaza está casi totalmente porticada y en los edificios que hay en ella, construidos casi todos en el siglo XIX, predominaba el ladrillo, excepto en el del Ayuntamiento, que es de piedra. Algunos, al ser restaurados o reconstruidos sufrieron modificación. Cada uno de ellos es conocido por el nombre, apellido, comercio u oficio que allí se ejercía y se siguen llamando: Casa Lesmes, Casa Morán, Casa de Daniel Allén, Casa de las Pescaderías, etc. Las estrechas calles adyacentes a la plaza merecen también atención, por su denominación y por la importancia de algunos de los edificios: Pasaje Conde Patilla, en la actualidad calle de Las Guindas, calle de las Carnicerías, calle de las Cortes Leonesas y la calle de Cartagena, que va a dar a la Plazuela de San Juan. En la Plaza se celebraron siempre, como he dicho anteriormente, mercados, antiguamente el de las verduras, después el conocido y afamado mercadillo de los Jueves y en la actualidad, desde hace años, se celebra de nuevo el de las verduras. También en la plaza se pide el Toro Enmaromado el día de la Veguilla, tiene lugar el solemne Encuentro el día de Pascua de Resurrección y ella es el final o por ella pasan muchos desfiles, procesiones, cabalgatas, etc. Además, durante el verano, se celebran actividades culturales: conciertos, teatro, el magosto desde hace años, todo ello del agrado de los ciudadanos. El resto del año, aunque no hay tantas actividades, la plaza nunca está desierta y sola, pues siempre está acompañada y repleta de coches que aminoran y casi anulan la belleza que aún conserva. Coches que impiden el paso o paseo tranquilo y sosegado por ella, como ocurría en la antigüedad. Coches que llaman la atención, y de lo que se lamentan muchos turistas que se acerca a la oficina de información ubicada en los bajos del Ayuntamiento. Y se lamentan porque la comparan con otras plazas de localidades con una población parecida: Medina del Campo, Arévalo, Villalpando, etc. en donde la situación es distinta. Coches que contribuyen, sin duda alguna, al deterioro del pavimento, construido con cantos rodados, y también a la suciedad de la misma. Coches que hacen que una Plaza Mayor como esta, típica y propia de poblaciones castellano-leonesas, no tenga mucha vida, ni sea uno de los lugares importantes y cita obligada en el transcurrir de los días para los vecinos de la ciudad. La Plaza Mayor de Benavente se convertirá en un mayor atractivo para vecinos y forasteros si se pone interés en ello, procurando que las construcciones o reparaciones que se hagan en los edificios que hay en ella respeten no sólo la altura, sino también el tipo de material empleado y hasta el color del mismo; si se mantienen o reparan las columnas o pilares de los soportales, y si llegase el momento en que, con el máximo acuerdo, se solucionase el problema del aparcamiento, y estuviese libre de coches para poder pasar y pasear libremente los ciudadanos y disfrutar de los lugares de ocio que hay o que se instalen en el futuro. Porque, además, al estar en ella el edificio municipal, tienen que acercarse muchos ciudadanos para ver a su alcalde o concejales, a la oficina de turismo o de la OMIC, y otros servicios que en él se presten. Las fotografías que se muestran pretenden hacer ver diversos momentos y situaciones de la plaza a lo largo de los años. Los ciudadanos, vecinos o forasteros, podrán mostrar su agrado o desagrado ante dicha contemplación, pero a todos les servirán para recodar un pasado remoto o no tan remoto, al que siempre hay que respetar y valorar debidamente. Emiliano Pérez Mencía