----------------------------------------
-----------------------------------------
---------------------------------------------
--------------------------------------
---------------------------------------------
--------------------------------
-------------------------------------------------
-----------------------------------------
---------------------------------------------------
--------------------------------------
--------------------------------------
----------------------------------------
---------------------------------------
-------------------------------------------------
-------------------------------------------------------
Con la palabra varas quiero referirme aquí a las insignias que llevan los que desempeñan cargos en las cofradías y en algunas asociaciones religiosas. Suelen ser de madera, hierro u otros metales, de diversa calidad, y tienen casi dos metros de longitud. En la parte superior, como remate, llevan la imagen o figura pintada, o en relieve, del santo, santa, virgen o Cristo, al que rinde culto y veneración la cofradía o asociación.
Nos llama la atención cómo en algunos pueblos de la comarca de los Valles de Benavente a estas varas las denominan ‘garrotes’. Y lo dicen así solamente porque, en realidad, se trata de un palo, bastante grueso y fuerte, y no en otro sentido. Pero lo que destaca no es el palo, sino el remate cargado de simbolismo.
Es el caso de Morales de Valverde, a cuya fiesta de san Blas asistí hace varios años. Pude comprobar la atención y cuidado que tienen con los garrotes de san Blas. Y también la satisfacción que sienten quienes los portan, los garroteros.
En este caso son varas de madera y en el remate, más amplio y en forma ovalada, se representa pintada la imagen del santo en el anverso y, en el reverso, las almas benditas en penas, en medio de las llamas del Purgatorio. Y es que el segundo día de la fiesta se lo dedican a los difuntos de la cofradía, rezando por ellos y portando en sus manos los garrotes con esta imagen.
La variedad de varas o garrotes es grande, como se puede ver en las fotografías. Y es que son también muchas las cofradías existentes y cada una tiene su propia insignia, en el remate de la vara.
Nos llama la atención cómo en algunos pueblos de la comarca de los Valles de Benavente a estas varas las denominan ‘garrotes’. Y lo dicen así solamente porque, en realidad, se trata de un palo, bastante grueso y fuerte, y no en otro sentido. Pero lo que destaca no es el palo, sino el remate cargado de simbolismo.
Es el caso de Morales de Valverde, a cuya fiesta de san Blas asistí hace varios años. Pude comprobar la atención y cuidado que tienen con los garrotes de san Blas. Y también la satisfacción que sienten quienes los portan, los garroteros.
En este caso son varas de madera y en el remate, más amplio y en forma ovalada, se representa pintada la imagen del santo en el anverso y, en el reverso, las almas benditas en penas, en medio de las llamas del Purgatorio. Y es que el segundo día de la fiesta se lo dedican a los difuntos de la cofradía, rezando por ellos y portando en sus manos los garrotes con esta imagen.
La variedad de varas o garrotes es grande, como se puede ver en las fotografías. Y es que son también muchas las cofradías existentes y cada una tiene su propia insignia, en el remate de la vara.