Corona de flores depositada en el cementerio de Benavente como recuerdo y homenaje a los fallecidos de la Sociedad.
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Un momento de la misa en la iglesia de santa María del Azogue, con asistencia de los miembros de la Asociación y de las autoridades locales.
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Directivos de la Asociación, con la varas, delante del altar de san José en la iglesia de santa María del Azogue de Benavente.
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En el restaurante, rinden homenaje a dos personas mayores y el Presidente de la Asociación les entrega unos obsequios.
En el restaurante, rinden homenaje a dos personas mayores y el Presidente de la Asociación les entrega unos obsequios.
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Directivos, socios y familiares, autoridades locales y demás invitados degustan el vino o los refrescos que, junto con los variados aperitivos, se sirvieron al finalizar los actos.
Directivos, socios y familiares, autoridades locales y demás invitados degustan el vino o los refrescos que, junto con los variados aperitivos, se sirvieron al finalizar los actos.
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En el año 2007 la Sociedad de Socorros Mutuos san José de Benavente celebró el 125 aniversario de su fundación. Con tal motivo publiqué este reportaje en el semanario La Voz de Benavente y Comarcas, que por aquellas fechas era un periódico que semanalmente estaba al alcance de los lectores todos los jueves del año.
Este año 2011, al acercarse el día de san José, he querido recordar dicha celebración, publicándolo en este blog, para conocimiento de todos los que lo visitan.
Este año 2011, al acercarse el día de san José, he querido recordar dicha celebración, publicándolo en este blog, para conocimiento de todos los que lo visitan.
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El día 19 de Marzo (del año 2007), la antigua Sociedad de Socorros Mutuos San José, hoy denominada Asociación Cultural y sometida a la nueva ley y reglamento de asociaciones, celebró su fiesta anual. Lo hizo de forma especial por coincidir ese año con el 125 aniversario de su fundación.
Y es que en el año 1883 un grupo de 34 personas de Benavente acordaron fundar una sociedad de este tipo con la finalidad principal de “atenderse mutuamente en los momentos de la enfermedad y de la muerte”.
Este tipo de sociedades y cofradías, así denominadas, ya existían en muchas villas y ciudades desde el siglo XVI. Y los enfermos, fallecidos, presos, pobres y necesitados en general, eran los protagonistas, pues recibían ayudas materiales y también espirituales. De hecho todas tenían un santo como patrón y protector. Algunos de estos santos eran muy populares y muy queridos y venerados por los ciudadanos, entre ellos San Antón, San Blas, San Crispín, etc. También San José, como ocurre en el caso que nos ocupa.
San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, a pesar de que su culto se introdujo en Occidente a partir del siglo XV, no deja de ser uno de los más conocidos y apreciados desde que en 1870 el Papa Pío XI lo nombrara patrón de la iglesia universal, fijando su fiesta el día 19 de Marzo. Por otra parte, en el año 1955, Pío XII instituyó una segunda fiesta a él dedicada, San José Obrero, el día uno de mayo, la fiesta del trabajo.
De ahí que se le considere patrón, no sólo de los carpinteros, pues este era su oficio, sino también de los artesanos en general, y también de los industriales.
No nos extraña, pues, que algunos de los fundadores de esta sociedad, fuesen carpinteros y que gran parte de sus socios tuviesen los más diversos oficios. Y tampoco nos extraña que, incluso en la actualidad, formen parte de ella, y hayan asistido a los diversos actos, muchos de los carpinteros, cerrajeros, chapistas, albañiles e industriales de la ciudad. Todos se sienten bien bajo la protección del santo. Como se sienten, por supuesto, los enfermos, moribundos y agonizantes. Pues decía muy bien Santa Teresa, una de las promotoras de la devoción: “Tomé por abogado y señor al glorioso San José y me encomendé mucho a él... A otros santos les dio el señor gracia para socorrer en una necesidad; este glorioso santo tengo la experiencia que socorre en todas... “.
Así era la creencia y así se ha transmitido a través de estas sociedades o cofradías, cargadas de tradiciones.
La Asociación C. San José actual ha querido celebrar de modo solemne su aniversario con diversos actos, alguno de los cuales rememora antiguas obligaciones como la de recordar y honrar a sus difuntos “ser acompañados a la última morada por los individuos de esta sociedad que no podrán ser reemplazados por ninguna otra persona...”, (Artículo 6, 5º, del antiguo Reglamento. Por tal motivo, el sábado día 15, y con la asistencia de directivos y algunos socios, se celebró un responso en el cementerio municipal, ofreciendo y colocando una corona de flores sobre la cruz del paseo central de dicho cementerio. Este mismo día el historiador benaventano D. Fernando Manzano Ledesma impartió en el salón de actos de la Casa de Cultura de La Encomienda una conferencia sobre “Las Cofradías y Sociedades de Socorros Mutuos”, haciendo ver, de forma amena y sencilla, lo que significaba la fundación y la pertenencia a algunas de estas instituciones.
Tampoco faltó la visita a los enfermos, visita que efectuaron a las 11 horas del día 19. Era este el fin principal de las antiguas sociedades de Socorros Mutuos, como se indica en varios artículos del citado reglamento, y que también se recoge en los nuevos estatutos.
Sus fundadores, en 1883, consideraban necesaria una sociedad de este tipo “cuando las enfermedades viene a imposibilitar al hombre para su atención y para proporcionarle el necesario sustento...”
En lo referente a los beneficios que se deben otorgar a sus afiliados decía: “Socorro de 3 pesetas diarias al socio enfermo hasta su restablecimiento o defunción”. (Art. 6º, 1º) y que “Todo socio que padeciese una enfermedad crónica se le socorrerá solamente tres meses al año desde que el médico certifique que se encuentra en mal estado” (Art. 6º, 2º)
Y entre los deberes de los socios figura el siguiente: “Poner en conocimiento del Presidente que se hallan enfermos o dar aviso de que otros lo están para los fines de esta sociedad”. (Art. 20, 7º).
Los directivos de la Asociación quieren seguir cumpliendo con lo establecido en sus nuevos Estatutos, sin olvidar la tradición en lo posible.
A las 12 horas Junta Directiva, asociados e invitados asistieron a una misa en la iglesia de Santa María del Azogue. Y, aunque no se celebrase en el altar de San José, lo cual sería una novedad que realzaría el acto y sería el agrado de muchos de los asistentes, sí estaba el santo muy cerca y siempre en disposición de atender los ruegos de todos.
En la homilía el sacerdote D. Leovigildo, tras saludar a todos los presentes les recuerda que “todos los santos están en relación con la historia de la salvación, pero, de modo especial y primigenio, la Virgen, San José y por supuesto Cristo/Dios”. Y de San José destaca sus virtudes humanas, como hombre bueno que era, honrado, justo, sencillo, trabajador, etc. Y que amó a Dios y al prójimo cumpliendo la misión que se le había encomendado.
Cada uno tiene una misión en la vida que debe cumplir de forma individual, o de forma colectiva, participando en sociedades o agrupaciones con fines benéficos o caritativos, como lo era la Sociedad de Socorros Mutuos San José.
Terminada la misa, todos los socios (140 en la actualidad), más los invitados, se dirigen a un restaurante cercano para tomar un aperitivo y concluir la jornada con otro momento de convivencia. Tras unas palabras del secretario de la sociedad D. Julián Juárez agradeciendo la presencia de todos, se rinde homenaje, y se les entrega un obsequio, como recuerdo, a Maximina Maniega Aguilar, la socia más antigua y a Teodoro Barrero Seijas, que ya tiene 92 años y figura con el número uno en la relación de asociados.
A continuación el Presidente Alejandro Paramio saluda también a todos y expresa su deseo de que la Sociedad siga adelante y que otros puedan celebrar un nuevo centenario.
Por último, el Alcalde de Benavente, felicita a la Directiva por los actos organizados con motivo del 125 aniversario y les anima a seguir adelante con sus actividades, que ayudan a revivir un pasado y una tradición cargada de recuerdos.
Aunque hoy estén más o menos solucionados algunos problemas en relación con la enfermedad y la salud, existen otros muy necesarios en la sociedad actual, entre ellos la relación y convivencia entre los ciudadanos, a lo que sin duda alguna contribuye la pertenencia a las diversas asociaciones.
El día 19 de Marzo (del año 2007), la antigua Sociedad de Socorros Mutuos San José, hoy denominada Asociación Cultural y sometida a la nueva ley y reglamento de asociaciones, celebró su fiesta anual. Lo hizo de forma especial por coincidir ese año con el 125 aniversario de su fundación.
Y es que en el año 1883 un grupo de 34 personas de Benavente acordaron fundar una sociedad de este tipo con la finalidad principal de “atenderse mutuamente en los momentos de la enfermedad y de la muerte”.
Este tipo de sociedades y cofradías, así denominadas, ya existían en muchas villas y ciudades desde el siglo XVI. Y los enfermos, fallecidos, presos, pobres y necesitados en general, eran los protagonistas, pues recibían ayudas materiales y también espirituales. De hecho todas tenían un santo como patrón y protector. Algunos de estos santos eran muy populares y muy queridos y venerados por los ciudadanos, entre ellos San Antón, San Blas, San Crispín, etc. También San José, como ocurre en el caso que nos ocupa.
San José, esposo de María y padre putativo de Jesús, a pesar de que su culto se introdujo en Occidente a partir del siglo XV, no deja de ser uno de los más conocidos y apreciados desde que en 1870 el Papa Pío XI lo nombrara patrón de la iglesia universal, fijando su fiesta el día 19 de Marzo. Por otra parte, en el año 1955, Pío XII instituyó una segunda fiesta a él dedicada, San José Obrero, el día uno de mayo, la fiesta del trabajo.
De ahí que se le considere patrón, no sólo de los carpinteros, pues este era su oficio, sino también de los artesanos en general, y también de los industriales.
No nos extraña, pues, que algunos de los fundadores de esta sociedad, fuesen carpinteros y que gran parte de sus socios tuviesen los más diversos oficios. Y tampoco nos extraña que, incluso en la actualidad, formen parte de ella, y hayan asistido a los diversos actos, muchos de los carpinteros, cerrajeros, chapistas, albañiles e industriales de la ciudad. Todos se sienten bien bajo la protección del santo. Como se sienten, por supuesto, los enfermos, moribundos y agonizantes. Pues decía muy bien Santa Teresa, una de las promotoras de la devoción: “Tomé por abogado y señor al glorioso San José y me encomendé mucho a él... A otros santos les dio el señor gracia para socorrer en una necesidad; este glorioso santo tengo la experiencia que socorre en todas... “.
Así era la creencia y así se ha transmitido a través de estas sociedades o cofradías, cargadas de tradiciones.
La Asociación C. San José actual ha querido celebrar de modo solemne su aniversario con diversos actos, alguno de los cuales rememora antiguas obligaciones como la de recordar y honrar a sus difuntos “ser acompañados a la última morada por los individuos de esta sociedad que no podrán ser reemplazados por ninguna otra persona...”, (Artículo 6, 5º, del antiguo Reglamento. Por tal motivo, el sábado día 15, y con la asistencia de directivos y algunos socios, se celebró un responso en el cementerio municipal, ofreciendo y colocando una corona de flores sobre la cruz del paseo central de dicho cementerio. Este mismo día el historiador benaventano D. Fernando Manzano Ledesma impartió en el salón de actos de la Casa de Cultura de La Encomienda una conferencia sobre “Las Cofradías y Sociedades de Socorros Mutuos”, haciendo ver, de forma amena y sencilla, lo que significaba la fundación y la pertenencia a algunas de estas instituciones.
Tampoco faltó la visita a los enfermos, visita que efectuaron a las 11 horas del día 19. Era este el fin principal de las antiguas sociedades de Socorros Mutuos, como se indica en varios artículos del citado reglamento, y que también se recoge en los nuevos estatutos.
Sus fundadores, en 1883, consideraban necesaria una sociedad de este tipo “cuando las enfermedades viene a imposibilitar al hombre para su atención y para proporcionarle el necesario sustento...”
En lo referente a los beneficios que se deben otorgar a sus afiliados decía: “Socorro de 3 pesetas diarias al socio enfermo hasta su restablecimiento o defunción”. (Art. 6º, 1º) y que “Todo socio que padeciese una enfermedad crónica se le socorrerá solamente tres meses al año desde que el médico certifique que se encuentra en mal estado” (Art. 6º, 2º)
Y entre los deberes de los socios figura el siguiente: “Poner en conocimiento del Presidente que se hallan enfermos o dar aviso de que otros lo están para los fines de esta sociedad”. (Art. 20, 7º).
Los directivos de la Asociación quieren seguir cumpliendo con lo establecido en sus nuevos Estatutos, sin olvidar la tradición en lo posible.
A las 12 horas Junta Directiva, asociados e invitados asistieron a una misa en la iglesia de Santa María del Azogue. Y, aunque no se celebrase en el altar de San José, lo cual sería una novedad que realzaría el acto y sería el agrado de muchos de los asistentes, sí estaba el santo muy cerca y siempre en disposición de atender los ruegos de todos.
En la homilía el sacerdote D. Leovigildo, tras saludar a todos los presentes les recuerda que “todos los santos están en relación con la historia de la salvación, pero, de modo especial y primigenio, la Virgen, San José y por supuesto Cristo/Dios”. Y de San José destaca sus virtudes humanas, como hombre bueno que era, honrado, justo, sencillo, trabajador, etc. Y que amó a Dios y al prójimo cumpliendo la misión que se le había encomendado.
Cada uno tiene una misión en la vida que debe cumplir de forma individual, o de forma colectiva, participando en sociedades o agrupaciones con fines benéficos o caritativos, como lo era la Sociedad de Socorros Mutuos San José.
Terminada la misa, todos los socios (140 en la actualidad), más los invitados, se dirigen a un restaurante cercano para tomar un aperitivo y concluir la jornada con otro momento de convivencia. Tras unas palabras del secretario de la sociedad D. Julián Juárez agradeciendo la presencia de todos, se rinde homenaje, y se les entrega un obsequio, como recuerdo, a Maximina Maniega Aguilar, la socia más antigua y a Teodoro Barrero Seijas, que ya tiene 92 años y figura con el número uno en la relación de asociados.
A continuación el Presidente Alejandro Paramio saluda también a todos y expresa su deseo de que la Sociedad siga adelante y que otros puedan celebrar un nuevo centenario.
Por último, el Alcalde de Benavente, felicita a la Directiva por los actos organizados con motivo del 125 aniversario y les anima a seguir adelante con sus actividades, que ayudan a revivir un pasado y una tradición cargada de recuerdos.
Aunque hoy estén más o menos solucionados algunos problemas en relación con la enfermedad y la salud, existen otros muy necesarios en la sociedad actual, entre ellos la relación y convivencia entre los ciudadanos, a lo que sin duda alguna contribuye la pertenencia a las diversas asociaciones.