viernes, 20 de julio de 2012

Fotografías antiguas. Exposición en Barcial del Barco.



Hace unos días se celebró la fiesta de Santa Marina en Barcial del Barco, un pueblo de la comarca de Benavente, y en la ribera del río Esla.
Los de Barcial, además de celebrar la fiesta de su patrona la Virgen de la Asunción también se acuerdan y honran a la Virgen del Rosario, y a Santa Marina, pues de las tres tienen bellas y antiguas imágenes en la iglesia del pueblo. Y siempre lo hacen con diversos actos, religiosos algunos, pero otros más relacionados con el ocio, el entretenimiento, y también con la cultura. Lo pudimos comprobar durante las pasadas fiestas de Santa Marina al visitar y ver una exposición de fotografías antiguas en una de las salas del Colegio Enseñanza Primaria.
Colocadas sobre soportes de cartón o cartulina vimos más de 50 imágenes de las décadas de 1930 y 1940, que causaron admiración, y en algunos casos sorpresa, a los visitantes, vecinos del pueblo, forasteros que estaban de fiesta, e incluso algún peregrino por la Vía de la Plata, que hacía su parada y descanso en Barcial. Y es que las fotografías antiguas tienen un sabor distinto, están llenas de contenido y de recuerdos del pasado, son fuente de datos para la historia, a través de ellas se puede conocer la vida y costumbres de la gente: casas, oficios y trabajos, diversiones y entretenimientos, forma de vestir, de comer, de divertirse, etc. Todo un cúmulo de historias y vivencias del lugar en el que los protagonistas viven, trabajan, se divierten, asisten a actos religiosos en las fiestas, o sufren y padecen calamidades y miserias. Las fotografías nos descubren este mundo y submundo. 
Locomotora a vapor.
Ferroviarios.
Construcción puente. Año 1928.
Visita del Obispo, año 1950.
Procesión del Rosario en 1950.
Vendimia con carro de bueyes, 1950.
De vendimia.Año 1950.
Escena de trilla. Año 1960.
Rebaño en el camino del monte. Año 1960.
Lavanderas en el río Esla en la década de 1950.
En la barca y junto al río en 1960.
Quintos del año 1960 y garrafón de vino.

Angel Nogueras, el joven aficionado de Barcial, organizador de la exposición, me dice lo siguiente: “He contado para ello con la colaboración del Ayuntamiento en la preparación de las fotos, su ampliación en algún caso y la colocación de los soportes, pero sobre todo ha sido posible gracias  a las personas que nos han donado las fotografías, desinteresadamente y con agrado, casi todas ellas del pueblo. Soy aficionado a la fotografía, y es la primera vez que hago esto. Pero estoy muy satisfecho por el éxito obtenido. Son muchas las personas que se han acercado a ver la exposición. Y no han faltado los comentarios de todo tipo, y en algunos casos la admiración y sorpresa ante lo que veían”.
Y es que en exposiciones  de este tipo, aunque se trata de imágenes antiguas, algunas personas, ya mayores, aparecen en ellas, o sino alguno de sus antepasados, familiares o amigos, o ven cosas del pueblo que han desaparecido y que en esta ocasión vuelven a recordar.
Tenemos que reconocer, y de esto dan fe las imágenes expuestas, que por Barcial de Barco, pasa un río y muy importante, el Esla, hijo del padre Duero; y que Barcial tuvo barca para pasar o atravesar dicho río; que tiene también un grande y majestuoso puente de hierro, en la actualidad casi abandonado; que tuvo tren de viajeros y mercancías, e importante estación; que en Barcial siempre celebraron, y siguen celebrando sus fiestas y tradiciones; etc. Y que a las personas que vivieron en Barcial, allá por los año de 1930 y 1940, también les gustaba retratarse, cuando tenían la ocasión, individualmente o en familia. De ahí que sean varios los retratos en la exposición.
El texto al pie dice: Imagen sin determinar lugar y año.
Amor de madre. Foto de hace más de 60 años.
Hermanos Alonso Morán, 1930.
El señor Esmeraldo Rodríguez Casado, 1930.
Escolares de Barcial en el año 1930.
Grupo de amigos con distintas creencias, 1940.
Foto- recuerdo escolar.
Familia Dueñas Rodríguez. El matrimonio y ocho hijos. Año 1950.

Una vez más tenemos que decir que ‘una imagen vale más que mil palabras’. Y es que cada una de ellas contiene un texto, más o menos extenso, según sea quien lo piense, imagine o escriba, o si queremos, según sea quien más y mejor lo haya vivido. En Barcial se ha vivido, o revivido, un pasado a través de imágenes, capaces de convertirlo, aunque sea sólo por unos días, en presente.