|
Palomar en medio de una tierra sembrada de trigo... |
Hace unos días viajé, una vez
más, a Castrogonzalo, uno de los pueblos
cercanos a Benavente. Por cierto que
siempre que voy me acerco al Gurugú, así
llaman a la parte más elevada del cerro
en el que comenzó la población. Todavía en el subsuelo del mismo se conservan
restos de la Edad del Hierro y posterior
poblamiento medieval. Es éste un lugar de obligada visita, al menos para los
amantes de las vistas panorámicas y los bellos paisajes. Desde allí, si miramos
hacia el noroeste vemos los ríos Esla y Cea con sus riberas y amplias vegas,
verdes por el color de los productos sembrados. Y también con gran cantidad de
choperas. Sin embargo, si miramos hacia el sureste lo que vemos son las
llanuras de la Tierra de Campos, que aquí se inicia, con tierras de cereales, o
en barbecho.
|
No lejos de otra tierra en barbecho. |
|
Interior de un palomar en ruinas.... |
|
Con grafittis en una de sus paredes. |
El motivo del viaje, en esta
ocasión, era ver los palomares del pueblo, cuántos hay todavía y en qué
situación se encuentran. Había visto, con anterioridad, al pasar por la
carretera, algunos en medio de tierras sembradas
de trigo, de color verde por la época en que nos encontramos. Pero,
efectivamente, había más.
Detrás de la cerámica, que
da a la carretera, vi otros dos en buen estado
y con palomas. Uno de ellos situado en un pequeño montículo o altozano,
originado, tal vez, tras quitar la tierra, que lo rodeaba y utilizarla para la
fabricación de ladrillos. Es de forma cuadrada, con dos tejados y en la parte
superior está adornado con ladrillos formando
una especie de torreta.
|
Uno de los palomares que hay detrás de la cerámica. |
|
Otra vista del palomar anterior. |
|
Detalle del adorno sobre el tejado. |
El otro, no muy lejos, es rectangular, con dos
tejadillos y orientado hacia el este. Tiene, además de troneras, otros huecos
que permiten la entrada y salida de las palomas. Con cortavientos a ambos lados
de las paredes laterales y adornos con ladrillos y tejas en la parte superior. Y
una moderna puerta de chapa en sustitución de otra más antigua, seguramente que
de madera.
|
De forma rectangular y con dos tejados hacia el este. |
|
Palomar anterior visto desde otro lugar. |
|
Adornos en el tejado. |
Al acercarme más al pueblo me
encontré con algunos en patios de viviendas o en huertas en las que a las aves
no falta comida y agua, ni tampoco la sombra de algún árbol. Rectangulares, con
uno o dos tejados, distinta forma en los huecos para entrar y salir las
palomas. También disponen de cortavientos y adornos en la parte superior del
tejado. Uno de ellos, de forma circular, me llamó la atención, tanto por estar
muy habitado, como por el lugar en que se encuentra, junto al mismo escarpe o
cuestos que dan al río.
|
Palomar con un solo tejado, en el patio de una casa. |
|
Parte trasera del palomar anterior. |
|
Bonito palomar en una huerta, cerca del río Esla |
|
De forma rectangular y con tejado en ruinas. |
|
Palomar circular, también cerca del río. |
|
Distintas dependencias del palomar anterior. |
Pero el mejor situado de todos
y que con seguridad será muy del agrado de palomas y pichones, y también de quienes
visitan el lugar, es el que hay en lo más alto del cerro, en el mismo Gurugú, en
una tierra cercana al depósito de agua. Solamente pude ver la parte posterior,
o de atrás, la que da al oeste, pues a la parte este, a la que están orientados
casi todos, me fue imposible acceder. Sobre la pared el dueño ha colocado, como
adorno, unas pequeñas esculturas de palomas. Las aves disponen de pequeño
huecos para salir y, desde las mismas alturas, sobrevolar el río y sus riberas
cargadas de chopos, y la extensa vega sembrada de verde. Seguro que se sentirán
bien, pues no les falta ni agua ni comida.
|
El palomar situado en lo alto del cerro, el Gurugú. Parte trasera. |
|
Esculturas de dos palomas sobre ladrillos sirven de adorno. |