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De la compra hacia casa con su carrito. |
Lo vi en el año 2009, cuando me
acercaba a conocer la ermita dedicada al Cristo de la Vera Cruz que hay en Cubo
de Benavente. Iba hacia su casa por la acera de la amplia y extensa calle,
también carretera, en la que se encuentra la ermita. Con su mano derecha
tiraba del pequeño carro con la compra
de ese día para él y su mujer, ya jubilados.
El carro, pintado de azul, se parece más a los de
viga o par que a los de varas, tiene ruedas de goma, como las de una bicicleta
y se cierra con una portezuelas en la parte delantera y trasera. Parece de
juguete o adorno, como los que suelen hacer muchos de los artesanos jubilados,
sobre los que he escrito ya en este blog, pero, al ser de mayor tamaño, presta
un mejor servicio. A falta de la cesta o bolsas al uso, sirve para llevar la compra a casa, además de prestar otros
servicios.
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Tiene algún parecido con los de par o varas, pero ofrece cietta originalidad. |
Su casa se encontraba en la
misma calle en la que lo vi, en la acera frente a la ermita. Al llegar a ella
le saludé y me contó algo sobre su vida y sus aficiones de jubilado. Y es que,
precisamente, una de ellas era hacer carritos, pues tenía varios, alguno
incluso de mayor tamaño, pero siempre para ser llevados por personas. Con uno
iba a la compra, con otro transportaba algunos productos de la huerta, etc. También
había hecho otras piezas de madera, e incluso un sillón y una estantería en la
que tenía colocados algunos frascos con miel, legumbres, frutos secos y otros
productos. En seguida pensé que estaba ante un artesano jubilado más, de los
muchos que he visto y conocido en esta comarca de los Valles de Benavente.
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Amancio llegando a su casa de Cubo de Benavente. |
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Lo vemos ya en el patio de su casa. |
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Otro de los carros hechos por Amancio, con el que va a su huerto. |
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Este sillón también lo ha hecho él... |
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lo mismo que esta estantería. |
Quien tiraba del carro era
Amancio Trigo Paramio. Vivía con su mujer, también ya mayor, en la extensa y
amplia calle de la ermita, concretamente en la acera de en frente. Cuando lo vi
tenía 82 años. Aunque no le faltaba ánimo y energía, se sentía mayor y “notaba
el paso de los años”, como él mismo me decía.
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Ermita del Cristo de la Vera Cruz de Cubo de Benavente. |
Ojalá que haya seguido con sus
artesanías en madera, pues contaba con los
conocimientos del carpintero, y además con la sabiduría que le
proporcionó su experiencia vivida y la práctica que ha ido adquiriendo a lo
largo de los años. Que estas líneas sirvan de grato recuerdo para él y también
para su carrito de compras.