lunes, 17 de junio de 2013

Benavente: Corrillo de Renueva.



Se conocía ya, popularmente, como plaza Corrillo de Renueva, y ha pasado a denominarse solamente Corrillo de Renueva, desde que en el año 2004 se recuperó gran parte del callejero tradicional. Lo mismo ocurrió con el Corrillo de san Nicolás sobre el que ha he escrito en este blog.
Se trata de una pequeña plaza, que ha sufrido muchos cambios, pues, en la actualidad está urbanizada, respecto a su pavimento, y en ella casi todos los edificios son de nueva construcción.

Foto actual del Corrillo desde la calle Ancha.



Imagen desde la calle Zamora.
Antiguamente estaba porticada, con pilares de madera a su alrededor, como se ve en algunas imágenes. Era precisamente cuando popularmente se la denominaba Plaza de las Gallinas por ser en ella donde se celebraba el mercado de estas aves y de otras como patos, palomas y sobre todo pavos y gallos de corral, cuando se acercaban las fiestas de la Navidad.

Casas y pórticos en la plaza de las Gallinas, hoy Corrillo de Renueva.
Imagen del Corrillo hace bastantes años, prueba evidente de los cambios.

Algunas de las pocas casas más antiguas, que aún se conservan.
Puerta de una de las casas.
Otros la conocen y llaman también Plaza de las Legumbres y de los Cereales. Y es que los agricultores de la comarca vendían allí garbanzos, lentejas, alubias, etc. producidos en sus tierras. Recuerdo haberme acercado algún jueves a esta plaza y verla llena de sacos, costales, jaulas con las aves y cajas con huevos, junto a mujeres y hombres, que, romana en mano, vendían sus productos.   


Fotografía de cuando todavía se celebraba el mercado en este lugar.
A ambos lados de este edificio las calles Zamora y Cervantes.
Se encuentra muy cerca de la antigua y actual iglesia de El Carmen de Renueva y también no lejos del antiguo convento de San Bernardo ya desaparecido, que hoy son varios bloques de edificios de viviendas.
Por el Corrillo de Renueva, pasó siempre el toro enmaromado y, a juzgar por las imágenes, en este lugar se reunía mucha gente, a pie de calle, en las ventanas, balcones y hasta sobre las tapias de los solares que antes existían. Y es que, aunque el final estaba ya cerca, en la plaza siempre hubo también una argolla, la última, en la que el astado podía descansar después de tan largo recorrido. Algunas personas desde los balcones echaban agua sobre sus lomos, para que refrescara y se animase a terminar la carrera.
Por la plaza y calles próximas pasaron antiguamente procesiones. También lo hacen, en la actualidad y desde hace varios años, algunas de ellas procedentes de la iglesia de El Carmen, como se puede ver en la imagen.

El toro enmaromado pasando por el Corrillo, antes plaza de las Gallinas.
También pasan por este lugar algunas de las procesiones en Semana Santa.
Nada menos que por siete calles se puede llegar al Corrillo, algunas de ellas también modificadas con el nuevo callejero. Pero casi todas ellas con muchos cambios en su arquitectura  y evidentes recuerdos del pasado y la tradición. Son las calles de Zamora, Cervantes, Renueva, San Bernardo, Ancha, Cuesta del Portillo de san Andrés y Costanilla de Valladolid.