Se conocía ya, popularmente, como
plaza Corrillo de Renueva, y ha pasado a denominarse solamente Corrillo de
Renueva, desde que en el año 2004 se recuperó gran parte del callejero
tradicional. Lo mismo ocurrió con el Corrillo de san Nicolás sobre el que ha he
escrito en este blog.
Se trata de una pequeña plaza,
que ha sufrido muchos cambios, pues, en la actualidad está urbanizada, respecto
a su pavimento, y en ella casi todos los edificios son de nueva construcción.
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Foto actual del Corrillo desde la calle Ancha. |
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Imagen desde la calle Zamora. |
Antiguamente estaba porticada,
con pilares de madera a su alrededor, como se ve en algunas imágenes. Era
precisamente cuando popularmente se la denominaba Plaza de las Gallinas por ser
en ella donde se celebraba el mercado de estas aves y de otras como patos,
palomas y sobre todo pavos y gallos de corral, cuando se acercaban las fiestas
de la Navidad.
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Casas y pórticos en la plaza de las Gallinas, hoy Corrillo de Renueva. |
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Imagen del Corrillo hace bastantes años, prueba evidente de los cambios. |
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Algunas de las pocas casas más antiguas, que aún se conservan. |
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Puerta de una de las casas. |
Otros la conocen y llaman
también Plaza de las Legumbres y de los Cereales. Y es que los agricultores de
la comarca vendían allí garbanzos, lentejas, alubias, etc. producidos en sus
tierras. Recuerdo haberme acercado algún jueves a esta plaza y verla llena de
sacos, costales, jaulas con las aves y cajas con huevos, junto a mujeres y
hombres, que, romana en mano, vendían sus productos.
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Fotografía de cuando todavía se celebraba el mercado en este lugar. |
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A ambos lados de este edificio las calles Zamora y Cervantes. |
Se encuentra muy cerca de la
antigua y actual iglesia de El Carmen de Renueva y también no lejos del antiguo
convento de San Bernardo ya desaparecido, que hoy son varios bloques de
edificios de viviendas.
Por el Corrillo de Renueva,
pasó siempre el toro enmaromado y, a juzgar por las imágenes, en este lugar se
reunía mucha gente, a pie de calle, en las ventanas, balcones y hasta sobre las
tapias de los solares que antes existían. Y es que, aunque el final estaba ya
cerca, en la plaza siempre hubo también una argolla, la última, en la que el
astado podía descansar después de tan largo recorrido. Algunas personas desde
los balcones echaban agua sobre sus lomos, para que refrescara y se animase a
terminar la carrera.
Por la plaza y calles próximas
pasaron antiguamente procesiones. También lo hacen, en la actualidad y desde
hace varios años, algunas de ellas procedentes de la iglesia de El Carmen, como
se puede ver en la imagen.
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El toro enmaromado pasando por el Corrillo, antes plaza de las Gallinas. |
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También pasan por este lugar algunas de las procesiones en Semana Santa. |
Nada menos que por siete calles
se puede llegar al Corrillo, algunas de ellas también modificadas con el nuevo
callejero. Pero casi todas ellas con muchos cambios en su arquitectura y evidentes recuerdos del pasado y la tradición.
Son las calles de Zamora, Cervantes, Renueva, San Bernardo, Ancha, Cuesta del
Portillo de san Andrés y Costanilla de Valladolid.