jueves, 4 de junio de 2015

Toro Enmaromado de Benavente: Imágenes del Pasado. Década de 1970.



Nadie pone en duda que son muchas las imágenes que existen de esta fiesta, algunas muy antiguas, como hemos podido ver a lo largo de los años. Recientemente lo hemos comprobado con el libro editado por el Centro de Estudios Ledo del Pozo. Memoria Gráfica de la Fiesta. Siglo XX. Pero seguro que habrá muchas más que darían para editar otro libro. Y es que desde el comienzo y uso de la fotografía han transcurrido ya muchos años. Técnicamente se ha pasado por distintas etapas hasta llegar a la actualidad en que el mundo digital lo domina y actualiza rápidamente todo.
Las fotos antiguas agradan más a las personas de edad, que vivieron y convivieron de forma distinta en ese pasado, que nos muestran las imágenes. Personalmente me ocurre lo mismo. Repasando mis archivos de negativos, o fotos en papel, me sorprendo y admiro más aquellas que son de hace ya muchos años, como las que publico hoy aquí. Son fotografías realizadas por mí y reveladas y ampliadas en el laboratorio del Instituto, después de vivir, de forma más participativa, diversos momentos de la fiesta.
Fotos de la zona del nuevo Toril momentos antes  de la salida del Enmaromado. En una de ellas el  toril rodeado de gente, esperando la salida del toro. Y en la otra colgado sobre una cuerda un muñeco vestido de torero, colocado allí para dar la bienvenida al toro, cuando salga. En el centro de esta foto vemos, con sombrero, a PedroTorres Arenas, ya fallecido, pero que, como benaventano de pura cepa, vivía intensamente la fiesta.
El toril y su entorno lleno de gente.
Pedro Torres Arenas, con sombrero, en el centro de la foto.
En las siguientes se ve la plaza de la iglesia de Santa María del Azogue y sus alrededores. Sobre estas tengo que decir lo siguiente: El párroco D. Leovigildo permitía, por entonces, ahora ya no, subir a la torre a algunas personas, para ver el espectáculo desde las ventanas, como se ve en las imágenes. Desde la altura saqué algunas fotos de toda la plaza. 
Desde las ventanas de la torre vimos toda la plaza.
Algunos se subían a la ventanas exteriores  de la iglesia.
Otros se colocaban sobre las piedras de la puerta del oeste.
Por otra parte, durante el recorrido del toro, algunos jóvenes y no tan jóvenes se subían a las ventanas y puertas de la iglesia, lo que producía mala impresión, aparte de contribuir algo al deterioro del edificio artístico más importante  de la ciudad. Pero, por las quejas del párroco y de algunas personas amigas y amantes del patrimonio, se consiguió que, por parte del Ayuntamiento, se prohibiese subir y desde entonces ya no se hace. Una buena idea, aceptada por todos. Así se podía hacer también en la actualidad, en momentos y lugares en los que, durante la celebración de algunos actos en esta fiesta, es evidente, y frecuente, el daño y las molestias reiteradas a vecinos, e incluso en las calles y plazas. Es injusto y desacertado pensar, o decir, por parte de quien sea, que, por ser fiesta, todo vale, y hay que soportarlo todo, incluso hasta lo prohibido, o no permiitido, en un día normal. 
Otras fotos son de la Plaza de la Madera, uno de los lugares más concurridos y fotografiados porque en ella está la primera argolla del recorrido. Los edificios han cambiado desde entonces.
Toro en la argolla de la Plaza de la Madera.
Algunos edificios de la plaza se estaban construyendo.
Otra vista de la plaza con el toro enargollado.
También vemos algunas imágenes de la plaza de San Martín, plaza llena de banderitas y con un aspecto distinto al actual.  Aquí estamos agarrados a la maroma, pero lejos del toro.
En la Plaza de San Martín, agarrados a la maroma.
Y otras fotos, tambien de aquellos años, más cerca ya del matadero y con otros protagonistas.

Con amigos y conocidos, cerca ya del matadero.
Otro grupo de amigos en la calle del Agujero.
Eran otros tiempos y otros años, nada menos que en la década de 1970, a partir de 1971, año en el que yo llegué a Benavente. Las hice desde diversos lugares, estas y otras que publicaré en breve.  Aunque ya han pasado casi 40 años las vivencias eran algo distintas, lo mismo que los lugares y las gentes. Pero con el paso de los años toda ha cambiado, ojalá que sea para mejor.