Nadie pone en duda que
son muchas las imágenes que existen de esta fiesta, algunas muy antiguas, como
hemos podido ver a lo largo de los años.
Recientemente lo hemos comprobado con el libro editado por el Centro de
Estudios Ledo del Pozo. Memoria Gráfica
de la Fiesta. Siglo XX. Pero seguro que habrá muchas más que darían para
editar otro libro. Y es que desde el comienzo y uso de la fotografía han transcurrido
ya muchos años. Técnicamente se ha pasado por distintas etapas hasta llegar a
la actualidad en que el mundo digital lo domina y actualiza rápidamente todo.
Las fotos antiguas
agradan más a las personas de edad, que vivieron y convivieron de forma
distinta en ese pasado, que nos muestran las imágenes. Personalmente me ocurre
lo mismo. Repasando mis archivos de negativos, o fotos en papel, me sorprendo y
admiro más aquellas que son de hace ya muchos años, como las que publico
hoy aquí. Son fotografías realizadas por mí y reveladas y ampliadas en el
laboratorio del Instituto, después de vivir, de forma más participativa, diversos
momentos de la fiesta.
Fotos de la zona del
nuevo Toril momentos antes de la salida
del Enmaromado. En una de ellas el toril rodeado de gente, esperando la salida del toro. Y en la otra colgado sobre una cuerda un muñeco vestido de torero, colocado allí para dar la bienvenida al toro, cuando salga. En el centro de esta foto vemos, con sombrero, a PedroTorres Arenas, ya fallecido, pero que, como benaventano de pura cepa, vivía intensamente la fiesta.
El toril y su entorno lleno de gente. |
Pedro Torres Arenas, con sombrero, en el centro de la foto. |
En las siguientes se ve
la plaza de la iglesia de Santa María del Azogue y sus alrededores. Sobre estas
tengo que decir lo siguiente: El párroco D. Leovigildo permitía, por entonces, ahora
ya no, subir a la torre a algunas personas, para ver el espectáculo desde las
ventanas, como se ve en las imágenes. Desde la altura saqué algunas fotos de toda la
plaza.
Desde las ventanas de la torre vimos toda la plaza. |
Algunos se subían a la ventanas exteriores de la iglesia. |
Otros se colocaban sobre las piedras de la puerta del oeste. |
Por otra parte, durante
el recorrido del toro, algunos jóvenes y no tan jóvenes se subían
a las ventanas y puertas de la iglesia, lo que producía mala impresión, aparte
de contribuir algo al deterioro del edificio artístico más importante de la ciudad. Pero, por las quejas del
párroco y de algunas personas amigas y amantes del patrimonio, se consiguió que,
por parte del Ayuntamiento, se prohibiese subir y desde entonces ya no se hace. Una
buena idea, aceptada por todos. Así se podía hacer también en la actualidad, en
momentos y lugares en los que, durante la celebración de algunos actos en esta fiesta, es evidente, y frecuente, el daño y las molestias reiteradas a vecinos, e incluso en las calles y plazas. Es injusto y desacertado pensar, o decir, por parte de quien sea, que, por ser fiesta, todo vale, y hay que soportarlo todo, incluso hasta lo prohibido, o no permiitido, en un día normal.
Otras fotos son de la
Plaza de la Madera, uno de los lugares más concurridos y fotografiados porque en
ella está la primera argolla del recorrido. Los edificios han cambiado desde
entonces.
Toro en la argolla de la Plaza de la Madera. |
Algunos edificios de la plaza se estaban construyendo. |
Otra vista de la plaza con el toro enargollado. |
También vemos algunas
imágenes de la plaza de San Martín, plaza llena de banderitas y con un aspecto
distinto al actual. Aquí estamos
agarrados a la maroma, pero lejos del toro.
En la Plaza de San Martín, agarrados a la maroma. |
Y otras fotos, tambien de aquellos años, más cerca
ya del matadero y con otros protagonistas.
Eran otros tiempos y otros años, nada menos que en la década de 1970, a partir de 1971, año en el que yo llegué a Benavente. Las hice desde diversos lugares, estas y otras que publicaré en breve. Aunque ya han pasado casi 40 años las vivencias eran algo distintas, lo mismo que los lugares y las gentes. Pero con el paso de los años toda ha cambiado, ojalá que sea para mejor.