Hace unos días vi el
tronco de este árbol revestido, y tejido, con lanas
de colores, que se encuentra en el parque del barrio de Santa Clara, y me ha
llamado la atención, como me imagino la habrá llamado a todas aquellas personas
que lo hayan visto, y que sean amantes de este tipo de arte urbano, (urban knitting), de moda y muy conocido ya en algunas ciudades y países y con el que personas aficionadas decoran objetos o espacios públicos con labores de punto y ganchillo. Y también a personas admiradoras y amantes de los adornos, pinturas,
y todo aquello que contribuya a decorar la calle, muros y mobiliario del espacio
urbano en el que vivimos, convivimos y por el que pasamos y paseamos. Se tratan de adornar y decorar, no de ensuciar o manchar y deteriorar.
Enseguida me acordé de
la Exposición que durante las fiestas de San Pedro visitamos en Zamora,
concretamente en sala de Exposiciones de
la Biblioteca Pública. Se titulaba El Arte Pisa la Calle, en la cual varios jóvenes mostraban sus ideas e
inspiraciones utilizando las calles de
Zamora, como el mejor lienzo para dar a conocer sus inquietudes artísticas,
embelleciendo el casco urbano dando color y conocer así a los distintos barrios
y sirviéndose de versos de poetas de la ciudad. Se trata de recuperar de este
modo la calle como lugar de encuentro, vitalidad y cultura. Así decía el
programa de la Exposición.
Pudimos ver abundantes
fotografías de las numerosas actividades realizadas por jóvenes artistas en
calles, plazas, escaleras, fuentes y otros lugares de la ciudad. Jóvenes
respetuosos como no podía ser menos, con la naturaleza y el medio ambiente, que
para nada resultan dañados por este tipo de actividad artística.
También había algunas
esculturas de madera o cartón que, de forma pasajera, contribuían al fin
propuesto, el añadir una novedad a los lugares que vecinos y forasteros
frecuentan diariamente, parques, paseos, etc. Un arte pasajero, pero que puede enriquecer y dar sentido a la vida de
los ciudadanos.
No faltaban tampoco los
versos de poetas zamoranos, con bellas palabras que invitaban a la reflexión y
producían los más diversos sentimientos.
Tiene esto de
particular que sus autores son jóvenes, interesados por el arte y el respeto a
todo lo que les rodea. Jóvenes inquietos, creativos, respetuosos y libres. Por
cierto que cada vez son más los que optan por este tipo de actividad, por lo
que vemos que ocurre en otras ciudades y pueblos.
En una vitrina se
exponían también algunos libros de los muchos que se ha editado sobre estos
temas: Grafitis, Arte en la Calle, etc.
Esta exposición me ha
recordado los abundantes grafitis y otro tipo de arte callejero, que decoran
algunas calles del barrio del Oeste de Salamanca, sobre lo que ya he escrito en
otra ocasión. Un barrio cuyos edificios, casi todos, en su planta baja, estaban
llenos de suciedad y pintadas desagradables, pero que, poco a poco, se está
convirtiendo en un museo de calle, al aire libre. Lo pueden comprobar quienes
se acerquen por dicho lugar.
Y todo ello, gracias a
la iniciativa e interés de una Asociación existente en el barrio y, sobre todo,
a los jóvenes artistas que han colaborado y siguen colaborando en la idea de
acercar el arte a la calle con sus pinturas-grafitis, de gran variedad y
belleza, y también con otro tipo de
adornos. De un año a otro van en aumento las pinturas con el agrado de
los vecinos y también de los muchos visitantes forasteros que se acercan al
barrio.
Las imágenes siguientes corresponden a los grafitis-pinturas realizadas últimamente, desde hace pocos meses.
También se ven con frecuencia en la calle útiles y objetos revestidos con lanas de diversos colores según la nueva técnica de este arte urbano, urban knitting, a la que me he referido con anterioridad.