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Marcelina con una fiambrera en sus manos. |
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Pared en la que se encuentran casi todos los objetos. |
Ayer me acerqué a
Quintanilla de Urz, para ver y conocer la colección etnográfica de Marcelina
Cordero, de la cual tuve noticia en días anteriores. Me acompañó José Luis
Zanfaño, que fue viajante durante toda su vida laboral y por ello gran
conocedor del paisaje y del paisanaje de estas tierras de las provincias
de Zamora y también de León, cercanas a
Benavente. Ahora, como viajero, recuerda todo con agrado, y se congratula de
ver y saludar a muchas personas que conoció en tiempos pasados. Y de lo que han
hecho o conseguido a lo largo de los años.
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José Luis Zanfaño hablando con Marcelina Cordero. |
Es el caso de Marcelina
Cordero que, por afición o vocación, ha logrado reunir en su casa, a lo largo
de muchos años, objetos y útiles agrícolas y domésticos del pasado. Algunos
procedentes de su propia casa, utilizados en la carpintería y en los trabajos del
campo. Otros donados por amigos y vecinos, que conocían su afición. Y algunos
incluso que ella encontró por distintos lugares y los recogió. “Siempre me han gustado las cosas antiguas
y también las tradiciones, costumbres y forma de vida en el pasado. De ahí el
querer tenerlo todo cerca de mí, para contemplarlo y recordarlo.
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Grupo de objetos que más destacan en la pared del portalón. |
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Romana, pero de libras, según dice Marcelina. |
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Varios potes de hierro antiguos colgados del techo. |
Hay que reconocer, como
dice Marcelina, que solamente las personas que sienten ese respeto, afición, admiración
y valoración, por el pasado, pueden dedicar un tiempo de su vida a reunir
objetos. Y lo mismo para a nivel municipal. Hay Ayuntamientos en los que se da
valor a todo esto, y se consigue disponer de un local público, como museo, para
ello. De hecho son muchos los pueblos que ya lo tienen y Quintanilla no tardará
en tenerlo, si los vecinos lo quieren. Seguro que para ello cuentan con Marcelina, y otras personas,
que tendrán algo nuevo que enseñar y mostrar a los demás. Y ojalá
que en Benavente, centro comarcal, se decidan pronto a organizar o preparar un
museo local en el que lo etnográfico ocupe un lugar destacado. El éxito será seguro y no faltarán visitantes, pues son muchas las personas que disfrutan
viendo este tipo de objetos.
Aunque está jubilada y
con casi ya 90 años, tiene una gran capacidad para el discurso y los
comentarios, hasta el punto de recordarnos cuál es el origen de casi todos los
objetos o útiles de su colección, y que decoran la pared del portalón de la
casa en donde vive.
Miren ahí están los
yugos de vacas y de mulas, distintos según sean para las tierras o para las
viñas, y ahí pueden ver al lado algunas herramientas del carpintero, dice ella.
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Yugos de vacas y de mulas de diverso tamaño y otros objetos. |
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Mazos, martillos y cencerras. |
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Su colección de llaves. |
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Y variedad de clavos. |
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Candil y molinillo de café. |
También vemos antiguas
y buenas piezas de cerámica, algunas procedentes de Jiménez de Jamúz, otras de
Pereruela y algunas de lugares más lejanos.
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Platos de cerámica antigua. |
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Jarra también de mucha antigüedad. |
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Cazuelas de Pereruela sobre una antigua arca. |
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Ollas y otras piezas de cerámica de Jimenez de Jamuz. |
Ocurre que personas
como Marcelina, aficionadas a este tipo de cosas, se preocupan y han tenido
siempre interés por aprender algo más. Para ello han asistido o asisten a cursos
de manualidades, decoración, pintura, etc., organizados por el Ayuntamiento de
la localidad. Fruto de estos cursos y aprendizaje son los cuadros de pinturas al
óleo que tiene también en la pared, las calabazas decoradas, o pintadas también
con motivos diversos, etc. Todo ello contribuye a que su colección etnográfica,
o pequeño museo, se complete con estas otras obras u objetos que últimamente
Marcelina ha realizado por afición y también, como no, para su propia
satisfacción.
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Calabazas pintadas con variadas formas y colores. |
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Cuadros confeccionados con pajas. |
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Algunas de las pinturas hechas por Marcelina. |