Sixto trabajando en una de sus pequeñas máquinas. |
Es
natural de Coomonte de la Vega y allí ha vivido y trabajado siempre, excepto
cuando tuvo que irse para cumplir el servicio militar, y tres meses que estuvo
en Benavente trabajando en la fragua de Francisco Calvete, en donde aprendió
algo del oficio de herrero. Bueno, también lo aprendió, según me dice, con el
herrero de su pueblo, Ángel Rubio, de quien heredó la herrería.
Alternó
este oficio con el de carpintero. Y es que fueron tantas las llantas que hizo y
otras piezas de hierro para los carros, que terminó dedicándose también a la
madera. La verdad es que ambos, carpintero y herrero, eran ejercidos muchas
veces por la misma persona, o los dos solían tener mucha relación por
necesitarse mutuamente en el trabajo.
Empezó
por su cuenta, a los 23 años, como herrero y herrador del pueblo, y así estuvo
durante 8 años. Pero llegó un momento en el que era difícil vivir solamente de
ello y decidió dedicarse a cultivar las fincas de su propiedad. Por lo tanto, a
los oficios citados hay que añadir el de
agricultor, como sus antepasados y familiares.
Sus hijos
trabajan ya fuera del pueblo y aunque le ayudaron en la herrería y en las
tareas del campo, ninguno de ellos decidió dedicarse plenamente a estas labores.
Me habla de un nieto, que tiene afición, pues ya hace de soldador y otros
trabajos con el hierro.
Sixto
tiene, desde que se jubiló, a los 65 años, se dedica a hacer máquinas,
herramientas y otros objetos en miniatura, relacionados con la agricultura y con
la vida en el campo. Y las hace de hierro, como buen herrero, aunque también
utilice la madera, pues como hemos dicho también se le daba bien lo de
carpintero.
Varios tipos de arados en miniatura. |
Antigua máquina de segar cereales, junto a otras herramientas para la agricultura. |
De
hecho, en el camino hacia Alija del Infantado, en una nave de su propiedad,
conserva la fragua en buen estado y tiene también allí el banco de carpintero
con el gato, y una mesa metálica con tornillo y otros artilugios, que le sirven
también para trabajar en sus miniaturas. Cuando lo veo, estaba haciendo fuelles
de no más de 8 o 10 cm. cada uno. Antes tuvo su taller en las calles La Fragua
y La Bodegas y en una caseta junto a la ermita de San Marcos.
Ni
que decir tiene que los materiales que utiliza son fundamentalmente el hierro y
la madera. El primero lo obtiene de chapas y otros restos, de diverso grosor,
que le proporcionan algunos amigos que tienen talleres metálicos en el pueblo,
o en Benavente. No necesita grandes piezas, sino que se arregla con los restos
de piezas o de chapas, casi siempre de desecho, que él reduce con sus
herramientas y manipula con sus manos artesanas, hasta conseguir sus
miniaturas.
Sobre una mesa gran parte de las máquinas y herramientas que ha realizado. |
La
madera que más utiliza es la de haya. La conoce muy bien y la recoge de piezas
de muebles antiguos, que se han deteriorado o de tablas que la gente le
proporciona. Con poca tiene bastante para muchas máquinas, pues las piezas que
usa son muy pequeñas. También se sirve de la madera del nogal y de la encina.
Mientras más dura sea, mejor para lo que él hace.
Y
luego usa tirafondos, tornillos, puntas y a veces algún alambre.
Herramientas
no muchas. El taladro, la sierra de hierro y la lima son imprescindibles
para él. Tiene otras, pero prácticamente no las utiliza. Hablando de
herramientas aprovecha para contarme cómo hace los engranes. Por pequeños que
sean, se sirve solamente de la sierra, la lima y el compás. En una ocasión dice
que se pasó un montón de horas con unos, hasta que le salieron bien. Y es que
una de las cosas más originales y admiradas de las máquinas de Sixto es su
movilidad, su funcionamiento, lo mismo que si fuesen de verdad. En esto,
los engranes juegan un papel fundamental.
Nadie
le ha dicho cómo se hacen estas cosas, o como dice él, -estas tonterías que
me dio por hacer desde que me jubilé. Le digo que de tonterías nada, pues
hay que saber hacerlas. Prueba de ello es que no son tantos los que las hacen y
menos con tanta perfección. Veo que tiene por allí un grueso libro en el que se
habla sobre útiles y máquinas del agricultor y que tiene fotos y dibujos de las
mismas. Es de suponer que algo de ayuda le habrá aportado. Además siempre
trabaja con modelos reales que tiene delante, incluso a veces trae al taller
algún arado, carro o máquina para que, teniéndolo cerca, le salga mejor su
miniatura. Algunos de los originales se hicieron en Benavente, como la máquina
de limpiar, que se fabricaba en los talleres Francisco Cadenas, existentes en
dicha ciudad. Otras veces se desplaza a algún lugar para ver la pieza que va a
hacer, y allí, a su modo, hace un dibujo que le ayuda a la hora de la
reproducción. No le gusta hacer fotos, pues, según él, en ellas no se ven con
claridad los detalles.
Su
conocimiento de la agricultura y su experiencia serían suficientes, pero no se
fía, es muy perfeccionista, quiere servirse del modelo, para que todo le quede
bien.
Ya
hemos dicho que lo más original y novedoso de sus arados, máquinas y demás
piezas en miniatura es la movilidad, se mueven todos del mismo modo que lo
hacen los originales. Se ha propuesto hacerlo así, aunque le cueste más
tiempo, sobre todo en la preparación de los engranes.
En unas mesas
del desván de su casa tiene su colección de miniaturas entre las que queremos
destacar principalmente las piezas de hierro: gran variedad de arados de
viñas y de tierras, grada de discos, máquina para sacar remolacha, sembradora
de abonos, rodillo, rastro de apañar alfalfa, etc. En otros objetos ha
tenido que utilizar también madera: máquinas de segar y de limpiar, torno,
banco de carpintero, varios carros, etc. Y otros muchos relacionados con la
agricultura y el trabajo de la huerta: maquinaria para el cultivo y
recolección del lino, norias, cigüeñales, etc
A Sixto le
gusta contemplar su obra de vez en cuando. Tampoco le desagrada que otros la
conozcan. Ya la han visto en Coomonte, su pueblo, en Alcubilla de Nogales y
hace unos años, durante la celebración de la Femag (Feria de Maquinaria
Agrícola) estuvo expuesta en Benavente, en el mismo recinto ferial. No tiene
inconveniente en participar en una exposición colectiva con otros miniaturistas
de Los Valles.
Sixto pertenece a ese grupo de jubilados que
hay en Castilla y León que optan por seguir trabajando en cosas parecidas a lo
que siempre hicieron, aunque sea a tamaño reducido, y para su satisfacción
personal, no para la venta. Respecto a
esto dice que jamás venderá una de sus máquinas, pues son muchas horas y mucha
dedicación a cada una de ellas, y las valora enormemente. Ha preferido esto a
los viajes, balnearios u otras actividades que, como jubilado se le ofrecen.
Con esto se entretiene y disfruta de ello, junto con su familia. Al hacer lo
que hace, nos da muestras de gran talento y de estar en plena actividad mental
y manual.
En
Coomonte de la Vega he conocido otras personas, también jubiladas, algunas ya
fallecidas, que trabajan la madera, como Alfredo García, Romualdo Mayo, Antonio
el zapatero y Evencio, que hacen principalmente bastones, aunque éste último se
dedica más a las esculturas, entre las que tiene algunas de gran tamaño. Queremos recordarlos
a todos en la persona de su paisano Sixto Rodríguez, el herrero de las
miniaturas.