Se dice que todas las
comparaciones son odiosas, pero a veces son necesarias, pues con ello se
recuerda, e incluso se puede aprender algo nuevo en relación con el pasado,
como puede ocurrir en este caso.
Hace días se celebraron en
Benavente las Fiestas de la Virgen de la Vega, aquí conocida como Veguilla,
fiesta considerada tradicional por muchas personas. Y tienen su razón a juzgar por su antigüedad
manifiesta, con documentos que lo acreditan, y también por algunos de los
actos, no todos, que durante estos días se celebran. A la Virgen de la Vega se
la tiene por patrona de la ciudad y son varios los actos religiosos a ella
dedicados y que, según el programa de 1930, no varían mucho en lo fundamental, respecto
al momento actual. No han faltado el Tríduo ni la misa solemne y el sermón, ni
la procesión con la imagen. Tampoco el
desfile cívico de autoridades y acompañantes hasta el Ayuntamiento, ni la Plaza
Mayor llena de gente, ni el discurso del Sr. Alcalde concediendo el toro a las
personas que llenaban la plaza y lo pedían con insistencia. En 1930, cuya copia
del programa adjuntamos, eran cuatro los días de fiesta, pero destacaba el día grande por la Diana Floreada, al
amanecer, a cargo de la Banda Municipal, el reparto del Pan de la Veguilla y
por supuesto la petición y concesión del toro en la Plaza Mayor, todo ello con
sabor tradicional. Algunos de estos actos se siguen celebrando en la
actualidad.
Programa de la Fiesta en el año 1930 |
Pero es evidente que, con el paso
del tiempo, a lo que llamamos tradicional, o goza de esta categoría, si no se le presta la debida
atención, se desvirtúa y pierde su sentido. En este caso, respecto a la
Veguilla, el pasado y la tradición se siguen respetando, en gran parte, al
menos en los actos religiosos: Hay un Tríduo los días anteriores, misa y sermón
con solemnidad en el día más importante, y por supuesto que también la
procesión con la imagen por algunas calles, incluido su paso por la Plaza
Mayor. A la Virgen la llevaban en sus andas y acompañaban los benaventanos. Ahora son las peñas. Representantes de estas están
presentes en algunos actos y con sus trajes, banderas y banderines, dan cierto
colorido a la fiesta. También asisten a la misa y a la procesión las autoridades
religiosas y civiles locales, algunas provinciales y muchas personas devotas de
la ciudad.
En este día se reparte el Pan de
la Veguilla, que lleva impresa la imagen de la Virgen y que muchos acuden a recogerlo desde primeras horas de la
mañana. Un acto tradicional que no se ha abandonado, sino que va a más cada
año, porque los benaventanos quieren que sea así.
Pero lo más llamativo, tal vez,
de esta fiesta es la petición multitudinaria del toro enmaromado en la Plaza
Mayor. En esto sí que se notan cambios, a
juzgar por las fotografías de los años 50 o 60 y otras, que podemos ver aquí, algunas de
las cuales hace que nos detengamos a pensar y recordar.
En
primer lugar por tradición era un solo toro lo que se pedía en principio,
aunque después se introdujo lo del torito del alba. Pero ahora se concede no uno sino dos o tres, y además suele haber vacas,
encierros de novillos, toros de cajón, toros de fuego, caretones y otros juegos o
entretenimientos, con toro o sin él, dirigidos
niños y mayores, con vista a cierto aprendizaje. He aquí algunas fotos antiguas
relacionadas con la petición y concesión del toro. (Archivo CEB “Ledo del
Pozo” y Grupo: No etres de Benavente si...).
En la foto anterior se ven
tres pancartas dos de la misma peña, o grupos de aficionados que se juntaban
para celebrar la fiesta. Aún no había llegado el apogeo de las peñas. Hay mucha gente en la plaza, algunos con traje y corbata,
se nota que era fiesta. Es curioso, pero niños, jóvenes y mayores ocupan el
centro de la plaza con respeto y atención.Al tratarse de fotos en blanco y
negro todo se nos muestra muy distinto.
En esta otra fotografía es curiosa la pancarta, algo parecido a un
toro pintado y bajo su cabeza un mozo en el suelo. Toro en Benavente y Toro,
toro y toro son las palabras que se siguen repitiendo constantemente, también hoy. Hay personas también de todas las edades, muchas de ellas bien vestidas y aseadas, con su mirada hacia
el balcón del Ayuntamiento, de donde procederá el sí al toro, por parte del
Sr.Alcalde. Una nueva pancarta que dice: Los de Liska piden toro, y el dibujo del
motor al lado…
Aquí nos llama la atención
la cantidad de hombres con corbata, incluso muchos niños y jóvenes. Y mujeres
bien peinadas, algunas incluso con collares y joyas. Era fiesta tradicional e
importante en la ciudad. Algunos cubren su cabeza con boinas, viseras, y
sombreros…
En esta son curiosas las dos pancartas que se ven. Son de una
peña o grupo que dicen: La Peña la Grasa pide toro, y con pintura o dibujos del toro y
de su carrera. En el centro de la plaza un espacio ajardinado respetado por todos.
La plaza está llena de gente de todas
las edades, cosa impensable en la actualidad.
Década de 1970. |
Esta foto es más actual, de los años
70. Era cuando en el centro de la plaza había un jardín con una palmera, a cuyo
alrededor de colocaban para pedir el todo, pero después de pedirlo allí seguía
la palmera. Todos miran al Ayuntamiento a la espera de alguna noticia.
Podemos ver también otras fotos antiguas de esta fiesta de la Veguilla y que figuran en el libro El Toro Enmaromado de Benavente. Memoria Gráfica de la Fiesta (siglo XX), cuya coordinación corrió a cargo de Alejandro Flórez.
Podemos ver también otras fotos antiguas de esta fiesta de la Veguilla y que figuran en el libro El Toro Enmaromado de Benavente. Memoria Gráfica de la Fiesta (siglo XX), cuya coordinación corrió a cargo de Alejandro Flórez.
Petición del Toro el día de la Veguilla. Año 1961. |
Detalle de la fachada del Ayuntamiento durante la petición del Toro. Año 1960 |
Grupo de personas con gran pancarta, pidiendo el Toro. Años 60. |
Vista de la Plaza Mayor durante la petición del Toro. Años 60. |
Petición del Toro, año 1973. En primer término la Banda de Música. |
Pidiendo el Toro, años 60. |
Después de ver estas fotografías,
si las comparamos con la actualidad, advertiremos algunos cambios. Tal vez sean ahora más las
personas que asisten a la petición del toro, muchos de ellos pertenecientes a
las peñas oficiales y no oficiales que existen. Esto hace que el colorido y aspecto
general sea más llamativo: Diversidad de trajes, banderas, estandartes,
pancartas y otros objetos que contribuyen a ello. Pero poco a poco, desde hace
unos años son los jóvenes quienes están ocupando el centro de la plaza, o gran
parte de su espacio, pues debido al jolgorio, griterío y algarabía que preparan,
los niños de corta edad y muchas otras personas se refugian en los alrededores de
la Plaza, o se quedan en los soportales, para desde allí contemplar el
espectáculo. Y cuando, en medio de los gritos,
voces, músicas ruidosas y otros efectos, se oye la voz del Sr. Alcalde concediendo no un toro, sino dos
toritos más para los días de las fiestas, todos los presentes aplauden y se
congratulan, coreando también la palabra toro, toro, toro…(Las imágenes siguientes corresponden a la fiesta a partir del año 2010)
Pero la juventud presente en el
centro de la plaza, se desborda gritando aún con más fuerza toro, toro, toro,
al tiempo que saltan, bailan y lanzan al aire las botellas, botellines y
botellones cargados con distintas bebidas que consumen
continuamente. Hay incluso imágenes en las que se ve como si manasen fuentes de
aguas de colores sobre sus cabezas. Y es que algunos desaprensivos tiran los
líquidos sobre quienes les rodean, y que también caerán sobre el
pavimento de la plaza. De ahí que, al finalizar el acto, la plaza esté llena de
plásticos y de dichos líquidos.
Algunos forasteros se van de la
plaza sorprendidos, no precisamente por lo de la petición del toro, que no ha ido mal, sino por el final del
acto con tanto ruido y sobre todo por las muchas botellas, botellines y
botellones, de plástico, que han visto volar por encima de las personas que se
encontraban en el lugar.
Y lo curioso del caso es que,
tras la algarabía y ruido en la plaza, con botellas y vasos, la fiesta continúa en
otras calles de la ciudad durante el resto de la mañana y parte de la tarde,
con las mismas consecuencias y resultados. Todo esto no sucedía antes.
Para muchos a este espectáculo no
se le puede llamar tradición por mucho que en algunos medios de información se
haya escrito sobre la Veguilla como una fiesta muy tradicional, declarada
incluso de Interés Turístico Regional. Ojalá que siga siendo considerada así, pero
que no se olviden los organizadores de lo que implica y exige el respeto a la
tradición y al legado que los antepasados han querido dejar y ofrecer a sus
descendientes. Las fotos antiguas les pueden servir de testimonio. Y aunque los
tiempos hayan cambiado e incluso la forma de divertirse, lo tradicional tiene
otras exigencias, de lo contrario no lo podemos denominar así, para no
apartarse demasiado de sus raíces y del pasado.