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Crucero y torre del Santuario ayer Martes Santo del 2015, al atardecer. |
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Parte de atrás del interior del templo. Al fondo, Monumento de Semana Santa. |
A partir del Jueves
Santo y hasta el Domingo de Resurrección se puede ver en el Santuario de Ntra.
Sra. del Campo el monumento de Semana Santa utilizado, antiguamente y durante
muchos años, en la iglesia de Rosinos de Vidriales. Se trata de un grupo de sargas en las que se
representa, como motivo principal, la Santa Cena y también varias escenas de la
Pasión. Es una novedad y también una sorpresa
para los amantes del Patrimonio y
de las tradiciones populares, en este caso religiosas, el poder ver y admirar,
una vez más, algo muy popular, distinto a las procesiones y demás actos semana-santeros,
como es este monumento que se colocaba para la celebración y exaltación de la
Eucaristía el día del Jueves Santo. En casi todos los pueblos existía y se
esmeraban en colocarlo hasta el punto de competir entre ellos para que destacase
y conseguir que el suyo fuese el mejor.
El paso del tiempo, el progreso y la modernidad, unido todo ello al
abandono rural de la gente y la disminución de la práctica religiosa, hizo que
lo del monumento, como otras cosas, se fuese olvidando, relegando y
abandonando. Pero las tablas o telas no desaparecieron todas ni del todo, pues,
de vez en cuando, sacerdotes inquietos, amantes y entregados a su oficio,
descubren en los trasteros o cajoneras de las sacristías de sus iglesias obras de este tipo
muy dignas ser expuestas para que puedan ser vistas y admiradas por todos.
En este caso ha sido,
de nuevo, D. Miguel, el sacerdote encargado de Rosinos de Vidriales y de otros
muchos pueblos de la zona quien ha contado con la ayuda de algunos feligreses
inquietos y atentos a estos temas, como Joaquín Pérez, el albañil del Valle, y
que en su blog el Ti Joaquín ya ha escrito sobre ello.
D. Miguel descubrió las
telas enrolladas en el trastero de la iglesia de Rosinos. Y prefirió
desenrollarlas, limpiarlas y exponerlas, antes que dejarlas en el lugar en que
estaban, expuestas al deterioro y la destrucción o desaparición total. Sabe muy
bien D. Miguel que también en la iglesia se abandonan muchas cosas artísticas que
en el pasado ayudaban en la enseñanza y catequización de los fieles. Y también
sabe que lo que él hace es del agrado de muchas otras personas, aunque algunas
sean menos sensibles al hecho religioso, pero que valoran y admiran mejor que
nadie el patrimonio. Todos estos deben pasar uno de estos días por el Santuario
y ver el monumento de la Semana Santa.
En este caso se conoce
hasta quien fue su autor y la fecha en que se hizo, según consta en la parte inferior
de una de las pinturas: Inventó y pintó
este monumento José Silva, siendo cura párroco Don José Antón Cabrera. Año de
1884. Por el tipo de pintura, la expresión de los rostros de los apóstoles
y de las mismas escenas de la Pasión, podemos afirmar que tal vez sea el mismo
artista que pintó las telas del monumento que colocan también desde hace años
en la iglesia de Fuente Encalada y sobre el que el pasado año publique un
reportaje en este blog.
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Telas enrolladas en el trastero de la iglesia de Rosinos. (Foto: Joaquín Pérez) |
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El Monumento. |
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Imagen más próxima del Monumento. |
Como he dicho
anteriormente la escena central es la Santa Cena, Jesús en torno a la mesa con
sus apóstoles. En este caso, sobre la pintura de alguno de ellos, vemos las
iniciales de su nombre. Sus rostros expectantes ante lo que va a ocurrir en ese momento, cuando Jesús tiene
ya el pan en sus manos, y los platos y el cáliz esperan. Son muchos los
detalles a contemplar, y que seguramente serán vistos y reconocidos por todos:
San Pedro y San Juan a los lados de Jesús; las miradas de cada uno de ellos, y
sobre todo la de Judas que suele destacar entre todas las pinturas de la Santa
Cena, pensando en su traición; los colores variados de túnicas y mantos, etc.
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La Santa Cena. Jesús rodeado de sus apóstoles. |
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Detalle de la S. Cena. Jesús con San Pedro y San Juan. |
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En la parte de abajo vemos parte del rostro y la mirada de Judas. |
En el monumento, en su
parte central, no puede faltar el sagrario en el que, el día de Jueves Santo,
al finalizar los oficios, se coloca el copón con las hostias consagradas, y
allí estará hasta después del Viernes Santo, cuando en los oficios de la tarde
se recuerda y conmemora la muerte de Cristo. En esta ocasión es un
Pelícano-Sagrario, ave símbolo de Cristo,
y de la Eucaristía como alimento
espiritual. Pelícano que, según vemos, se nos muestra dando de comer a sus
polluelos, lo cual es más significativo aún.
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Sagrario-Pelícano sobre el altar ya preparado. Pertenece a la iglesia de Rosinos. |
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Pelícano-Sagrario-dando de comer a sus polluelos. |
Aunque la Eucaristía es
el tema central del monumento no hay que olvidar que después de su celebración
dio comienzo la Pasión de Cristo, tema éste objeto del resto de las sargas. Y
vemos pintadas las escenas de la Oración del Huerto, los Azotes, una de caída de Jesús con la Cruz a Cuestas camino del
Calvario y María, en su Soledad. Y todo ello con variedad de colores, vivos y
llamativos. No es de extrañar que el autor, popular o no popular, fuese un
verdadero artista, capaz de acercarse, e incluso llegar, a los sentimientos de
aquellos que iban a contemplar su obra.
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La Oración del Huerto. |
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Detalles de la Oración del Huerto. |
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Jesús atado a la columna es azotado por un sayón. |
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Detalle de la escena de los azotes. |
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Jesús en su primera caida con la Cruz a cuestas. |
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Detalle del rostro de Jesús con la Cruz. |
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La Virgen afligida al ver a Jesús con la Cruz. |
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El rostro y la mirada de María. |
No me queda más que
invitar una vez más a los amigos del Patrimonio Popular a que visiten estos días el Santuario,
situado en uno de los lugares más destacados e importantes del Valle de Vidriales.
Allí, en la parte de atrás del templo, podrán ver el antiguo monumento de
Semana Santa de la iglesia de Rosinos de Vidriales. Una antigua tradición
popular religiosa para estos días, olvidada desde hace ya tiempo, y que nos servirá
para recordar el pasado con sus vivencias y costumbres.
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Santuario y castro de San Pedro de la Viña en el atardecer del Martes Santo. |