martes, 30 de agosto de 2011

No todo cabe en la Plaza Mayor de Salamanca

Parte de la fachada de las antiguas Casas Consistoriales, en la actualidad también Ayuntamiento.
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Una esquina de la Plaza con las terrazas de verano.
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Soportales y Plaza en un día del pasado mes de Julio.
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Concierto en uno de los días de la celebración de la Feria del Libro de este año 2011.
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Exposición de coches antiguos en el recinto de la Plaza Mayor.
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Grúa, varios coches y caravanas el día de la etapa contrarreloj de la Vuelta Ciclista a España.
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Las instalaciones impedían ver las distintas fachadas, arcos y elementos decorativos de la Plaza.
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Había otros objetos con altura, en los que predominaba el color rojo.
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Más de la mitad de la Plaza estaba ocupada por camiones, caravanas y demás infraestructuras necesarias en un acontecimiento de este tipo, que necesita amplios espacios.
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Ayer, día 29 de agosto, Salamanca fue sede de una etapa contrarreloj de la Vuelta Ciclista a España. La salida, en un día soleado, se realizó a la orilla del Tormes y, los ciclistas, después de recorrer 47 kilómetros por carreteras y pueblos próximos a la ciudad, llegaban a la Plaza Mayor, en la que se había instalado con anterioridad toda la infraestructura necesaria para dicho evento.
Es verdad que en Salamanca todo confluye en la Plaza y que es el centro neurálgico de la ciudad, lugar al que todos van, o por el que todos pasan. Pero ayer no fue su día. Quienes pensaron que con ello se promocionaba dicho lugar se equivocaron.
Me imagino que así pensarán los forasteros o visitantes que llegan por un día. Y es que la Plaza se encontraba oculta entre grúas, alguna de 69 metros, grandes camiones, caravanas, furgonetas pregoneras, tiendas especializadas en el tema, coches y más coches, etc. y hasta una gran pantalla de televisión que contribuía también al ocultamiento.
Porque el problema era ese, que sus antiguas fachadas la de Pretineros, la Consistorial y la de san Martín estaban invisibles, como se ve en las imágenes. Tan sólo quedaba libre parte del espacio delante del pabellón real, a donde llegaban los corredores y en donde desde una gran tribuna se dieron los premios y trofeos. Desde este mismo lugar las cámaras de televisión mostraban lo poco que podían de esta maravilla arquitectónica y artística. Y las imágenes que más y mejor se vieron fueron las de este pabellón. Las cámaras se entretuvieron en mostrar, como pudieron, algunos balcones (la plaza tiene 247), arcos, escudos y demás decoración. También se acercaron a un medallón, de los 42 que hay labrados en el ágora, dedicados a reyes, artistas, literatos, conquistadores, etc. Nos llamó la atención que fuese precisamente el del general Franco. Tal vez porque era el que las cámaras tenían más cerca o más a mano. No dudamos de que quienes prepararon o realizaron el guión disponían de información suficiente y detallada sobre el lugar.
Aunque de otros edificios artísticos, conventos, iglesias, plazas y calles de la ciudad sí se pudieron ver imágenes, la celebración quedó en cierto modo afeada por lo ocurrido en su Plaza Mayor. Ojalá que, en otra ocasión, quienes se encargan de proteger y promover el patrimonio se lo piensen mejor, y en lugar de hacer la meta y el final allí, lo hagan en un lugar más amplio y espacio abierto para que los salmantinos lo vean mejor y a los forasteros o turistas no se les impida ver, admirar y disfrutar de la Plaza, lugar al que todos van, o por el que todos pasan.
En la Plaza Mayor caben muchas cosas y, de hecho, se realizan muchas actividades: ferias del libro u otras, teatro, exposiciones, conciertos, reuniones y hasta algunas manifestaciones. Y es que, dada su amplitud (4.500 metros cuadrados), apenas se notan, pues dichos actos no ocultan sus bellas fachadas, ni sus arcos o decoraciones. Esto no ha ocurrido en este caso, colocando en ella la meta o el final de una etapa de la vuelta a España. Cosa muy distinta sería el que todos los corredores, al ser contrarreloj, uno a uno, pasasen por ella, como por otras calles o plazas de la ciudad, aunque tampoco hubiera estado mal si pasasen como lo hacen en una etapa cualquiera de la Vuelta.