----------------------------------------
Solamente quedan ya los postes con el nuevo transformador.
-----------------------------------------
Hace unos días he viajado al Valle de Vidriales. Hacía ya bastante tiempo que no pasaba ni visitaba algunos de sus pueblos, concretamente Congosta y Ayoó. He comprobado que los meses de invierno no son los mejores para ello, pues, al mal tiempo existente, se une la soledad, y a veces abandono, que la falta de población está ocasionando en gran parte de las localidades. Sin duda alguna la primavera y el verano son las mejores estaciones para disfrutar de los paisajes, de los pueblos, y también de las personas que viven en ellos.
A pesar de todo llegué hasta Congosta, allí donde nace o se forma el arroyo Almucera, y pude ver su ermita dedicada a la Virgen del Rosario. Su imagen pasará a formar parte de mi archivo dedicado a este tema.
Al llegar a Ayoó desde Congosta vi que había desaparecido el pequeño edificio, a modo de torreta, de adobe o tapial, aunque revestido de cemento, en el que estaba o se guardaba el transformador eléctrico. Desde este lugar se controlaba y distribuía la energía que llegaba a todas las casas del pueblo. (Por el blog Avantales ya tenía noticia de su desaparición, pero no lo había visto).
Dos postes de cemento lo sostienen en la actualidad. Postes o torreta que también existe en otros pueblos de esta y otras provincias de Castilla y León. Pero en algunos lugares no han destruido el edificio antiguo “el transformador”, bien por respeto al pasado, o simplemente porque, al tratarse de un edificio público, lo han dedicado a otros usos municipales.
En Ayoó durante un tiempo se pudieron ver juntos el viejo y nuevo transformador. El primero solía estar construido de adobes, tapial y barro, materiales más frágiles y caducos que el segundo: cemento, hormigón y hierro. Es natural que perdure más el segundo, y que el primero, con el paso del tiempo y la falta de atenciones, poco a poco se deteriore y acabe desapareciendo. Cosa normal, si además no se consideraba útil, ni prestaba servicio alguno.
Pero todavía se ven muchos transformadores antiguos en pueblos y ciudades, junto a fábricas y molinos, en fincas y granjas, etc. Algunos de ellos inutilizados, y sin prestar servicio alguno. Pero los hay en uso, con la maquinaria eléctrica en su interior y con el edificio bien cuidado, sea de ladrillo, tapial o adobe. Los hay que sirven de almacén para pequeñas cosas del municipio.
Conocemos pueblos que los quieren tener como recuerdo de un pasado y de unas tradiciones en torno a la llegada de la electricidad, o incluso para que la cigüeña pueda seguir viniendo al nido que construyó sobre su tejado hace ya muchos años. Cualquier postura o decisión es respetable.
Cada pueblo puede hacer con su pequeño o gran patrimonio lo que crea conveniente, según sus posibilidades. Y no olvidemos que hasta las cosas más pequeñas pueden servirnos para recordar el pasado, costumbres y forma de vivir.
En adelante solamente las imágenes servirán para recordar lo que era y para lo que se utilizaba este pequeño edificio, a modo de torreta, que todos conocían y llamaban transformador.tsformador.