domingo, 11 de marzo de 2012

Artesano jubilado: Tomás Vara, de Benavente.

Tomás Vara sostiene en sus manos el busto, en madera, de su mujer Corina, esculpido por él.
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Trabajando en la talla del marco para uno de sus cuadros.
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Cuadro en talla, que representa la Boda de Alejandro Magno. El marco es de madera de peral y la tabla está hecha de nogal.
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Cuadro de talla con jarrón en la tabla, y el marco también tallado.
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Bandeja de madera de nogal.
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Dos jarras, también de madera de nogal.
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Caza del ciervo. Cuadro en relieve, también enmarcado.
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Pintura en un cuadro que representa una calle de Puebla de Sanabria.
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Torreón del antiguo Castillo de Benavente y carretera del Caracol.
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Pintura de su finca de Cejinas, con la casa y algunos aperos de labranza.
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Varios óleos con paisajes de Sanabria.
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Corina, su mujer, con un mantón de Manila en sus manos, que ella misma ha pintado.
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Natural de Sitrama de Tera, allí vivió hasta los 17 años. Era el mayor de cuatro hermanos y todos trabajaron en el campo, primero en el pueblo y luego en una finca que poseían en Cejinas, pago perteneciente al término de Benavente y que se encuentra muy cerca de Santa Cristina de la Polvorosa. Aquí vivió casi hasta la jubilación, concretamente hasta los 61 años, pues los cuatro restantes, hasta los 65, trabajó en talleres Meyca Motor de Benavente. La muerte de su padre, cuando él tenia 12 años y la enfermedad de su madre, fueron motivo suficiente para ponerse muy pronto a trabajar en la agricultura.

Tomás es un jubilado más que pasa sus horas en torno a una afición y dedicación: pintar cuadros al óleo y enmarcar con madera tallada sus propios cuadros y otros que llegan a sus manos. Además tiene relieves enmarcados, algunas esculturas de bulto redondo y otras piezas talladas como bandejas, jarras, mesas, etc.

Tengo ahora 75 años, pero comencé hace ya más de 20. Siempre tuve afición e inclinación a hacer este tipo de cosas, incluso cuando trabajaba en el campo, pues aprovechaba algunos ratos para tallar madera con ayuda de una navaja, sobre todo los domingos. Aunque desde los 65, al jubilarme, estoy dedicando más tiempo, siete u ocho horas casi todos los días y cuatro o cinco horas algunos días festivos. Es que cualquier marco de los que Ud, ve por aquí, me dice mientras me enseña su casa que parece un pequeño museo, me ha llevado un mínimo de 300 ó 400 horas y algunos hasta 700, como ocurre con ese de la Cacería del Ciervo”.

Veo que efectivamente tiene que ser, como él dice, por lo bien que está realizada la labor de talla en marcos y tablas. Reproducir en la madera esos pequeños dibujos es trabajo laborioso, lo mismo que la pintura en los lienzos.

Utiliza principalmente madera de nogal, pero también de roble, de peral y cerezo. De estos árboles tenía en abundancia en su finca de Cejinas. Y las pinturas, algunas son de creación propia, originales, como los paisajes y pueblos de Sanabria, Benavente y los Valles. Otras son copias de otros autores, las hay de temática religiosa.

Entre sus esculturas destaca el busto de su mujer Corina y entre las piezas talladas dos jarras, una bandeja, una mesa y algunas otras.

En sus relieves, el marco y la tabla están hechos con maderas distintas, lo cual se advierte hasta en el color. Me dice, como ejemplo, que en el de La Boda de Alejandro Magno, el marco es de peral y la tabla de nogal y en el que tiene sobre el Castillo de Puebla, el marco es de pino y la tabla de cerezo, etc.

También ha hecho o decorado algunos muebles de su propia casa, mesas, sillas, estanterías, etc. Todo ello con gran perfección y elegancia.

Tomás tiene algunos libros de arte y pintura que le han ayudado en esta su afición de jubilado, pero ha utilizado más su sabiduría práctica y su experiencia artesana. “Soy amigo de Avelino, el tallista de Benavente. Con él he pasado muchos ratos, viéndole trabajar, y siempre se aprende algo, me dice. Él me ha hecho algún dibujo y hasta me inició en alguno de los trabajos. Fuera de esto, lo demás ha sido todo cosa mía, pues incluso antes de conocerlo ya hacía algunas cosas.”

Y es que los que nacieron para artistas o artesanos, más tarde o más temprano, lo dejan ver. Algunos tienen o han tenido familiares que lo han ejercido. El mismo Tomás me cuenta que tuvo un primo hermano escultor, llamado Lorenzo Vara Gallego, del cual conserva una escultura, pero no lo vio trabajar nunca. También me habla de un tío sacerdote que hacía copias de esculturas y que hizo incluso algunas de la iglesia de Santa Marta de Tera. Podemos afirmar, por lo tanto, que no ha estado lejos de este mundo, en el que ahora trabaja con gusto y a gusto, en aquello que le agrada y con lo que disfruta.

Tiene el taller en un local que da al patio de la casa en la que vive. Sobre la mesa propia de carpintero un martillo y un gato para sujetar la madera y poder cortarla. Y en la pared debidamente ordenadas algunas de las herramientas que utiliza: serrucho, azuela, cepillos, lijadora, etc. y sobre todo muchas y variadas gubias, formones y limas de madera, lo que más utiliza en su trabajo de talla.

Tomás vive con su mujer Corina Álvarez Calvo y no tienen hijos. Ella es su mayor y mejor admiradora de todo lo que hace. Podemos decir que ejerce también de artesana jubilada, pues, además de hacer gran parte de las labores de la casa, borda, cose, pinta, etc. y hace manualidades, como centros de flores secas, adornos de tejas, pintura en lecheras y cántaras, etc. No se pierde los cursos que se organizan en el Hogar del Jubilado, ni los que ofrece la Concejalía de Bienestar Social. Está ocupada también muchas horas en sus artesanías, lo mismo que su marido, que es también el mejor admirador de sus trabajos. Los dos tienen tiempo también para ir, de vez en cuando, a la huerta y atender a los árboles, flores y demás plantas que cultivan. Ahora ya menos, pues son mayores y se cuenta con menos fuerza para dichos trabajos.

Al visitar el taller veo que, junto a la mesa de carpintero en la que trabaja Tomás, hay otra mesa en la que trabaja su mujer Corina, aunque las horas sean menos, pues, como muy bien dice, ella tiene además otras ocupaciones. Pero muchos días los dos coincidirán en su trabajo artesano que tantas satisfacciones les está proporcionado.