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Cofrades y autoridades asisten a la celebración de la misa en la iglesia de san Juan del Mercado. Año 2008.
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Vara de la antigua cofradía con imagen pintada de san Crispín.
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Imagen de san Crispín de la iglesia de San Juan del Mercado de Benavente.
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Imagen de san Crispín de la iglesia de Santa María del Azogue de Benavente.
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(Este reportaje fue publicado en el semanario La Voz de Benavente y Comarca, en el mes de Noviembre de 2008).
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El día 25 de Octubre la Iglesia venera a San Crispín, al que se considera como patrón de los zapateros y de todos aquellos oficios relacionados con la piel: boteros, curtidores, guarnicioneros, etc.
En Benavente, antiguamente, existió una Cofradía de Socorros Mutuos bajo la advocación de este santo y que, como las de San Miguel y de San José, se ocupaba de prestar atenciones diversas a asociados y a sus familiares en casos de enfermedad y otras necesidades materiales o espirituales. Y celebraban la fiesta en la fecha citada con diversos actos, humanitarios unos, y religiosos o lúdicos otros: visitas a enfermos, ayuda a pobres y necesitados, misa por vivos y difuntos, comida de convivencia, juegos y otros tipo de distracciones.
Pertenecían a la Cofradía numerosas personas, pues eran muchos los que, según consta, desempeñaban los oficios citados. A mediados del siglo XVII la ganadería existente en Benavente era abundante. De ahí que también lo fuese el curtido de las pieles y la elaboración de los derivados de ellas como son los zapatos. Había en la ciudad en ese siglo 25 curtidores y 43 zapateros, que se agrupaban en un gremio bajo la protección de San Crispín. El gremio tenía su sede religiosa en la iglesia de San Andrés, hasta que desapareció al ser desamortizados sus bienes. Posteriormente, en 1880, se formó una sociedad con su nombre que se asentó en la iglesia de San Juan de Mercado a la que se trasladó su imagen. Los curtidores vivían o estaban agrupados, en su mayoría, en la calle denominada Pelambres (pellis - piel). Aquí realizaban su trabajo de preparación de las pieles. Y también muchos de los zapateros, sobre todo remendones. Ya el siglo XX, concretamente en el año 1946, hay constancia de que todavía son más de 30 las personas se dedican a alguno de estos oficios.
A finales del siglo pasado, la cofradía de San Crispín estaba a punto de desaparecer como los mismos oficios, e incluso las personas que más o menos artesanalmente los desempeñaban. La industria y el comercio ofrecían otro modo de vida y de vivencias. Este fue el motivo por el que un grupo de personas de Benavente, respetuosas con el pasado y amantes de las tradiciones, decidieran refundar dicha cofradía, aunque ahora convirtiéndola en la Asociación Cultural, Deportiva y Recreativa San Crispín, de acuerdo con la nueva normativa relacionada con las asociaciones. Buena idea, pues con ello en esta ciudad se podrá seguir recordando y respetando el pasado y la tradición en torno a este santo tan popular, aunque las actividades o forma de celebrarlo sean distintas.
Crispín y su hermano Crispiniano, de familia noble romana, ejercían su profesión de zapateros allá por el año 290. Pero gran parte de su producción era donada a los pobres y necesitados a quienes atraían hacia su fe cristiana. Vivieron en una época llena de persecuciones y ellos mismos fueron sometidos a tormentos hasta morir como mártires en la localidad francesa de Soissson.
En grabados, pinturas o esculturas, se les suele representar con vestido y con el delantal característico de los zapateros remendones, distribuyendo zapatos o incluso colocándoselos en los pies a los necesitados.
Como atributos llevan la palma del martirio y una espada al cinto, complemento de su indumentaria. Es frecuente verlos trabajando en su taller, sentados ante una mesilla con una bota en la mano y rodeados de zapatos y herramientas de la profesión: lezna, chaira, abrochador, tijeras, hormas, etc, sin que falte el cubo de madera para remojar el cuero.
José Luis Jiménez, vicepresidente de la nueva Asociación y que también ejerce de secretario, me informa sobre las actividades que ahora realizan.
“No contamos con el acta fundacional ni con los estatutos de la antigua cofradía, pero sí con el testimonio de algunos socios ya mayores, que pertenecieron a ella durante más de 40 años. Por ellos sabemos lo que se hacía y hemos querido seguir haciendo en lo posible algunas actividades como la visita a los enfermos y necesitados en la víspera de la función religiosa del domingo”.
Aunque suelen celebrar la fiesta en un fin de semana del mes de noviembre, saben ellos muy bien que San Crispín, el de los zapateros, es el 25 de Octubre y en esta fecha siempre lo celebraba la antigua cofradía. Pero ahora las cosas han cambiado, me dice José Luis, y tenemos que pensar también en los socios y en que muchos de ellos residen fuera y por eso se hace en un fin de semana. Además algunas de las actividades de la Asociación se desarrolla el mes o meses anteriores, o a lo largo de todo el año.
Y ¿qué actividades realizáis en la actualidad?
“La nueva asociación, añade José Luis, ha apostado por la cultura y por eso programamos una serie de actividades a los largo del año, algunas a nivel local y otras incluso comarcal. Entre ellas: el ciclo de cine. (este año la sexta edición); pruebas deportivas como la milla acuática; viajes culturales, y conferencias sobre temas diversos: salud, deportes, música, etc”.
Este año 2008, aparte de las deportivas y el ciclo de cine, el pasado día 7 de Noviembre tuvo lugar la conferencia, (seguida de coloquio), “Liberalia entre Verdi y Sarasate”, en el salón de actos de la casa de Cultura de la Encomienda a cargo de Juan Antonio Fernández Martín, un benaventano que por su profesión y su actividad empresarial reside en otra localidad de la provincia. En tono ameno y familiar habló sobre algunos rasgos de la vida de estos músicos famosos y sus aficiones o relación con las viñas, el vino y las bodegas. No le faltó al conferenciante sabiduría y también humor al hablar de Liberalia (Liber-Baco, dios romano del vino), bonito nombre y apropiado para su propia bodega, en la que la música de estos u otros autores se puede escuchar permanentemente a lo largo del año.
El sábado día 8 realizaron la visita a los enfermos e impedidos, como se hacía antiguamente, y el domingo día 9, a las trece horas, asistieron los directivos con varas, socios, autoridades e invitados, a la santa misa en honor de San Crispín, en la iglesia de San Juan. Después de la misa se reunieron en un restaurante de la ciudad en donde se ofreció un vino de honor, que sirvió como acto de convivencia entre todos.
Por último, me dice José Luis: “Invitamos a los actos a todos los socios (somos 240), pero no les obligamos a asistir. San Crispín sigue siendo nuestro patrón, aunque, los tiempos han cambiado y en la Asociación no tengamos muchos zapateros o curtidores. Pero algunos sí que lo fueron o lo son como Manolo Sandín, Paulino Cobreros, Rafael López Iglesias, Benito Vega Espinosa y algunos otros, que no se pierden la fiesta”.