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Procesión el día de El Carmen de Navianos de Valverde.
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En procesión hacia la ermita de la Trinidad en Camarzana de Tera.
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La charanga detrás de la cruz procesional camino de la ermita de la Trinidad.
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En la fiesta del Ramo a la Virgen del Amor Hermoso en Pueblica de Valverde.
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Los músicos tocando también durante la merienda, junto a la ermita, el día de la Trinidad en Camarzana de Tera.
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Actuando el día de la fiesta de La Inmaculada en Bretocino de Valverde.
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Procesión con el Ramo y la Virgen del Amor Hermoso en Pueblica de Valverde.
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Nino, miembro activo de la charanga, muestra la foto del año 2002, en el que comenzaron sus actuaciones.
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Burganes de Valverde es uno de los pueblos de esta Comarca que no sólo destaca por sus fiestas y tradiciones, a las que respetan y con las que cumplen, sino que cuenta con varias personas que ejercieron antiguos oficios y algunas que, ya jubiladas, pasan parte de su tiempo realizando diversas artesanías. Además hay en el pueblo una charanga o pequeña orquesta que también contribuye a dar vida y a que se conozca un poco más al pueblo.
Figura con este nombre, Solera, desde hace solamente siete años, según me informa Jerónimo Martínez Gutiérrez , uno de sus miembros y el que, de momento, está al frente de la misma. Además de Nino, (así lo llaman todos), que toca el saxo tenor y que ya tiene 65 años, forman parte de la misma: Rufino, su hermano, que toca el saxo alto, con 64 años; Victoriano Santiago, a quién todos conocen como Anico, se encarga de la caja. Es de Faramontanos de Tábara y tiene 71 años; Cecilio García, de Friera de Valverde, 62 años, se encarga del bombo, y Enrique Rodríguez de Mozar, 57 años, que toca también un saxo alto y es posible que dentro de poco tiempo se pase al trombón. Como se ve tres están ya jubilados y a los otros dos les queda poco tiempo para ello.
Nino me cuenta los siguiente: “Aunque se llame Solera desde hace siete años, con anterioridad mi hermano y yo habíamos formado un conjunto ‘Los hermanos Martínez’ y desde los trece o catorce años ya comenzamos a actuar. Después nos juntamos con ‘Los Mellizos’ de Santa Cristina y formamos ‘Los Tropi’. Y un poco más tarde con los de Santa María d la Vega y nos conocían por ‘Los Simios’. Luego estuvimos unos 14 años sin dedicarnos a esto de la música hasta que decidimos empezar con Solera”.
Si al escribir sobre Amistad decíamos que era la charanga del valle de Vidriales, podemos afirmar que Solera es la del Valle de Valverde, aunque su ámbito de actuación sea mayor pues, según me cuenta Nino, viajan y tocan también en pueblos de Tierra de Campos. Hace poco estuvieron en Villarrín, Riego del Camino y Manganeses de la Lampreana, entre otros. También van a tierras de Aliste: Gallegos del Río, Trabazos, San Vitero, e incluso a Alcañices y a algunas localidades de Sanabria: Asturianos, Puente, etc”.
“Aunque nos llaman para bodas y otro tipo de celebraciones, principalmente asistimos y tocamos en fiestas religiosas: el santo patrón o la patrona del pueblo, en otras fiestas de cristos y vírgenes, y sobre todo en las romerías (siempre vamos al Carmen de Navianos y a la Virgen del Amor Hermoso de Pueblica y Friera)”.
Suelen tocar durante la celebración de la misa, concretamente el himno nacional, al alzar, (antes en el momento mismo de la consagración pero ahora suele hacerse al final por indicación de los sacerdotes y para que los fieles no se distraigan). También tocan en el ofertorio y, a veces, en la Comunión, si no hay cantoras. Siempre son cánticos religiosos. Y en algunos pueblos por la tarde, cuando se celebra la procesión después del rosario, como ocurre muchas veces en las fiestas de los ramos y en algunas romerías.
Siempre son los cánticos religiosos, al Santísimo Sacramento o a la Virgen, que cantan todos los asistentes a los actos y ellos les acompañan con la música: Alabado sea el Santísimo…Tantum ergo… Pange lingua… Bendito, bendito, bendito sea Dios.., o la Salve, u otros cánticos dedicados a la Virgen. Depende de la fiesta de que se trate.
Le pregunto por actuaciones no religiosas y me dice lo siguiente: “En algunos sitios tocamos en el baile vermut, si lo celebran, desde un templete o en la misma calle. Lo hacemos sobre todo para la gente mayor que es a la que más gusta y la que más participa. Nuestro repertorio son, fundamentalmente, rumbas, pasodobles, tangos, vals, chachachás y muchas otras canciones y ritmos populares y tradicionales. Ya le digo que es para la gente de bastante edad que lo recuerda, porque lo ha vivido y vive intensamente. En verbena ya menos, pues suelen contratar a grupos de rock para que se diviertan los jóvenes hasta altas horas de la madrugada. Hay pueblos que nos piden que hagamos alboradas de mañana para anunciar la fiesta, o pasacalles a otras horas del día sobre todo antes de comenzar los actos religiosos”.
“También actuamos en bodas. Acompañamos a los novios a la iglesia para la ceremonia del casamiento y la misa. Después, cuando regresan a su casa, tocamos a la puerta y todos los invitados se divierten un rato. Por carnaval también vamos a algunos desfiles, lo mismo que a las fiestas que organizan los quintos en algunos pueblos”.
Su padre ya tocaba la dulzaina y le acompañaban otros dos, uno con la caja y otro con el saxofón. Y en el año 1958 empezó él con ellos tocando la trompeta.
Respecto a la formación musical dice: “Aunque mi padre tocaba de oído, nosotros, mi hermano y yo, empezamos a estudiar música en Benavente. Primero fuimos con el maestro Inocenti y después con Bernardino, el que fue director de la banda. Cuando fuimos a la mili, como voluntarios, (20 meses en Valladolid) asistimos al conservatorio. En la mili tocábamos con la banda y también salíamos a tocar por los pueblos”.
La retribución económica que reciben, aunque no sea mucha, sí supera a la que recibían antiguamente. Recuerda que cuando empezaron iban a fiestas que duraban dos días por 1000 pesetas y por actuar en una boda les daban 500. Ahora suelen pagarles por cada actuación.
Aunque algunas charangas tienen representantes que les contratan e incluso les pagan, ellos, me dice Nino, suelen hacerlo directamente, contactando con los ayuntamientos, cofradías, asociaciones, peñas, etc., o con particulares, si se trata de alguna boda u otro acontecimiento. No obstante a veces les llaman representantes, pero de ordinario lo hacen ellos.
De mayo a septiembre son los meses en los que más actividad tienen, pues es cuando más fiestas y celebraciones hay. Luego actúan algo en Navidad y Reyes, también en Carnaval y algunas fiestas de Enero y Febrero como San Antón, San Blas, las Águedas, las Candelas, etc.
Esta visto y comprobado que al menos la gente mayor se lo pasa bien con su música. Y algunos jóvenes, pues según Nino: “van entrando poco a poco y se divierten también”. Lo ideal sería que ellos tuvieran quienes les sucedieran en la charanga, pero lo ve difícil. Aunque, últimamente, se ve gente joven que está estudiando música y aprendiendo a tocar la dulzaina y otros instrumentos. A ellos, en Solera, cuando alguno falla, es sustituido por otros de algún pueblo próximo a Burganes, que sabe hacerlo muy bien.
“Mi padre iba a los pueblos a tocar en burro. Nosotros lo hacíamos ya en bicicleta, y a veces teníamos que dormir en un lugar para tocar en otro al día siguiente. En una ocasión llegamos a un pueblo, concretamente a Sesnández, que está en la Sierra de la Culebra, con el bombo roto. Resulta que había que bajar una cuesta con bastante pendiente y quien lo llevaba se cayó y no hubo más remedio que seguir allí con el bombo y todo lo demás como estuviera. En la actualidad, esto ya no ocurre porque, sea la distancia que sea, vamos y regresamos cada día en nuestro coche”.
En este aspecto todo ha cambiado, pero lo que no puede ni debe cambiar es su música popular y tradicional, por respeto al pasado y a la misma tradición.