martes, 8 de mayo de 2012

Artesano jubilado: Dámaso Majado, de San Pedro de Ceque.


            Dámaso tenía 83 años, cuando lo entrevisté y se había jubilado de su oficio de carpintero al cumplir los 65. Nació, lo mismo que sus padres y abuelos, en San Pedro de Ceque, un pueblo del norte de la provincia de Zamora, próximo a Camarzana de Tera. Y en él ha vivido siempre, excepto cuatro años en Francia trabajando en una fábrica de hilaturas. A él, como a otros muchos vecinos, le tocó emigrar, pues las condiciones de vida y trabajo lo requerían.
            A los 14 años, cuando dejo la escuela, ayudó a su padre en las tareas de la agricultura. Pero, pocos años después, aprendió el oficio con el carpintero-carretero que había en el pueblo y con el de Santa Croya de Tera. Ellos le enseñaron lo que principalmente hacían, carros y cubas, instrumentos necesarios y utilizados en el trabajo y la vida de aquellos años. Sin embargo, cuando él se estableció por su cuenta, no hizo ni carros ni cubas, sino puertas, ventanas, armarios, etc. Sobre todo puertas grandes o portones por los que entran los carros y máquinas en los patios de las casas y de los que todavía se conservan y se pueden ver muchas en el pueblo.
            En San Pedro de Ceque todos lo conocen como el carpintero, y aunque entre sus antepasados, nadie desempeñó este oficio, pues eran labradores, no ocurre lo mismo en su caso, pues su hijo José, después de pasar cuatro años en Barcelona, ha heredado el oficio, y continúa con el taller. Allí confecciona y prepara los muebles que después vende en su tienda Cocinova de Benavente.
            Dámaso, después de jubilarse, no abandonó la madera, material utilizado durante tanto años de vida y actividad laboral, sino que, como entretenimiento, distracción y afición, ha pasado todos estos años elaborando con paciencia y buen hacer, piezas, todas de gran belleza y muy diversas, empleando la técnica de la taracea.
            “Se trata de una decoración a base de entalles en la madera que se rellenan después con trocitos de diversos materiales que ajustan perfectamente en los entalles, creando así una policromía. Los colores son siempre los de las piezas insertadas o embutidas. En su caso casi siempre es madera y en muy pocas ocasiones plástico”.
            De esta forma y con esta técnica ha hecho bastones, cajas, cofres, jarrones, copas, colgantes y otros adornos personales, y algunas piezas más, todas ellas de  gran vistosidad. Las tiene en un local, al lado del taller de la carpintería, unas en armarios y otras colgadas en la pared, para su mejor contemplación.
            Al preguntarle quien le informó o cómo aprendió esta técnica me dice: “He visto trabajos de este tipo en libros y revistas y me dio por hacerlo. Pero nadie me ha enseñado. Lo he hecho a mi modo y como me ha parecido. Fíjese que en las piezas cada color  es de madera distinta, y están todas engomadas”.
            Su mujer Emérita Verdes, siempre a su lado, se esmera en explicarme y mostrarme todo lo que ha hecho y cómo lo ha hecho: “Mire, este bastón tiene en el interior una vara de madera con unos canales en los que ha ido pegando e incrustando las  piezas de distintos colores, todas ellas de madera. Lo ha hecho todo con mucho trabajo, mucha paciencia y a base horas”.
Y lo mismo que los bastones las demás piezas, muchas de ellas veo que están decoradas con figuras geométricas: cuadrados, rectángulos, triángulos, rombos, etc. y algunas también con pequeñas figuras vegetales o animales.
            Su obra es muestra evidente de su sabiduría artesana, basada principalmente en la práctica y en la experiencia diaria que, en su caso, le proporcionó el oficio de carpintero, oficio que le permitió el conocimiento y dominio de la madera, a la que reduce y utiliza en piezas muy pequeñas, casi diminutas, para realizar este tipo de artesanía.
             Es el material que ha utilizado principalmente y, en muy pocas ocasiones algo de plástico. Y de las variadas clases de maderas, que él conoce bien, se ha servido más de las de castaño, haya, nogal americano, pino norte, etc. Y sobre todo la de sapelli. Hay que tener en cuenta que en una misma pieza u objeto van incrustados muchos trozos de diversos tipos.
            Como carpintero, ha contado con aquellas herramientas propias del oficio: banco, tornillo, torno y otras, aunque no muchas, pues ha sido este un trabajo más manual y artesanal, que le ha servido de entretenimiento y distracción, como ocurre a todos los jubilados que se dedican a algún tipo de artesanías.
Lo que menos ha utilizado es la navaja, herramienta básica y fundamental en algunos otros jubilados que se dedican o entretienen con la madera, pero que no han tenido el oficio de carpinteros. 
            No ha contabilizado el tiempo empleado, pero han sido muchas horas y muchos días de estos últimos años. Pero sin someterse a horarios ni a otras necesidades.  Así ocurre cuando las cosas se hacen por gusto o afición. 
“Sólo le digo que una cajita de estas me ha llevado más de 40 horas, el trabajo de cuatro o cinco días. Y las hay pequeñas, medianas y grandes. Y una bolita pequeña de esas, más de una hora. Fíjese que tiene varias maderas engomadas y algún plástico. Y lo mismo todo los demás”.
Estoy de acuerdo con lo que me dice, pues el trabajo de la taracea es minucioso, detallado y también delicado. Y él ha querido hacer las cosas bien, aunque a su modo y con su saber natural y práctico, que tiene su origen en la contemplación de fotografías e imágenes en libros y revistas que llegaron a sus manos.
            En la actualidad casi no trabaja, ni se entretiene en esta su afición de jubilado. Y no porque no quiera hacerlo, sino mas bien porque sus facultades físicas le van fallando, sobre todo su vista. Prefiere, mientras pueda, contemplar todo lo que ha realizado y enseñárselo a los demás, sean familiares, amigos o conocidos.
            Los vecinos de San Pedro de Ceque conocen ya lo que ha hecho, pues sus piezas se han expuesto en el Ayuntamiento del pueblo. Y no le desagrada que las vean en otros lugares, como Benavente, en donde participó en la exposición que, sobre artesanos jubilados se celebró en el año 2008.
           
Dámaso, junto a unos bastones, en el local donde tiene sus piezas artesanas.
Objetos de adorno
Original cadena de madera, y otros objetos.
Adornos en forma de chapas de madera.
Las manos de Dámaso y de su mujer Emérita señalando las pequeñas piezas en un bastón.
Muchas y variadas cajitas.
                                                                             Cajitas de formas y colores variados
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Jarras, jarrones, copas, y otros objetos.
Dámaso y su mujer Emérita junto a un armario con piezas hechas por él.