Cada día que pasa vamos
conociendo más personas de pueblos de los Valles de Benavente que, solamente
por su afición y gusto por lo antiguo: costumbres, tradiciones y formas de
trabajar y de vivir, han conseguido reunir a lo largo de su vida numerosos
objetos relacionados con el pasado. Ya hemos escrito en estas páginas sobre las
colecciones de Adolfo Álvarez de San Pedro de Ceque, de Manuel Díaz de
Santibáñez de Vidriales y el conjunto de objetos que decoran la
bodega-restaurante La Gruta de Pobadura del Valle. En esta ocasión me voy a
referir a la que tiene en su domicilio la familia Hidalgo – Riesco, de Morales
del Rey y que, en uno de mis viajes al pueblo, pude ver y admirar.
“El motivo de tener todas
estas cosas, me cuentan Vicente y Ana, no es otro que la afición y el
gusto por las antigüedades que tenemos los dos. Comenzamos ya hace más de 20
años, cuando nuestros padres dejaron la labranza, a la que se habían dedicado
toda su vida. Nos encontramos con que había en las casas muchos aperos,
herramientas y otros útiles, relacionados sobre todo con la agricultura, la
ganadería y la vida doméstica, al modo tradicional, que ellos mismos habían
utilizado, y comenzamos a recogerlos. Y así hemos ido formando esta pequeña
colección”.
Efectivamente en las paredes
de un local que da al patio de su amplia y soleada casa veo muchos aperos y
otros objetos utilizados en las labores agrícolas: hoces, pala de madera para
el grano, gario, bieldo, rastro, horcas de madera y de hierro, la purridera,
zarandas, (una de ella para el garbanzo), el arañón manual de dos ganchos (los
hay de tres) que se utilizaba para sembrar patatas, rejas de arado, etc.
Otros están relacionados o
utilizados por el ganado: colleras y collerines, cinchas para errar a las vacas
en el potro, el sobeo (correa para atar el yugo a la pértiga del carro), varias
esquilas y cencerras, balancines, etc.
Tienen también varios yugos
que nos llaman la atención y que Alfonso Salsón, vecino de su casa, allí
presente, nos explica en qué se distinguen y para qué trabajos se utilizaban. Dice
que todos son para ganado vacuno, uno para el carro de arrastre o de par, dos
se utilizaban para arar y trillar, otro para sembrar alubias y hay uno hecho de
forma tal que con él se evita que el ganado sufra heridas al trabajar Y falta
el de carraca o corredera que servía para acoplar al animal a la medida del
surco cuando se araba o sembraba.
El yugo, este apero e
instrumento tan importante con el que se uncían por el cuello las mulas o por
la cabeza los bueyes y las vacas, estaba construido de madera de nogal, haya o
fresno y solía ser, al menos del de ganado vacuno, de una sola pieza. Suele
estar muy bien hecho y en ocasiones la madera se refuerza con hierro para tener
más consistencia.
Y también veo un grupo de
objetos relacionados con la casa y la vida en el hogar: cestas de varios
tamaños y formas, un antiguo fuelle, romanas, cerámicas, nasa para pescar, una
barrila, escriños de diverso tamaño, etc. Y unos serillos o capazos, de los de
antes, alguno de ellos hasta con decoración en el exterior.
Alfonso coge una reja de
hierro y me explica con detalle cómo se colocaba en el arado antiguo
acoplándola a la madera. Por su parte Vicente me enseña la piedra de afilar la
guadaña y el cuerno que contenía agua para remojarla cada poco tiempo. No lejos
tiene también el soporte de hierro y el martillo especial con el que se picaba.
Tareas estas que ya han pasado casi al olvido por la falta de práctica. Pero
ahí están los objetos para poder recordarlas.
“Todas las piezas que
tenemos son de procedencia familiar, heredadas de los padres, o, a lo más,
donadas por tíos u otos parientes, me dice de nuevo Ana cuando le pregunto
si han comprado alguna cosa. También de la herencia proceden parte de los muebles
antiguos que tenemos en casa”.
Efectivamente me enseña
algunas camas de hierro y madera de gran antigüedad y también belleza. Y varias
arcas de madera de nogal u otras maderas duras y nobles, y algún baúl de los utilizados por los
antepasados para meter las mantas, colchas y otro tipo de telas. Lo conservan,
nunca mejor dicho, como oro en paño, o en madera. Y les sirve de recuerdo y,
cómo no, como respeto a sus familiares, algunos ya desaparecidos.
Aunque Morales del Rey cuenta ya con un pequeño museo, pues no
otra cosa es el aula de interpretación del dólmen y de su época, los vecinos y
quienes estén interesados pueden también ver y admirar, a través de la
colección etnográfica de la familia Hidalgo Riesco, algunos aspectos de la
forma de trabajar y vivir en el pasado.
Por otra parte Morales cuenta
con la Asociación Centro de Iniciativas Turísticas cuya presidenta, Alicia,
organiza y consigue todo lo que se propone. La Asociación desarrolla a lo largo
del año una serie de actividades culturales de todo tipo: gastronómicas,
exposiciones, viajes, etc. Y no estaría mal, en el futuro, organizar una
exposición etnográfica con la participación y colaboración de todos los vecinos
que quieran, sean socios o no lo sean. Seguro que resultaría bien. De momento
hay algunos dispuestos ya a colaborar. La Exposición pudiera ser el inicio de
la creación de un futuro museo etnográfico como otros muchos que existen en
pueblos de Castilla y León, amantes y respetuosos con el pasado y las
tradiciones del lugar.
Mientras todo esto ocurre la
familia Hidalgo–Riesco seguirá disfrutando con su colección, manteniendo en
orden las distintas piezas y buscando el lugar apropiado para otras nuevas que
lleguen a sus manos.
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Alforjas sobre una de sus antifguas arcas. |
Serillos o capazos decorados con motivos vegetales. |
Una zaranda de garbanzos y varias cestas. |
La zaranda de garbanzos. |
Barrila o botija. |
Yugos utilizados en distintos trabajos. |
Sobeo junto a útiles para afilar la guadaña. |
Cinchas para errar a las vacas en los potros. |
Arañón manual de dos ganchos, para sembrar patatas. |
Hemina con el rasero al lado. |
Piedra de afilar la guadaña y el cuerno con agua. |