miércoles, 24 de julio de 2013

Concierto de campanas en Santa Cristina de la Polvorosa (Zamora)



Ayer, día 23 de Julio, víspera de la fiesta de la patrona, se celebró, un año más, en Santa Cristina de la Polvorosa un concierto de campanas. Los campaneros utilizaron para ello, como en las otras dos ocasiones anteriores, las cuatro campanas de la esbelta torre de su  iglesia, campanas de distinto tamaño y también sonido.    

Torre de la iglesia de Santa Cristina de la Polvorosa.
Las campanas en los ventanales de la torre.
Las dos campanas pequeñas esperando a los campaneros.
En el concierto participaron más de 15 campaneros, procedentes la mayor parte de ellos, de pueblos de diversas comarcas de esta provincia de Zamora: Revellinos, Villarrín, Torres de Carrizal, Santa Eufemia del Barco, Samir de los Caños, Gema del Vino, Fontanillas de Castro, Morales de Toro, San Cebrián de Castro y, por supuesto, Santa Cristina de la Polvorosa. Actuó también uno de Orense.
El joven de 17 años Saúl Pérez Ferrero, de Santa Eufemia, fue quien, a las 19 horas, micrófono en mano, presentó el concierto informando a los asistentes sobre quiénes tenían que actuar en cada momento. Saúl, aunque joven, toca las campanas desde que tenía ocho años, concretamente “desde el día que hice mi primera Comunión”, me dice él. Pero se le ve con gran afición y conocimiento de lo que tiene entre manos.
Y, como novedad, también participó en el concierto otro joven, de 10 años,  ilusionado con las campanas y con todo lo que con ellas se puede transmitir. Se trata de Álvaro Fernández, de Tolosa (Navarra), pero que pasa las vacaciones de verano con su familia en Manganeses. Resulta que el año pasado vino a Santa Cristina a oír las  campanas y ver a los campaneros, subió  a la torre y uno de ellos comenzó a iniciarle en el oficio. Esta incipiente preparación, convertida en afición, le ha hecho seguir aprendiendo más sobre ello, y este año de nuevo ha venido al pueblo. Antes de comenzar el concierto algunos campaneros con piedras en sus manos y golpeando sobre unos hierros le ha enseñado diversos toques. Y ya en la torre actuó junto con un campanero de Revellinos de Campos. 
Parte de los campaneros que participaron, entre ellos el joven Álvaro.
El joven alumno recibe instrucciones de un campanero de Revellinos.
Álvaro se practica ante la presencia de un campanero de Sta. Eufemia.
El joven Saúl, microfono en mano, da comienzo al concierto.
Sobre el concierto de este año pregunto a Josè Antonio, campanero, a la vez que sacristán, de Santa Cristina y organizador del acto. Me dice lo siguiente: “Hoy, por tratarse de la víspera de la fiesta de nuestra patrona, vamos a tocar todos a gloria, también lo llamamos toque de vísperas o de fiesta. No habrá más toques”.  
José Antonio en un momento de la preparación del concierto.
Efectivamente así fue. Todos tocaron a gloria, pero, lógicamente, no de igual modo, a juzgar por las variaciones en los golpes, ritmos y sonidos, que partían de la torre y que se difundían por todo el pueblo y sus alrededores. Porque, aunque la asistencia de personas presentes en el concierto, a las puertas de la iglesia o junto a la torre, no eran muchas, los organizadores y los campaneros saben muy bien que son muchos más los que les escuchan. Y es que el sonido de las campanas se difunde y llega hasta muy lejos. Están seguros de que desde los patios, terrazas, balcones  de las casas del pueblo, y también desde  el campo, junto al rio y otros lugares, más o menos alejados del pueblo, se oía y escuchaban atentamente muchas personas los variados golpes y sonidos del campaneo.

Jose Antonio tocando las dos pequeñas campanas. Foto del año 2010.
Otro  participante el año pasado tocando las campanas grandes.
Al fondo, y bajo la campana, el pueblo.
La mayoría de los campaneros actuales son personas mayores, y su conocimiento teórico de música poco o casi ninguno, pero su oído y sensibilidad musical es grande, hasta el punto de conseguir interpretar piezas diversas, aparte de los toques tradicionales. En la actualidad, al contar con asociaciones y grupos organizados en las distintas provincias o regiones, son cada vez más los jóvenes que sienten afición y participan. Es la única o la mejor manera de que las campanas sigan sonando y enviando mensajes e información a las personas, como siempre hicieron en ciudades, pueblos y concejos, porque como se decía y áun se escucha en algunos momentos "Las Campanas y el Pendón del pueblo son".

En la actualidad los campaneros se agrupan en distintas asociaciones.
Y en sus camisetas figura su nombre y el del pueblo al que pertenecen.
El concierto duró una hora y sirvió de homenaje a Santa Cristina, patrona del pueblo. Prueba de ello es que antes de finalizar, y todavía sonando las campanas, a las puertas de la iglesia tuvo lugar la ofrenda floral a la santa. Antes de despedirse los participantes en el concierto quisieron fotografiarse junto a la imagen de Santa Cristina, para que se la viera rodeada de flores y de los protagonistas de los sones del campaneo.

Los campaneros quisieron fotografiarse junto a la santa, patrona del pueblo.